* De los 7 mil 033 millones de pesos dispersados hasta 2022, solo se reintegraron 601 millones.
El programa Tandas del Bienestar, implementado en 2019 con el objetivo de otorgar microcréditos sin intereses a pequeños negocios, registró una recuperación del 8.5 por ciento de los fondos entregados. De los 7 mil 033 millones de pesos dispersados hasta 2022, solo se reintegraron 601 millones, mientras que 6 mil 400 millones no fueron devueltos por los beneficiarios.
Según datos de la Financiera para el Bienestar, encargada de administrar el programa, 542 mil 615 beneficiarios no realizaron pagos para cubrir su deuda, y otros abonaron solo una o dos veces sin completar el monto total. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó inconsistencias en la administración de los recursos, como la entrega de préstamos a personas que no cumplían con los requisitos de edad y la falta de documentación que acreditara el destino de los fondos.
El programa pasó de la Secretaría de Economía a la Secretaría del Bienestar en 2021 y dejó de recibir presupuesto federal en 2022. Para mantener su operación, se utilizaron recursos del programa Sembrando Vida, de acuerdo con la ASF. En su informe, el organismo señaló diferencias de 19 millones de pesos entre lo reportado en la Cuenta Pública y los montos reintegrados al fideicomiso del programa.
En 2022, el expresidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a los beneficiarios para que cumplieran con sus pagos y así garantizar la continuidad del programa. Sin embargo, las reglas de operación solo establecían la exclusión de nuevos créditos como consecuencia por la falta de pago, sin contemplar mecanismos adicionales para recuperar los recursos entregados.
De los 351 mil 130 beneficiarios que accedieron al primer crédito de 6 mil pesos en 2019, solo 425 lograron obtener un tercer préstamo de 15 mil pesos, y ninguno accedió al monto máximo de 20 mil pesos. En 2023 y 2024, el programa fue cancelado sin otorgar nuevos financiamientos.
La ASF recomendó una investigación sobre la gestión del programa para determinar responsabilidades administrativas. Entre las observaciones realizadas, destacó la necesidad de fortalecer los mecanismos de control para garantizar la recuperación de recursos en futuros esquemas de financiamiento gubernamental.
