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¿Adiós a las pluris? / Código Nucú

¿Adiós a las pluris? / Código Nucú
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César Trujillo

La cúpula del Partido Revolucionario Institucional (PRI) propuso ayer eliminar la representación proporcional (plurinominales) en el Congreso de la Unión, lo que representaría, según se dijo, un  ahorro de alrededor de 20 mil millones de pesos. Este podría ser un paso importante para empezar a frenar a aquellos políticos que saltan de pluri en pluri con base en el arribismo, el compadrazgo o los acuerdos cupulares, y que lejos se encuentran de ser las  expresiones válidas que abonen a la pluralidad que requiere, de forma urgente, la sociedad.

Los legisladores plurinominales son electos a través de una lista de “muchos nombres” que deberían priorizar la participación ciudadana, pero que en realidad terminan siendo simulacros en los que se benefician (directamente) a los amigos o familiares de políticos, dejando pocos espacios para que las expresiones de la sociedad hallen eco.

En Chiapas, por ejemplo, las plurinominales son exclusivamente para beneficio de los políticos chapulines, esos que se han enquistado en el poder desde hace rato, los de los apellidos heredados e incrustados a la fuerza, sí, aquellos que por la amistad con el Ejecutivo siguen ahí, pero sobre todo: son la muestra de cómo el arribismo sigue inmerso dentro de una política endeble y amafiada que lucra con la pobreza de la entidad.

No olvidemos que nuestro país cuenta con un sistema de representación mixta. Es decir: 300 diputados que son electos directamente, a los que se les conoce como mayoría relativa, y otros 200 que llegan a la Cámara por el sistema de representación proporcional y a los que conocemos como pluris. Así, el sistema político mexicano, en teoría al menos, está diseñado para que los porcentajes de diputados de cada partido en los congresos del país se acerquen al porcentaje de votos obtenido por cada partido en la elección (otra falacia más que queda en las puras buenas voluntades).

Pero en la práctica las cosas no son así y funcionan de forma diferente. Las famosas listas de donde toman los nombres de aquellos que ocuparán un espacio en las pluris están encabezadas por los mismos nombres que, tiempo atrás, ocuparon otros espacios. Pocos son aquellos que sí trabajan y que sí legislan por el pueblo, que sí tienen cierto compromiso social. De ahí que veamos los mismos rostros cambiando de partidos y colores, cambiando de puestos, aunque ponderando la misma falsa ideología y el mismo sistema de empoderamiento para hacerse millonarios a costa del erario.

A esto podemos sumarle que los ciudadanos no conocen a la gran mayoría, es decir, no saben quiénes son ni para qué sirven los diputados electos bajo esa representación. Y esto no significa que los otros, los de mayoría relativa, sí trabajen o sí representen al electorado. Al fin de cuentas, los legisladores (la gran mayoría) son una repetición constante de errores, de mafias, de acuerdos que atentan contra la sociedad a la que deberían representar y por la que deberían legislar, aunque nunca sea así.

Ahora bien, falta ver qué intencionalidad lleva la propuesta del PRI. Siendo viejos lobos de la aldea, difícilmente dan paso en falso. Saben bien a qué juegan y cómo deben hacerlo. Saben bien que es la oportunidad de mostrar un rostro humano en tiempos donde la tragedia y el caos se han apoderado de muchos. Tal vez sea un error mío no creer en las buenas voluntades cuando éstas traen colores que las cubren (que sea el tiempo el que muestre los resultados).

Pr ello, acertado fue el gran Emilio Rabasa que escribió en su libro La constitución y la dictadura que un cuerpo legislativo es preciso que reúna un buen número de caracteres, capacidades e intereses diversos, para que no haya ninguno personal, invariable e inflexible; en una palabra, es forzoso, para que haya un Congreso, que éste no tenga el alma de una persona, sino la psicología de una colectividad.

Ojalá y esto pudieran entenderlo esos que hoy ostentan el poder, los que legislan y tienen la oportunidad de cambiar el rumbo del país, pero prefieren repetir la misma fórmula: la del oportunismo y traición a quienes los votaron.

Manjar

Dos años hace ya que 43 jóvenes de la normal rural Ayotzinapa fueron atacados por policías de Iguala y del vecino municipio de Cocula, en Guerrero. A tres más los asesinaron ese mismo día. Esa noche, los policías se llevaron a los estudiantes y el paradero de 42 de ellos aún se desconoce, aunque las sospechas y rumores sean de diversas índoles. Sólo han podido identificar (con pruebas de ADN) a Alexander Mora y parcialmente a otro, Jhosivani Guerrero de la Cruz. Hoy, dos años después, se hará de nuevo otro pase de lista y sus nombres quedarán en los anaqueles de la historia como víctimas del estado represor y asesino en el que vivimos, ese que se encarga de violar sistémicamente nuestros derechos, ese que nos tiene sembrados en la indefensión. #FueElEstado // La recomendación de hoy es Anteparaíso  de Raúl Zurita y el disco Love Vibrations de Barbara Tucker. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer. // Para cualquier duda o aclaración puede marcar al 961-167-87-07.

@C_T1

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César Trujillo

9611678707

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