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Permanecer en el PAN

Permanecer en el PAN
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Juan Carlos Cal y Mayor

Conocí a Margarita Zavala hace unas dos décadas. Eran tiempos en que para ser miembro activo del PAN había que tomar cursos para conocer sus principios de doctrina y sus estatutos. Así debiera ser en todos los partidos. Pertenecer a un partido es conocer, es identificarse, con sus principios y valores.

Por mi formación personal, profesional y convicción, decidí afiliarme después de participar en un proceso interno para ser diputado federal en 1997, donde gané 3 rondas de votación pero no alcancé el 50% más 1, resultando que al final los votos de los contendientes se acumularon y perdí la elección interna por tan sólo 3 votos.

El PAN había ganado la elección anterior en 1995 por la alcaldía con Enoch Araujo y Paco Rojas como diputado local. Fue una avalancha de votos. Lo que estaba en juego un año y medio después, era la diputación federal por el distrito de Tuxtla, misma que se perdió arrojando al PAN a un tercer lugar.  A pesar de ello, no sólo no me retiré sino que decidí afiliarme formalmente al PAN. Para el 98 participé como candidato a diputado local y obtuve un triunfo holgado habiendo participado por el PRI y el PRD dos buenos candidatos y excelentes personas con quienes hoy mantengo una buena amistad.

En política se gana y se pierde. En el 2001 contendí internamente con Vicky Rincón para la alcaldía de Tuxtla y ella resultó electa candidata del PAN ganando la elección de Tuxtla Gutiérrez. No me fui del PAN.

3 años después pude contender por la alcaldía en 2004. El PAN había gobernado bien esos 9 años, pero el ejercicio del poder también desgasta. Sabines había ofrecido muchas cosas en campaña “agua para todos, todos los días” y un sinnúmero de compromisos ante notario público. Yo cometí lo que muchos consideraban un error en política: no ofrecer lo que conscientemente no podría cumplir. Además de ello pagué los platos rotos de no ser consecuente como dirigente del PAN con algunas de las acciones que Pablo Salazar emprendió como gobernador. Por eso para ser alcalde no conté con su apoyo (en una democracia no tenía porqué ser así) y se dice que apoyó a Juan Sabines para ganar esa elección. Pero todo eso ya es historia.

Después de eso vino la elección presidencial donde resultó electo Felipe Calderón a quien apoyé desde el proceso interno. Por cierto Margarita Zavala me convenció personalmente de hacerlo. Yo era Delegado Federal de la Semarnat y mi decisión provocó mi salida –otro golpe más- puesto que Alberto Cárdenas, entonces Secretario del Medio Ambiente, aspiraba también a ser candidato del PAN a  la presidencia. Apoyar a Felipe significó literalmente mi despido de la Semarnat, dirigida entonces por José Luis Luege, ahora también fuera del PAN para buscar gobernar como independiente la Ciudad México. Por ello me sumé activamente a coordinar con mi amiga Gloria Luna y el Dr. Carlos Raimundo Toledo la campaña de Felipe.

Al ganar la presidencia el PAN, por mi perfil profesional, experiencia política y apoyo a la campaña, tenía todas las posibilidades de incorporarme al gobierno Federal. Al mismo tiempo ganó Juan Sabines como gobernador del estado de Chiapas. Las dos elecciones fueron muy cerradas e impugnadas ante los tribunales electorales. Sucedió entonces que Juan Sabines siendo elegido por el PRD reconoció el triunfo de Calderón al mismo tiempo en que la avenida Reforma permanecía tomada por los seguidores de Amlo, quien nunca reconoció el triunfo del PAN y después se declaró “Presidente Legítimo”.

Sabines se ganó la simpatía de Felipe. Al mismo tiempo me ofreció participar en su gobierno para lo cual tuve que contar con la anuencia del PAN de acuerdo a sus estatutos. No hubo pactos secretos ni componendas. Me desempeñe institucionalmente como funcionario público pero jamás renuncié a mis derechos ni a mi militancia política.

Cuando vino la sucesión presidencial, apoye en el proceso interno a Josefina Vázquez Mota. De “arriba” me dijeron que la “línea” era apoyar a Cordero, pero me mantuve firme –asumiendo las posibles consecuencias- de apoyar a Josefina, quien finalmente resultó electa en un proceso interno. Cordero el candidato de Calderón, así como Santiago Creel lo fue de Fox.

Después a petición de Madero, decidí separarme del cargo de Secretario de Turismo para buscar la candidatura del PAN a la gubernatura del estado. De la manga y a destiempo de acuerdo a lo que marca la constitución apareció Nivón el alcalde de Tapachula. Josefina –a quien yo había apoyado- lo nombró coordinador de campaña, inclinado la balanza a su favor ante un eventual proceso interno,  a pesar de que no la apoyó como yo lo hice. Pero otra vez no me fui del PAN. Me quisieron obligar a “declinar” por Nivón, pero no acepté. Simplemente me mantuve al margen.

No soy masoquista. Manuel Velasco, era y es, mi amigo y decidí en lo personal votar por él pero no participé en ningún acto de campaña, lo cual significaba mi expulsión del PAN. De todas manera enfrenté un proceso de expulsión en mi partido, pero lo gané porque no hubo pruebas de que hiciera proselitismo.

Lo que sucede ahora con el retiro de Margarita me parece muy grave. Me duele, porque la aprecio y reconozco. Además porque la política no es un asunto sólo de aspiraciones personales, sino de competitividad y Margarita la tenía.

Si Ricardo Anaya decidió conformar un Frente Amplio con otros partidos y sostiene que los objetivos del frente van más allá de las aspiraciones personales, me parece que le falló el tacto para prever una eventual salida de Margarita.

El dilema que enfrentamos ahora los panistas es para dónde jalar. Yo pensé que en efecto, Margarita se inscribiría como candidata independiente para lo cual y por los tiempos que marca el código electoral se vio obligada a salir del PAN. Pero debió dejar abierta la posibilidad de encabezar el Frente aún en esa condición. Eso esperaba yo, pero parece que no hay retorno.

No sé qué vaya a decidir el PAN con los disidentes que quieren mantener su militancia. En mi caso no pienso tirar por la borda una trayectoria política por el partido con el que siento afinidad ideológica y que no encuentro en ningún otro. Ya dejé claro que pretextos para salir han sobrado. Veremos en qué desemboca todo esto.

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