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Los dulces sueños de un alvaradeño

Los dulces sueños de un alvaradeño
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CON UN AFECTUOSO SALUDO… 

+ Un recorrido por el  recuerdo de mis amigos…

+ Carlos Muñoz “Chamarra” y sus nostalgias…

+ Alvaradeños lejos de su tierra que añoran… 

+ El amor a la tierra que nos parió… 

                        Ruperto Portela Alvarado.

                               Capítulo XIII. 

         Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- como dice la canción: “qué lejos estoy del pueblo donde he nacido, tremenda nostalgia invade mí sentimiento; que al verme tan solo y triste, cual hoja al viento; quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento”.  Todo eso en pensamientos encontrados, pero siempre agradecido por la madre y la tierra que nos parió. Siempre por delante la familia; los padres, los hermanos y demás familiares con la presencia de los amigos que son partes de nuestras vidas e historia. 

         Pero aquella soledad terminó hace mucho tiempo con la reunión y unión de mi familia y la lejanía del tiempo cuando dejé mi tierra querida, que ya van para 48 años de ausencia. Acá he construido amistades que perduran, pero mantengo las de allá, a través de la tecnología y los avanzados medios de comunicación que nos acercan en el espíritu, alma y corazón. 

         De esa manera logré contactar, después de 50 años de no vernos, al buen amigo Jesús Rivera Magaña“Chucho Rivera”, quien fuera mi compañero de equipo en atletismo de finales de la década de los 60s, como corredores de medio fondo ambos. Y cómo han cambiado los tiempos de la comunicación; ahora, cuando nos reencontramos a través del Facebook, él estaba en la República de Costa Rica y yo en Tuxtla Gutiérrez. Fue un emotivo encuentro de recuerdos y anécdotas. 

         También por el Facebook me reencontré –creo que después de casi medio siglo– con mi amiga Sandra Luz Padrón Arredondo, a quien conocí en nuestro querido barrio de La Fuente y la volví a ver en el restaurante “El Quilombo”, propiedad de su hermana Rosa María que está en la comunidad de La Trocha. Desde entonces nuestra amistad de alvaradeños se ha vuelto a consolidar a través de la comunicación a distancia, los recuerdos, el afecto y el respeto. 

         Lo mismo ha sucedido con mi compañero de equipo de atletismo, Uribe Cruz Pacheco, quien era lanzador de bala y al que dejé de ver desde que se incorporó como trabajadores de la   Petróleos Mexicanos (PEMEX) y se fue a vivir, no sé si a Minatitlán, Coatzacoalcos, pero sí que terminó su período laboral y jubilatorio en el Puerto de Salina Cruz, Oaxaca. Me sorprendió cuando me habló vía telefónica para saludarme.

         Y así, me he reencontrado con gentes de mi generación como Hugo René Silva Uscanga“El Picho”, quien me contactó por teléfono para agradecerme la mención que hice de él en uno de mis artículos que escribo sobre la historia mundana de Alvarado y los alvaradeños. Claro, lo recuerdo por haber sido uno de los grandes deportistas de mi pueblo, y entre los más completos porque jugó básquetbol, fútbol, béisbol y corría como gamo. También me dio mucho gusto su llamada y plática. 

         Por supuesto que he seguido en la comunicación y aprecio de mis amigos, como Rafael Figueroa Zamorano“La Pulga”, con quien nos tratamos de hermanos, pues hemos sido muy allegados en la amistad, el aprecio y respeto; como con mi compadre, Ignacio Ramón Zamorano“Nacho El Avión”, que sin lugar a dudas refrenda nuestro afecto en todos sentidos, junto con su familia. También un gran deportista muy completo pues jugó básquetbol, fútbol y béisbol con mucha calidad y destreza.

Al igual mantengo comunicación con mi compadre Manuel Rascón Arano“La Burra” o como le dicen ahora, “Palabra”, que en el camino de la vida ha sido mi amigo de siempre, compañero de travesuras, parrandas, manteniendo esa relación a pesar de la distancia. No puedo olvidar al amigo de infancia y juventud que fue José Sotero Silva Herrera, a quien conservo en mi memoria al habérsenos adelantado en el camino, y de quien hay mucho que contar.

De la misma manera vaya un recuerdo hasta donde se encuentren en la eternidad, mis amigos Ricardo Padrón Almeida“El Burrito” y Rodolfo Zenerín “Fito El Naylon”, con quienes tuve la oportunidad de recorrer muchas aventuras y alegrías. De todos ellos habré de comentar particularidades y anécdotas que pasamos juntos. También una oración en recuerdo de mi amigo y compañero de competencias, José María Tiburcio“Chema El Águila Descalza”, quien fue parte de nuestra historia de vida. 

