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OSCAR CAMARERO, navegante de tierra y sol

OSCAR CAMARERO, navegante de tierra y sol
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+ La “Marigalante”, obra de un carpintero de ribera…

+ Personaje orgullo de los alvaradeños…

 

                            Ruperto Portela Alvarado.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 21 de Septiembre de 2018.- Ser, hacer y crecer; vivir para servir y enaltecer el seno familiar como la tierra que nos vio nacer. Así veo a don Oscar Camarero Figueroa, un insigne alvaradeño que ha sabido llevar la fama de sus obras con humildad y sencillez.

No es para menos porque “los sabios así son”. Y, aunque nuestro personaje goce de linaje que ha alcanzado con su trabajo, vida y obra, mantiene los pies sobre la tierra y su corazón henchido por el orgullo de ser alvaradeño. Esa misma modestia le merece el reconocimiento de sus coterráneos de esta bendita tierra al constructor de la gran nao, “La Marigalante”.

Escribir el tema de la construcción de la “Marigalante” y de don Oscar Camarero, es un pleonasmo porque de ambos se han regado mucha tinta y demasiados teclazos para enaltecer la obra de este gran alvaradeño que es esta preciosa nave que un día 27 de septiembre de 1987, después de mil peripecias en su proceso de construcción, finalmente fue botada en el puerto de Alvarado navegando hacia Veracruz de donde saldría posteriormente con destino a Santander, España.

Me honro en dedicarle estas palabras a don Oscar Camarero, aunque de él y la construcción de embarcaciones incluida la “Marigalante” lo han hecho antes y con muy buen tino, el amigo doctor Rafael Miravete Oropeza y vale la pena recordar el excelente libro “Prisionera Alvaradeña”, cuyo autor es Gil Ríos. Claro, no han sido los únicos que se han ocupado de este tema.

Muchos reporteros, escritores e historiadores han buscado a don Oscar Camarero para que les cuente esa fascinante historia de la construcción de la “Marigalante”, su obra cumbre entre más de 300 embarcaciones construidas en su vida de carpintero de ribera y cuya experiencia puso a las órdenes del capitán Vital Alzar Ramírez, Sir de la Orden de San Juan de Inglaterra, para concretar el proyecto: “Mar, Hombre y Paz”.

No quiero ser repetitivo en este tema porque de esto ya se ha dicho bastante. El inicio fue cuando el capitán Vital Alzar terminó un viaje que llevó tres galeones del puerto de Tampico, México, a Santander, España y soñó con una nueva aventura: iniciar el recorrido de los grandes navegantes como   Colón,   Magallanes, Vasco de Gama con la “Nave Capitana” de aquella expedición, llamada “La Santa María”.

Por el año de 1982 inicia la construcción de este navío en el puerto de Alvarado, Veracruz, y en ese momento se pensaba que sería la primera de tres naves que habrían de construirse para cruzar, las tres juntas, el Océano Atlántico en conmemoración de “V Centenario del Descubrimiento de América” en el año de 1992. Los planes indicaban que en 1985 se construiría La Pinta y en 1987 La Niña.

Debido a la grave devaluación que habría de padecer todo el pueblo mexicano, la construcción de La Marigalante se detiene y permanece parada por meses, que al correr del tiempo se convierten en años. Por lo mismo quedan suspendidos todos los planes de las tres naves y poco a poco las cuadernas y casco de la “Marigalante” quedan abandonados en los astilleros de Alvarado.

“Fueron numerosos los intentos que se hacían en aquellos años 1983-1985, para poner a flote tan fantástico proyecto; éramos muchos los que soñábamos con ver a La Marigalante navegando, surcando los mares y llevando ese mensaje de paz que todos compartíamos, entonces, con el Capitán Vital Alzar. Sin embargo, el costo de tan formidable viaje era muy alto y pocos los recursos con los que se contaba”, no dice Luz María Guzmán en su reportaje titulado “La Historia de la Marigalante”.

