- Desde temprana hora, Bátiz se dirigió al territorio sagrado, siguiendo una ruta que cruza el desierto hasta encontrarse con el Mar de Cortés.
Hermosillo, Sonora, 8 de mayo de 2025. El Nuevo Éxodo por la Democracia llegó hasta el corazón del desierto sonorense. Esta vez no fue una plaza pública ni un auditorio lo que marcó el paso de la campaña judicial. Fue la comunidad del Desemboque de los Seris —la Nación Comca’ac— la que abrió su territorio, su historia y su espíritu al dar la bienvenida al candidato Gilberto Bátiz García.
Desde temprana hora, Bátiz se dirigió al territorio sagrado, siguiendo una ruta que cruza el desierto hasta encontrarse con el Mar de Cortés. Como dicta el respeto a las costumbres ancestrales, antes de avanzar pidió permiso a las autoridades tradicionales del pueblo. Y la respuesta fue tan generosa como poderosa.
Los ancianos del pueblo Seri, guardianes de una cultura milenaria, decidieron honrar la visita con un ritual de buena fortuna. En un círculo de armonía, bajo la brisa del mar y la firmeza del sol, Gilberto Bátiz fue recibido con cantos, danzas, fuego ceremonial y un acto espiritual para equilibrar su energía y desearle éxito en su causa.
Le pintaron el rostro con simbolismo, le hablaron de su lucha por la autodeterminación y la representación y lo bendijeron como a un caminante que honra el territorio. No hubo discursos políticos, solo conexión humana. No hubo promesas, solo respeto y fe.
“El espíritu soberano de esta elección judicial también se nutre de estos encuentros. La justicia debe parecerse a esto: al respeto mutuo, al equilibrio con la tierra, a la dignidad que se construye en comunidad”, expresó Bátiz conmovido.
El candidato recordó que esta elección inédita no es solo para elegir cargos, sino para redefinir el rostro del Poder Judicial. “Necesitamos un federalismo que represente a todos los territorios. Que entienda la historia y las luchas de cada comunidad. Que escuche a pueblos como los Seri, cuya dignidad se defiende con raíces y con voz”.
Tras 40 días de recorrido, Bátiz ha visitado ya 25 estados del país. Pero esta jornada quedará grabada no solo por su fuerza simbólica, sino por su valor espiritual. Porque, como dijo uno de los ancianos al despedirlo: “El que viene con respeto, se lleva más que apoyo. Se lleva nuestro deseo de justicia”.