Todo este recuerdo viene a mi memoria por una de las tantas llamadas que he recibido a raíz de la publicación de estos artículos de la historia mundana de Alvarado, que son parte de las satisfacciones que he recibido, como la presentación de mi libro: “Alvarado de Mis Recuerdos” que me programó mi amigo y paisano William Mario Adrián Palacios Martínez, producto de todos los artículos publicados en “El Quijote de Alvarado”, de mi estimado amigo y maestro José Ángel Palacios Martínez, a quien agradezco la invitación para escribir en su revista y luego propiciar la publicación de este compendio.

Decía que hace unas semanas recibí una llamada desde la Ciudad de Tijuana, Baja California, de un alvaradeño de nombre Carlos Muñoz Sosa, que para mayor identificación le llaman: “Chamarra”. Hago la aclaración porque si solo les digo el nombre de pila, no lo van a reconocer, como sucede siempre en Alvarado. Por supuesto que eso me sucedió a mí, pero ya cuando me dijo: “soy Chamarra” de la calle Manuel P. Hernández y Nicolás Bravo, frente a la casa de don Aniceto Lara Sosa“Cheto Calabacha”, pues recordé rápido de quien se trataba. 

Carlos Muñoz Sosa es hijo de don Ángel Muñoz Uscanga, el maestro motorista de los botes de toldilla y otros más grandes y a quién identifican mucho porque fue uno de los más asiduos lectores y documentado de la vida y obra del célebre repentista alvaradeño, “El Vale Bejarano”, por lo que inclusive hay una publicación periodística de él cuando su fallecimiento. 

Con Carlos o mejor dicho, “Chamarra”, quien fue mi compañero en la escuela primaria “Benito Juárez”, nos aventamos 46 minutos de plática y recuerdos, inclusive de su familia, pues me dijo, es hermano de Aurora Muñoz Sosa, que fuera esposa del ex Presidente Municipal, Bernardo Hernández García(1976-79) y de Ignacia y Ángel José, al que también le dicen “Chamarra”, hijos de don Ángel Muñoz Uscanga, quien le heredó el apodo a sus hijos y doña Emma Sosa Tiburcio

En la plática le dije a mi interlocutor que allá en Tijuana, Baja California, vive mi amigo y vecino de los años mozos, Gilberto Yépez“El Pata de Águila”, como le decía Francisco “Panchiriqui” Alceda Cruz. Con Beto tengo comunicación telefónica periódicamente. Ahora “Chamarra” o mejor le digo su nombre, Carlos Muñoz Sosa, me contó recuerdos de su  paso por la escuela “Benito Juárez” y el temor que le tenía a la regla de la profesora Melby Márquez, con la que imponía respeto y como niños, temor. Coincidí en ese punto porque la maestra Melby fue mi profesora en primero, segundo y cuarto grado.  

No nos olvidamos de la estricta maestra Matilde Carmona Rojas que nos dio clases en tercer año y tampoco de la profesora Catalina Lozano que fue nuestra primera maestra en primer año, porque después nos las cambiaron por Melby Márquez y al último la maestra Ángela Carmona Rojas, de quien en lo personal guardo muy buenos recuerdos por haberme enseñado a leer y a quien le dediqué mi tesis de Licenciado en Periodismo. 

Fue grato el rato que platicamos porque se nos vinieron en cascada los recuerdos de esa benemérita institución que nos dio las primeras luces de la sabiduría con maestros responsables y vocación. No nos iba a faltar la enérgica y pulcra academia del maestro Rafael Hernández Lara, como también aquella cooperativa que impulsaba con la venta de las empanadas de guayaba, queso y azúcar; budines y tortas de queso que íbamos a buscar a la panadería de Mario “Camión” Ortega y vendíamos en una canasta redonda asentada en el barandal del inmenso corredor.

Y ya que hablamos del maestro Rafael Hernández Lara, no debemos olvidar aquel espectacular nacimiento que montaba en toda la sala de su casa en estos días de diciembre, navidad y año nuevo. Era fantástico ir a visitar su gran obra de arte, que todavía tengo grabado en mi memoria. Carlos Muñoz estaba regocijado con la plática y salió a colación el maestro Rafael Delfín Almeida“Yito”, su rígida forma de tratarnos, pero a la vez complaciente con aquellos viajes que nos conseguía y organizaba a distintas partes de la república mexicana. 

