RODULFO REYES
Circuló ayer fuerte, muy fuerte, la versión de que este miércoles Guillermo Narváez Osorio presentaría su renuncia como secretario de Educación, con el fin de alistarse para participar en el proceso de cambio en la conducción de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
No se necesita ser especialista para entender que, si así se presenta el movimiento, entonces el extitular del Tribunal Superior de Justicia es la “carta fuerte” del gobierno de Adán Augusto López Hernández.
Aparentemente ya todo está cocinado: el actual rector, José Manuel Piña Gutiérrez, no puede ‘rebelarse’ ante el ‘establishment’ en virtud de que le tienen ‘prensadas las manos’ por el tema de la ‘estafa maestra’.
Esto es, para salvarse, la camarilla que impuso a Piña debe “hacerse a un lado” y aterrizar la línea del régimen a la Junta de Gobierno para apuntalar al aspirante oficial.
¿Significa que fue fácil la “operación política” para echar a la ‘hermandad’ que por cuatro períodos consecutivos ha exprimido los recursos de la institución para crear una nueva camada de ricos que ha invertido en la construcción de escuelas privadas para gente rica?
De acuerdo con fuentes enteradas, la ‘mafia universitaria’ a la que pertenece el actual rector ha aceptado que llegue el notario público con licencia que es muy amigo del gobernador, pero ha decidido cerrar filas en contra de la aspirante a la que se considera “izquierdista pura” y con fuertes vínculos aun familiares con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se trata de la doctora en Biomedicina Nuclear, Miriam Carolina Martínez López, directora de la División Académica de Ciencias de la Salud (DACS), quien cuenta con el respaldo mayoritario de la comunidad universitaria por ser la aspirante con más méritos académicos.
Pero más allá de su desempeño en la ciencia, la originaria de Tenosique pertenece al círculo cercano del mandatario del país.
Sus adversarios le quieren negar que se trata de una auténtica obradorista y que desde finales de los ochenta ha participado en la lucha de López Obrador.
La relación con AMLO viene desde que este estudiaba en la capital del país, cuando el de Macuspana compartía casa con un hermano de Miriam Carolina.
En el 2000 que finalmente Andrés Manuel logró un cargo de elección popular como jefe de gobierno de la Ciudad de México, una hermana de Martínez López ocupó un alto cargo los seis años que duró la gestión del tabasqueño y continuó en la de Marcelo Ebrard.
En términos estrictos puede aseverarse que la directora de la DACS representa el obradorismo que surgió de la lucha social de 1988, y una prueba es que a principios de la administración perredista de Arturo Núñez Jiménez fue subsecretaria de Educación, pero dejó la plaza en el momento en que enfriaron las relaciones entre el marido de Martha Lilia López Aguilera y el hijo predilecto de Tepetitán.
Martínez López no ha militado en el PRI, y ha estado en política en los espacios en donde ha militado AMLO desde principios de los 90: el PRD y ahora Morena.
Por supuesto, el gobierno morenista del estado no respalda a la tenosiquense, que, además, cuenta con el rechazo de la pandilla que quiere seguir sangrando los dineros universitarios.
Ahora bien, ¿se negoció impunidad con la llegada de Narváez?
ESTRICTAMENTE PERSONAL…
ESPACIOS AL SERVICIO de un par de aspirantes a rector ‘amadrinados’ por el grupo de Piña Gutiérrez ya se dieron cuenta que las posibilidades de Miriam Carolina son altas, y han dado un giro de clavadista de oro.
