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Oda a los muertos; mis muertos

Oda a los muertos; mis muertos
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                    Ruperto Portela Alvarado.

                                     (Noviembre 02-2020)    

Un día no basta para volver a la vida a tus muertos. No alcanza la vida por llorar sus ausencias, aunque el dolor se vaya diluyendo en el tiempo, con resignación; pero nunca con olvido. Vamos andando el camino; el mismo sendero que ellos, donde alguna vez habremos de reencontrarnos. 

Sí, claro, es propicio el “Día de Muertos”, 2 de noviembre de cada año, para hacer de ellos un día de vida y regreso a nuestra cotidianidad con altares y festejos. Vaya por ellos, una oración en su eterno descanso en lo misterioso del universo. 

Ofrezco estas loas a ellos, con el sentimiento henchido de dolor, pero lleno de amor, que no se pierde nunca…    

LLORO POR MIS MUERTOS.

Lloro en silencio y sin lágrimas.

Solo escurre por mis mejillas,

El agua que me baña el cuerpo.

Solo, en el umbral del baño;

Solitario, todas las noches,

Me vienen los recuerdos;

Esos recuerdos,

De mis queridos muertos. 

Éramos, una familia de diez

Hermanos,  

Y doce con mis padres.

Menos ella, Gracielita,

Que se nos fue antes de amanecer,

En la alborada de su vida. 

Mamá Goya, Gregoria Alvarado 

Valerio;

Papá Cele, Celedonio Portela 

Sánchez.

Los dos grandes pilares

Que prendaron sus vidas,

Pero, que no alcanzaron a ver,

El triunfo de sus entrañas; 

A sus hijos realizados. 

Me cae el chorro de agua

Y a la vez, 

El torrente de recuerdos 

De mis padres,

Y hermanos idos. 

Cecilio “Chilo” Portela 

Alvarado. 

El niño alegre y precoz, 

De juventud dedicada al trabajo,

Se nos fue el 4 de abril de 2010, 

El mero día del cumpleaños

De mi hija Ana Lilia. 

Mario, el extraño hermano

Solitario; 

El que siempre jugó 

Sus cartas solo; 

Con la libertad del águila

Que vuela,

Y desciende al atardecer.

También te nos adelantaste

En el camino, 

un 26 de febrero de 2014.

Gabriel, el infalible “Gaby”;

el hombre alegre y

Desenfadado. 

Popular entre la tropa,

Como la Adelita.

Romántico, dicharachero;

Como su propio nombre

De batalla lo delataba: 

Wilibaldo Alfredo Epitasio

Gabriel Matías José.

Bailar era su gusto

Y cantar su devoción;

Porque fue su vida 

Pura, llena de pasión.

Luz que se fue apagando

Con la agonía de la vida;

Pues todavía recuerdo

Aquel 12 de marzo

En que me avisaron

Que te nos había ido.

No sé si lloro,

Pero las gotas del agua

O el chorro de la regadera,

Simulan mis lágrimas. 

Lloro a mis muertos;

Los recuerdo

A cada instante. 

Hoy que están distantes

Sé cuánto los he 

Querido;

Pero lloro 

Ahora que han partido… 

(12 de Junio de 2019)

DEL ALMA VIVA…

No quiero flores

Ni homenajes

Cuando muera.

No más lutos

Ni tristezas;

Que en la vida 

De felicidad 

Me invadieron.

Quiero luz,

Alegría

Y consuelo;

Alimento sublime, 

De fuerza vigoroso

Que la vida y Dios

Me entregaron

Jubiloso.

(18 de junio de 1990)

SIMPLEMENTE NADA…

Cuando oigo el ruido del silencio,

Me despierta el rumor de ultratumba;

Te llamo con gritos que no se oyen;

Te pierdes…

Y las olas te consumen.

         No estás,

Porque ya no existes;

Te haces presente,

Solo en mi mente.

Acaba,

Con lo que no empezaste

Nunca:

Termina,

Con lo que nunca construiste. 

A mi compadre Roberto A. Mancilla Herrera.

(Madrugada del 02 de febrero de 1992)

         En el recuerdo de la vida, “Son Mis Muertos”, a los que recuerdo y lloro; a los que tengo presente en mente y sentimiento. A mi primo y hermano Luis “Güicho” Portela Cruz, por su amistad y hermandad; al “Autentico” que fue siempre, mi primo querido Angelito Portela Chávez y también a mi tío Ángel Portela Sánchez, a quien debo una parte de mi formación personal, con su ejemplo. A mi familia Miguel y Jovita Noguerola Sánchez y a quienes por esta línea familiar se me podrían haber olvidado.

A mi  primo Regino Bravo Yépez, el “Gran Renoji” que a pesar de su fuerza y corpulencia, tenía un corazón noble y leal; José Sotero Silva Herrera el artista bailador del son jarocho, boxeador y buen jugador de billar; a mi compadre Ricardo Padrón Almeida “El Burrito”, extraordinario amigo, atleta y corredor de bicicleta; al buen Rodolfo Senerín “Fito El Naylon”; Joaquín Sena que se nos acaba de despedir. A ellos, a muchos que fueron mis amigos cercanos o que tuve una gran relación de amor como mi suegra Fortunata González Viveros que supo entenderme y aceptarme como soy y me conoció. 

Loa a ellos a quienes faltaron de mencionar y que sin lugar a dudas, forman parte de esta historia de vida, amor y dolor en su partida… 

Desde la ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, la tierra del pozol, el nucú, la papausa y la chincuya.

Para contactarme: rupertoportela@gmail.com

Celular: 961 18 8 99 45. 

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