Claro, yo fui a la Ciudad de México donde visitamos la fábrica de chocolates “La Azteca”, el edificio “Latinoamericano”, desde donde vimos a través de unos binoculares gigantescos para nuestra edad (12 años) toda la capital de la república, que nos dejó asombrados. Estuvimos esa vez en “Televicentro”, precisamente en la grabación de un programa de “Viruta y Capulina” que se transmitía todos los jueves a las siete de la noche. Lo que yo no recuerdo y me dice Carlos, es que nos hospedamos en el “Hotel Florida” del centro de la ciudad. 

Con el “Profesor Yito” fueron experiencias inolvidables pues también nos invitó a una visita al “Centro Experimental Agropecuario” de Cotaxtla, Veracruz; pero todos teníamos que ir de camisa celeste y pantalón azul, de manera obligatoria. Por lo que tuve que pedir fiado una camisa que costó 12 pesos, a don David Martínez Reynoso –yerno de doña Andrea Ramón Solano, mamá de Carmen Arano y Andreita que era su esposa—a quien a la distancia del tiempo, le agradezco la confianza a un chamaco de apenas 12 años. 

Carlos Muñoz Sosa“Chamarra”, se acordó de otras personas que fueron sus maestros como el “Profesor Silva” y otro de apellido “Portela”, hijo de mi tío Mario Hernández Portela y hermano de “La Weba”, que vivían a la bajada de la calle Llave, rumbo al mercado. Tampoco se olvidó mi amigo y paisano de don Ernesto Macarty Torres, quien era su vecino en la esquina de calle Bravo y Manuel P. Hernández. En la puerta de su casa tenía su puestecito de dulces como también en la entrada de su salón de tercer año de la primaria “Josefa Ortiz de Domínguez, donde fue por muchos años el director de la escuela.

Nuestro personaje de este día y con quien recordamos al Alvarado que ya se nos fue y no volverá, me comenta que entre sus chambas, fue chofer de los camiones de pasaje de don Aniceto Lara Sosa“Cheto Calabacha”; aquellos inolvidables vehículos trompudos de los años 60s, cuyas fotos son íconos de esos tiempos. Recuerdo que uno se llamaba, “El Perro Fiel”, otro “Adelita” y creo que había un tercero con el nombre del “Firme”.  

Carlos me recuerda que fue operador –así se les llama cuando ya están en otro nivel y no chofer—de Autobuses Unidos (AU), Autobuses de Oriente (ADO) y el “Estrella Roja” con ruta de México-Puebla-Texcoco. Asegura que fue capitán del barco “Propemex A-23” de Productos Pesqueros Mexicanos, Planta Alvarado. Se acordó con nostalgia de la loma donde íbamos a buscar guayabas, tunas, franciboca, agrás, y también de amigos de los que ya no sabemos dónde están o se nos adelantaron en el camino de la vida.  

Recordamos a aquella hermosa morena que llamábamos San Esteban, porque creo que ese era su apellido; a Joaquín Sena, a Gilberto Yépez el nieto de Regino Yépez “El Cardenal”Juan Simón y Martín, de los que nunca no acordamos de sus apellidos. También de Víctor Portugal, hijo de Zenón; de Gastón Blanco Ruiz; de “Man” el hermano de “Misagua”, de nuestro compañero de primaria Raúl Martínez, hermano de Güicho Martínez que era corneta de la banda de guerra de la “Benito Juárez” cuando Rosalinda Ubier era la comandanta y que después fue uno de los connotados trompetistas de grupos musicales como la “Sonora Puerto Rico”. No se nos olvidó José Luis Llamas Hernández, el nieto de Vicente Emilio Hermida, el lechero que vivía cerca de “Los Chamarras”, de la familia de “Las Borregas”, como les decían.

Uff!, de qué no acordarnos en una larga plática y después de tantos años de no saber uno y otro de nosotros. Carlos Muñoz Sosa y yo, recorrimos una parte de ese camino que hemos andado en la vida; cada uno por su lado, pero que son partes de esta historia mundana que todos vamos reconstruyendo de Alvarado y los alvaradeños, para conocimiento y satisfacción nuestra. RP@…

Con un saludo desde la Ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tierra del pozol, el nucú, la papausa y la chincuya… 

Para contactarme: rupertoportela@gmail.com

Celular: 961 18 8 99 45.

MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C. 

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