+ A mi hija ANA LILIA en su cumpleaños.
+ En recuerdo a mi hermano CECILIO PORTELA.
Ruperto Portela Alvarado.
Hoy he vuelto a reír, a soltar la alegría por la celebración del cumpleaños de mi hija ANNA LILIA, a quien doy mi corazón y amor siempre incondicional. Mi reconocimiento a su constancia, profesionalismo en la carrera que decidió por vida, de lo que estamos orgullosos de ti. Es ella parte importante de nuestras vidas, de su madre doña Lilia Hernández González y de mí, en alma, espíritu y corazón. Hoy cumple años y lo festejamos con gran entusiasmo, por ella, por sus hijos, esposo, su madre y yo su padre.
Un día, cuando iba a celebrar sus 15 años, le escribí un poema o más bien una carta que hasta ahora se la voy a obsequiar como regalo de cumpleaños:
NIÑA O MUJER.
Mi niña, mi adorable criatura.
Niña o Mujer en que hoy
Te transformas.
Ser entrañable que cambias tu figura;
Inicias la transición,
Mi pequeña jovencita.
Niña que empiezas el cambio
Y a actuar conforme a tu momento.
Mi niña, aunque jovencita,
Serás siempre mi pequeña.
Botón de rosa,
Joven y fresca,
Serás siempre una flor.
La imagen
De tu infancia
Representa lo más puro
Y cristalino de tu ser.
Ahora,
Levanta las manos al cielo,
Implora la bendición de Dios.
Conserva la pureza
De tu alma.
No claudiques
En tu largo peregrinar
Por la vida,
Que está llena de espinas
Y obstáculos.
Afróntalos con serenidad,
Conserva tu pureza
De alma, espíritu y corazón;
Mantente firme,
Nunca desvíes el camino…
Pero fue un día como este 4 de abril de 2010, cuando recibí la noticia de la muerte de mi hermano CECILIO PORTELA ALVARADO, un ser humano de amor y gran corazón. A quién mucho le quedamos a deber mis hermanos y yo. Este día no se me podría olvidar nunca por la entrañable relación no solo de hermanos, sino de amigos y protector que él tenía para conmigo.
A él y mis otros hermanos: MARIO y GABRIEL que se nos adelantaron en el camino de la vida, les dedico este anti-poema que me salió del alma, del dolor y del entrañable cariño con que siempre nos hemos querido todos en la familia. A mis padres, CELEDONIO PORTELA SÁNCHEZ y a mi madre GREGORIA ALVARADO VALERIO, este recuerdo:
“LLORO POR MIS MUERTOS”.
Lloro en silencio y sin lágrimas.
Solo escurre por mis mejillas,
El agua que me baña el cuerpo.
Solo, en el umbral del baño;
Solitario, todas las noches,
Me vienen los recuerdos
De mis queridos muertos.
Éramos, una familia de diez;
De doce con mis padres;
Menos ella, Gracielita,
Que se nos fue antes del amanecer,
En la alborada de su vida.
Mamá Goya, Gregoria Alvarado
Valerio;
Papá Cele, Celedonio Portela
Sánchez.
Los dos grandes pilares
Que no alcanzaron a ver,
El fruto de sus entrañas;
Sus hijos realizados.
Me cae el chorro de agua
y a la vez el torrente de
Recuerdos de mis padres
y hermanos idos.
Cecilio “Chilo” Portela
Alvarado.
Aquel niño alegre y precoz,
De juventud dedicada al trabajo,
Se nos fue el 4 de abril de 2010,
El mero día del cumpleaños
De mi hija Ana Lilia.
De Chilo guardo el recuerdo,
Del apoyo que nos dio a todos.
Fue el hermano amoroso;
Qué más puedo decir,
Quererlo y extrañarlo.
Mario, el extraño hermano
Solitario;
El que siempre jugó
Sus cartas solo;
Con la libertad del águila
Que vuela
y desciende al atardecer.
También te nos adelantaste
En el camino,
Un 26 de enero de 2015.
Gabriel, el infalible “Gaby”;
El hombre alegre y
Desenfadado.
Popular entre la tropa,
Como la Adelita.
Romántico, dicharachero,
Cómo su propio nombre
De batalla lo delataba:
Wilibaldo Alfredo Epitacio
Gabriel Matías José.
Bailar era su gusto
Y cantar su devoción,
Porque fue su vida
Pura, llena de pasión.
Luz que se fue apagando
Con la agonía de la vida;
Pues todavía recuerdo
Aquel 9 de marzo (2017)
En que me avisaron
Que te nos habías ido.
No sé si lloro,
Pero las gotas del agua
O el chorro de la regadera,
Simulan mis lágrimas.
Lloro a mis muertos;
Los recuerdo
A cada instante.
Hoy que están distantes
Sé cuánto los he
Querido;
Pero lloro
Ahora que han partido…
12-Junio-2019.
Contradicción o confrontación de la vida. El festejo, la alegría y devoción por el amor y cumpleaños de mi amada hija Anna Lilia, y por otro lado, el dolor que no se va por la muerte de mis padres y hermanos, como el día de hoy, el recuerdo entrañable de “CHILO” que fue siempre un fuerte pilar de la familia. A todos, mis recuerdos y a mi hija las gracias por la felicidad que nos regala todos los días…
Todo en la oración y el recuerdo con Dios de frente y su bendición siempre… RP@.