+ El retorno de los brujos y la vieja guardia…
+ Movilidad política de Héctor Róbelo Báez…
+ La maldición del “Talibán” Julián Nazar…
+ Renovarse o morir con gente del pasado…
Ruperto Portela Alvarado
¿A QUÉ LE TIRAN EN EL PRI?…
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- La contundente derrota del PRI a nivel nacional y en Chiapas que desde hace 20 años no es gobierno, le ha dejado una estela de daños casi irreversibles para la otrora aplanadora de carro completo. A todo eso contribuyeron los Presidentes de la República que entre la soberbia y la corrupción, hartaron a los mexicanos que en la elección del 2018 se fueron por la opción de LÓPEZ OBRADOR y la 4T Morena.
Hay que apuntar la derrota del PRI en el año 2000 frente a un panista arrollador como VICENTE FOX QUESADA, pero también a la vendimia que hizo ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN del poder y el partido con el afán de blindarse, protegerse de cualquier judicialización en su contra. En Chiapas los ocho años de dirigencia del “Diablito”ROBERTO ALBORES GLEASON, fueron cruciales para dejar en crisis al Revolucionario Institucional y que, con JULIÁN NAZAR MORALES, “El Talibán”en tres años, se le pusieran los últimos clavos al ataúd.
La desidia e inmovilidad política del “Hijo de Satanás” y la persistente fama de corrupto y violento del “Boca Floja” llamado también “Mata Tigre”, contribuyeron a la merma del poder que presumía el partido creado por PLUTARCO ELÍAS CALLES, detentado por más de 70 años. Por eso perdió el tricolor la presidencia de la república en el año 2000, pero como el “Ave Fénix”, regresó a Palacio Nacional y la residencia de Los Pinos, doce años después en 2012, con las mismas mañas y sin aprender de lo pasado.
Digerida la derrota y la aplastante desaparición del escenario político con un cuarto lugar en la última elección, el PRI eligió a un dirigente neófito, novato y posiblemente hasta vendido con la estructura de la 4Ty el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. Todo eso se señala al dirigente nacional, ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS “Amlito”, por su proclividad a las siglas de Morena.
UN RESPIRO O LA TUMBA POLÍTICA…
Acabados en su carrera política (aunque en política no hay cadáveres), ROBERTO ALBORES GLEASON y JULIÁN NAZAR MORALES, el PRI intenta una nueva resucitación en Chiapas. Puede darse el milagro por el activismo que ha manifestado en sus escasas semanas de haber sido ungido dirigente estatal, HÉCTOR AURELIO ROBELO BÁEZ, quien tiene la fórmula perfecta de lo que no se debe hacer y lo que le urge realizar para levantar el muerto que le dejaron “El Diablito” y “El Talibán”.
Ya lo había comentado, que el PRI tendría que sacar de los sarcófagos a su vieja guardia y revivir a la militancia que fue abandonada más de 20 años. Esto lo señalé desde que don ANTONIO MELGAR ARANDA se pronunció por regresar a la política y de ser posible candidato a la Presidencia Municipal de Tapachula. Y no está errada mi tesis de que la nueva dirigencia tricolor chiapaneca tiene que echar mano de la experiencia de aquellos que hicieron política de altura al amparo de las siglas del Revolucionario Institucional.
Y como por algo se empieza, tengo entendido que ya fue vuelto al carril el ex Presidente del CDE, MARIO CARLOS CULEBRO VELASCO (ex Secretario de Gobierno y de Transporte en la nefasta y corrupta administración de MANUEL VELASCO COELLO), nombrado Secretario Técnico del Consejo Político Estatal. No está lejos que también rescaten a un activo importante como JOSÉ ANTONIO AGUILAR BODEGAS, de quien se dice ya está operando para el renacimiento del PRI.
Por supuesto que es una tarea titánica la que tiene que realizar el nuevo dirigente, HÉCTOR AURELIO ROBELO BÁEZ y en esas reconciliar intereses buscar a aquellos 15 ex diputados que se fueron del PRI durante el gobierno de PABLO ABNER SALAZAR MENDIGUCHÍA o los que oyeron el canto de la sirena en la administración de JUAN JOSÉ SABINES GUERRERO.
No está de más pensar en un excelente operador político como EDGAR VALENTE DE LEÓN GALLEGOS; los hermanos PANO BECERRA, (CARLOS OSWALDO y MANUEL DE JESÚS) o el famoso “Cheque”, EZEQUIEL ORDUÑA MORGA en la zona del Soconusco-Tapachula, por mencionar algunos. No está de más hablar del regreso de ex dirigentes como: SAMI DAVID DAVID, ARTURO MORALES URIOSTE, JUAN CARLOS GÓMEZ ARANDA, GERARDO VICENTE PENSAMIENTO MALDONADO y hasta CÉSAR AUGUSTO SANTIAGO RAMÍREZ, que son “viejas chuchas cuereras” en el arte de la política, las actividades electorales y mejores operadores.
Si JOSÉ ANTONIO AGUILAR BODEGAS, que es una garantía de liderazgo, regresa a las siglas del PRI, el dirigente HÉCTOR ROBELO podrá estar seguro que muchos priístas que se separaron por culpa de “El Diablito” y “El Talibán”, volverán; entre ellos el ex Presidente del CDE, JUAN CARLOS BONIFAZ TRUJILLO; los ex dirigentes de la CNC, MANUEL DE LA TORRE RODRÍGUEZ, RAFAEL CEBALLOS CANCINO y LEYVER MARTÍNEZ GONZÁLEZ.
Porque, entre muchas acciones que desde la dirigencia del PRI tienen que realizar “si quieren revivir al muerto” es conjuntar a la gente de experiencia; los que tienen liderazgo, que pueden contribuir a la unidad y fortaleza de un partido al que le están rezando su réquiem eterno.
En fin, es una odisea la encargada desde la dirigencia nacional a HÉCTOR AURELIO ROBELO BÁEZ, como también un reto regresarles el PRI a sus líderes naturales, como devolverle a la militancia que ante la nula atención, tuvieron que emigrar a otros partidos y otros intereses. Habrá que luchar contra la arrogancia, la soberbia, el engaño, la simulación, la rapiña de las prerrogativas y candidaturas, pero sobre todo, la corrupción y la impunidad. Se las dejo de tarea…
Se acabó el mecate… Y ES TODO…
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MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECO. A. C.
