César Trujillo
Si algo se le reconoce a la diputada federal del Partido Movimiento Ciudadano, María Elena Orantes López, es que sabe mover sus piezas. Su estrategia, guste o no, le ha funcionado y la tiene, en estos momentos, posicionada como la carta fuerte para encabezar el Frente Ciudadano por México en Chiapas. La han acuerpado los otros, los que quieren un espacio también y que saben que, al parecer, los dados ya están cargados (acuerdos cupulares les llaman). Basta ver el “Foro Sufragio y Democracia” en donde participó y mostró que sí tiene convocatoria.
Si bien la he criticado (en repetidas ocasiones) porque desde su trinchera no ha hecho absolutamente nada por las mujeres en Chiapas, debo reconocer que en todo este tiempo ha sabido surfear las aguas de este juego político en el que los varones se pasan el mando de mano en mano y a algunas mujeres las usan bajo un inexistente discurso que evoque a una verdadera igualdad de género (ella lo sabe bastante bien).
Sí, es indiscutible, Orantes López conoce el lenguaje no escrito dentro de la política y eso le ha permitido estar donde está. Podré decir misa y seguir poniendo el dedo en la llaga, pero su actuación, al menos para ella y para las mujeres con las que colabora, sí le funciona. Sí le permite moverse a su modo y tirar los dados aun sabiendo que la partida está perdida, pero con el conocimiento claro y preciso de que en política perdiendo se gana, y se gana bien.
No por algo, so pretexto de conmemorar el sexagésimo cuarto aniversario del voto de la mujer (digno de recordar como lo hicieron colectivos feministas), a María Elena Orantes se le vio acuerpada por la diputada local del Partido Acción Nacional (PAN), Fabiola Ricci Diestel, y a la exdiputada local del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Soriano, dos mujeres que tienen aspiraciones políticas en estos comicios del 2018.
Del Foro que celebraron, politizado tristemente aunque se buscó darle su tópico de análisis ciudadano, me quedo con esa urgencia de que más mujeres se sumen a ocupar puestos de elección popular y que sean éstas las que tengan una verdadera injerencia en el rumbo de la entidad (debe ser así). Urge, sí (coincido en ello), un debate serio, responsable y técnico, sobre propuestas de política pública en donde la inclusión de las mujeres sea de forma clara y sin el parco manoseo de los que en ella se mueven.
Hace falta ver a más gobernadoras, a una presidenta de la república, a más alcaldesas, a más jefas en el gabinete. Los porcentajes donde las mujeres participan, al menos en Chiapas, aún requieren de una verdadera paridad y no de simples simulaciones. De otro modo no veríamos las denuncias de las regidoras que hacen manifiesto los bloqueos y ataques de los propios alcaldes, no veríamos en las fotos oficiales a mujeres que sabemos se prestan al mismo ataque misógino de los varones y que atacan a su mismo género (las hermanas De León Villard conocen a la perfección el tema en su paso por la Secretaría para el Desarrollo y el Empoderamiento de las Mujeres).
En fin. Ayer escribí sobre que el Frente Ciudadano por México en Chiapas no cuaja y lo sigo sosteniendo. Sin embargo, parece que la carta que encabezará esa aventura está ya marcada. Lo que venga después, ya lo veremos.
Manjar
Pablo Salazar dice que va por la libre. Va a buscar ser candidato al Senado: sí, eso dice. Va a recolectar sus firmas y para ello ya puso dos números de celular para poder contactarlo. En un fondo morado, su búsqueda está plasmada. La memoria es corta y por eso la historia tiende a repetirse. Ahora, veremos si los firmantes llegan, si los que fueron parte de su gabinete acuden (gustosos) a respaldarlo, si su anhelo de tener injerencia desde la Cámara Alta se le hace realidad y si hace que la historia siga siendo olvidada por todos. #Reciclandopolíticos // La recomendación de hoy es Voluntad de la luz de Wille des Lichts y el disco Mr. Fantasy de Traffic. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
@C_T1
César Trujillo
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