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Reconstruir-nos

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Carolina Manga

Decía el poeta:

“¿Qué les queda por probar a los jóvenes en este mundo de paciencia y asco? ¿Sólo grafiti? ¿Rock? ¿Escepticismo?

También les queda no decir amén, no dejar que les maten el amor, recuperar el habla y la utopía,

ser jóvenes sin prisa y con memoria,

Situarse en una historia que es la suya,

no convertirse en viejos prematuros.”

– Mario Benedetti/ ¿Qué les queda a los jóvenes?

Jóvenes, millenials, ninis, como mejor los reconozcan. Este miércoles , han demostrado que tienen suficiente para ganarse el futuro, para hacer propia la historia, para hacer ver que son más de lo que les critican.

En un país con 38.3 millones de jóvenes, en su mayoría mujeres, y que seguramente muy pocos tienen acceso a la educación y a servicios básicos, porque el estado no los procura, pero que si promete, promete que si estudias y te preparas, un cielo, que SPOILER ALERT… No existe, te espera.  Y que si por si fuera poco, tienen que cargar con las exigencias de sus generaciones pasadas. En estas épocas difíciles en dónde se les exige duramente, han demostrado algo: esperanza.

Hoy han estado en ese montón de escombros, mano a mano. En ese lugar, recibiendo y pidiendo ayuda. Sí, con esos celulares. Sí, con esa red social. Sí, hoy han dado el ancho.

Habría que reconocerles. Que reconocer la ardua labor, el inmenso ánimo, la inmensa solidaridad, y la gran capacidad.  Reconocer que hay esperanza, que entonces no son sólo millenials haciendo virales memes de un bolillo o de una quesadilla con o sin queso. Yo les aplaudo. Yo les reconozco. Yo les digo, GRACIAS.

Gracias por devolver la esperanza, por no dejar que en este mundo donde los demonios propios son los primeros en salir, sea el amor el que nos una. Por ser guerreros y guerreras, por alzar la voz hoy, por mostrar coraje, por mostrar acción. Por demostrar que jóvenes no es sólo sinónimo de cifras de desempleo (aunque duramente lo sea). Demostrar que juntos y organizados se pueden lograr grandes cosas.

¿Qué deberíamos rescatar de esta tragedia? Sencillo. Que hoy no sólo estamos levantando escombros y reconstruyendo lo que alguna vez fuimos. No. Sino que además de eso, tenemos esperanza en reforzar esos cimientos , empezar, pero desde cero, de tener una vez más, la oportunidad de reconstruirnos, y que sólo así, podamos ser capaces de cambiar la historia.

No es un camino fácil, pero es un camino que estamos obligados y que debemos tomar. ¿Para qué? Para hacer más habitable, más a gusto, este lugar.

Organización es la palabra.

Ya vimos que es posible, hagámoslo.

No sólo hoy, no sólo en este momento de crisis, hagámoslo mañana y pasado también.

Seamos rebeldes, pero con causa.

Que ser joven sea sinónimo de ser revolucionario, parafraseando a aquel presidente chileno.

Porque podemos, hoy se ha demostrado.

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