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El sismo de Morena

El sismo de Morena
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Juan Carlos Cal y Mayor

 

Dice el dicho que “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. Después de 18 años en campaña y de ser considerado por tercera ocasión consecutiva como virtual candidato a la Presidencia de la República, parece que la fórmula de tomar siempre la delantera no le esta dando los mejores resultados a AMLO.

Ante la indefinición de las candidaturas de los demás partidos que esperan los tiempos marcados por la ley electoral, la candidatura presidencial de facto en Morena lo expone con sus aciertos o errores a la lupa de la opinión pública. Es decir, ser objeto de escrutinio público con todas sus fortalezas pero también sus debilidades. Una oportunidad que sus adversarios, como el los llama, no tienen porque desaprovechar.

Era predecible que al ser Amlo el más visible por su discurso polarizante y maniqueo  logrará un efecto que hoy lo pone a la cabeza de las encuestas electorales, porque sus seguidores ya están definidos aunque se ha dejado de lado a los encuestados (entre un 25 y 33%) que no sabe o no define su voto aún y que pueden ser cruciales para la elección.

Este alto porcentaje de posibles electores es una brecha que se va cerrando conforme se acerca la fecha de la elección para la que faltan aún 9 largos meses. Desde esa perspectiva nada esta definido si consideramos que el PAN le sigue de cerca en las encuestas y ahora sumado al Frente Amplio parece atraer aun mas las simpatías según los últimos estudios de opinión.

Según analiza Ricardo Monreal –el ahora declarado hereje por Morena- en un reciente artículo publicado por Milenio, la posibilidad de que participen 3 frentes amplios (Morena-PT, PAN-PRD-MC Y PRI-Verde-NA) introduce un factor de alta competencia y de incertidumbre en el resultado final. El otro factor –señala- que incrementa la incertidumbre es un 30-33% que expresa que aún no decide o no sabe por quien votar.

En esa lógica no hay nada para nadie. Los estrategas de Morena se han esforzado en permear un efecto ganador con el que muchos se han ido con la finta sumándose a Morena. Pero ese efecto al paso del tiempo parece difuminarse. Aunado a ello se han concentrado en fomentar la polarización alimentando el descontento en su discurso y en las redes sociales, además de vender la idea de que López Obrador encarna la pureza contra la corrupción el mayor de todos los males del país, expulsando del paraíso morenista a todos aquellos que no pensamos igual y por ende somos parte de la Mafia del Poder. La postura además de populista es autoritaria, fundamentalista y discriminatoria negando la pluralidad y el derecho a pensar diferente. La consecuencia es que ha fanatizado a sus seguidores al grado del insulto. Si hacemos números resulta que una quinta parte de los electores no tolera al resto de los posibles votantes el cual se puede aglutinar en un voto útil que arrebate las anticipadas pretensiones de Amlo.

Para los analistas electorales y de acuerdo a las proyecciones numéricas respecto del número de electores; las elecciones de Veracruz (con mas de 5 millones 600 mil electores), Estado de México (con 10 millones y medio de electores) y Ciudad de México (con 7 millones 600 mil electores) resultaban cruciales para pensar y hasta anticipar un triunfo en el 2018.

Visto así los resultados no han favorecido a Morena. Se conjetura que  apostaron al apoyo del famoso JAVIDU que no quería al candidato del PRI y menos al del PAN que al final resultó ganador. Y aún así perdieron en Veracruz. Después llegaron las elecciones del Edomex y aunque doña Delfina fue la candidata el gran perdedor volvió a ser Amlo, aunque diga como consuelo que les robaron las elecciones.

Y si falta mas vino la deblácle con el proceso de preselección de la candidatura a la Ciudad de México donde Monreal, ganador de la mayoría de todos los sondeos previo al de Morena, quedó colocado en un 4to lugar lo cual desató la eventual ruptura del delegado de Cuauhtémoc, victima hoy de una campaña de descredito por parte de sus propios correligionarios, además del desaire de Amlo que lo sentenció a disciplinarse a sus designios o sumarse a la mafia del poder. “No hay medias tintas, o estas con ellos o estas conmigo” fue el veredicto.

Si faltaba más vino Chiapas y faltan aún mas procesos donde seguramente seguirán los descontentos y las escisiones. Así lo manifiestan militantes y seguidores que no parecen dispuestos a aceptar los mecanismos demoscópicos que por cierto, establecen los estatutos de Morena para la elección de candidatos o coordinadores que viene siendo lo mismo.

Primero fueron las tómbolas, ahora las encuestas. El tema es que al paso del tiempo y después con la definición de las candidaturas de las demás fuerza políticas, el desfondador de la izquierda y expiador de los arrepentidos, resultará desfondado por la decepción de su propia militancia.

 

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