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Conservadores y liberales / A Estribor

Conservadores y liberales / A Estribor
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Juan Carlos Cal y Mayor
 
Hay un enredo respecto de los calificativos ideológicos que a diario emplea y endilga el presidente de la República a todo lo que se le opone o lo critica. No hay medias tintas. O estás con él o eres conservador, de la derecha e hipócrita. Su diatriba es cotidiana. El mismo tiempo un ávido lector de quienes mantienen posiciones críticas a su gobierno. Y va eligiendo a sus villanos favoritos. Ha sostenido escaramuzas contra intelectuales, críticos y medios de comunicación. En 2018 contra Jesús Silva-Herzog Márquez el entonces candidato escribió en su cuenta de Twitter: “Hace tiempo que… me cuestiona con conjeturas de toda índole. Hoy, en el periódico Reforma, me acusa sin motivo de oportunista. Ni modo, son tiempos de enfrentar a la mafia del poder, a sus secuaces y articulistas conservadores con apariencia de liberales”.
 
En consonancia con ello, una parte de las redes sociales se vuelcan a su favor. Una legión de trolles, bots y fervientes seguidores atacan con toda clase de insultos y epítetos. Chayotero  es el favorito. Ahora se ha generalizado la idea de que toda la prensa critica –sin excepciones- recibía cuantiosas  sumas de dinero de los gobiernos anteriores a cambio de sumisión y complicidad con el “saqueo” del país. Basta, sin embargo, un ejercicio en retrospectiva para ver que muchos han mantenido esa misma postura respecto del poder presidencial en anteriores gobiernos. Pero eso no existe ni  importa  para los devotos. Pareciera que hay un antes de AMLO y después de AMLO. Un renacimiento después del diluvio neoliberal, del que solo deben sobrevivir los de firme convicción, o conversión a la causa, para conservar la especie regenerada del pueblo bueno en el arca de Morena.
 
A decir, los liberales son en realidad conservadores encubiertos que se oponen a la transformación de México. Se decreta el fin del Neo-Liberalismo como la etapa más gris de la historia de México. Se deja salvo a presidentes como Echeverría y López Portillo, que, ellos sí, llevaron al país a las peores crisis económicas de que se tenga memoria.  
SI nos remitimos a los personajes icónicos del presidente, observamos a personajes como Madero y Juárez con perfiles bastante antagónicos. Madero proviene una acaudalada familia de agricultores. Hizo estudios de comercio en Francia y Estados Unidos. El movimiento Maderista fue básicamente antireleccionista contra la perpetuidad de Porfirio Díaz. Para Madero no existe cabida para el paternalismo de Estado: “los que piden pan… son hombres que no saben luchar por la vida, que no tienen energías suficientes para ganarlo, que están atenidos a un mendrugo que les dé el gobierno”.
 
Juárez adoctrinado en la francmasonería busca la secularización y desamortización de los bienes del clero, entonces poseedora de grandes extensiones de tierra. Impone el registro y el matrimonio civil, el Estado laico que separa Iglesia y Estado, reservándose en su fuero interno las propias creencias religiosas, católicas por cierto. Los conservadores, son la iglesia y sus aliados, arraigados en sus valores tradicionales además de sus ideas monárquicas. Las ideas liberales de la masonería apoyaban la libertad de creencias y la idea republicana de gobierno inspirada en la revolución francesa y particularmente en el protestantismo de nuestro vecino de norte. El intervencionismo Yanqui en pro de la causa juarista fue determinante. La derrota de los conservadores se da un abierto intervencionismo militar en la Batalla de Antón Lizardo en las costas de Veracruz donde fragatas norteamericanas dieron al traste con el cerco marítimo militar y el acecho terrestre del joven General Miramón que lo vio frustrado, resultando así la derrota del gobierno conservador.
 
A la luz del pensamiento juarista liberal, el actuar presidencial ahora resultaría de lo más conservador. Connivencia con el desaparecido PES un partido confesional. Ni que decir  de las arengas bíblicas y las cuasi homilías que desde el ahora motejado púlpito presidencial se esgrimen de forma espontanea y natural. En el modelo económico son otros los parámetros. Intervencionismo de estado y libre mercado. He ahí otra confusión. ¿Quiénes son entonces los liberales? ¿Quiénes los conservadores? Bajo la óptica Lopezobradorista, es el pueblo pobre contra una élite económica corrupta en concupiscencia con el poder, que debe sin más, desaparecer.

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