En julio y agosto de 1986 se reúne el dinero necesario para proseguir la construcción de la “Marigalante” y recuperar lo que se había construido. Pero fue a mediados de 1987 que ya se encontraba casi terminada la majestuosa nave que algunos apuntan que tuvo un costo de 2 millones de dólares y se usaron en su construcción 28 maderas diferentes como el guayacán, palo banco, sachil, mangle, cedro, caoba, entre otras, sacadas de las laderas de la región de Los Tuxtlas en Veracruz.

Pero lo importante en todo esto es que don Oscar Camarero Figueroa tuvo el talento para interpretar los bocetos que le trajeron desde España y pudo construir la nave siguiendo las crónicas de escritores de aquella época.

Recuerdo que en una fiesta “casi” nacional, Alvarado se vistió de gala cuando ese 27 de septiembre de 1987 fue botada a la mar la fabulosa y preciosa nave “Marigalante”. Toda la población y cientos de embarcaciones la acompañaron en su recorrido hasta Veracruz y,  en un acto de orgullo, en muchas paredes de las casas alvaradeñas cuelga una fotografía de la salida triunfal de la majestuosa obra de don OSCAR CAMARERO FIGUEROA.

Fue entonces que el capitán Vital Alzar Ramírez pudo cumplir su sueño de regresar a España aquella “Nave Capitana” que trajo a Cristóbal Colón a América y que se hundió en la isla de Santo Domingo al chocar con los arrecifes coralinos el 25 de diciembre de 1492.

Para don Oscar Camarero es un orgullo la proeza de haber construido una nave que surcó los mares y océanos del mundo, aunque no lo manifieste; aunque es sabido que al momento de que el capitán Vital Alzar le presentó los bocetos, planos y proyectos de la “Marigalante”, modestamente le corrigió los errores para terminar finalmente una embarcación de 36 metros de eslora (largo); once metros de manga (ancho) y un peso aproximado de 420 toneladas.

En la popa  de la “Marigalante” va surcando los mares  una sirena, idea original del escultor Juan Carlos Canfield y  desarrollada por las manos de otro gran escultor mexicano que se llamó Enrique Jolly. Es precisamente esta sirena, quien nos cuenta la historia de esa embarcación, concebida para una función totalmente diferente a la que ahora la ocupa, y es por ello su amarga tristeza.

Actualmente esa réplica de un histórico navío, surca las aguas de la Bahía de Banderas, saliendo todas las noches de Puerto Vallarta, Jalisco. Ahora todo se ha reducido a un “Viaje de Piratas”, en el cual se divierten alegremente (con algunos tragos de por medio) los turistas que abordan el barco. ¡Què lejanos están de aquellos sueños de paz y gloria que tenía La Marigalante!.

“Por eso, joven viajero, si ves sollozar a la sirena que está en el mascarón de proa, podrás entender su tristeza, pues le habían prometido un futuro glorioso y recorridos fantásticos en pos de los grandes navegantes del mundo, y ahora se haya reducida a mera comparsa en estos recorridos nocturnos de “piratas” de utilería, nos dice con nostalgia LUZ MARÍA GUZMAN en su crónica sobre el final de la “Marigalante”.

Pero lo que nunca se ha ido, aunque con esa nostalgia del tiempo, es el orgullo de que la “Santa María” que volvió a España fue construida en astilleros de Alvarado y por un insigne alvaradeño que sin estudios universitarios es catedrático de construcción naval que da clases a estudiantes o ingenieros navales de la profesión de carpintero de ribera. Ese personaje de reconocimiento local, nacional e internacional es don OSCAR CAMARERO FIGUEROA, a quien desde este espacio le rindo mi más ferviente reconocimiento…

Con un saludo desde la Ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; tierra del pozol, el nucú, la papausa y la chincuya…

Para contactarme: rupertoportela@gmail.com

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