+ Eduardo Ramírez, un logro personal…
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+ Un nombramiento sin beneficio a Chiapas…
+ La lucha entre “La Cuija” y el “Colocho”…
Ruperto Portela Alvarado
LA TRAGEDIA SIGUE RONDANDO…
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Como las aves de malagüero, la imagen del “Zanjaguar Negro” recorre por el territorio chiapaneco con todo tipo de adagios que en su mayoría no le son muy favorables. Su vuelo por el camino de la política aldeana y ahora en las ligas mayores del país, llevan a pensar en la gran desgracia de que OSCAR EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR llegara a ser el próximo Gobernador de Chiapas.
Aclaro, yo no tengo ni filias ni fobias con el ahora Senador de la República y Presidente de la Mesa Directiva de esa Cámara Alta del Congreso de la Unión. Quizá me lleve más a relaciones filiales que a la crítica por su paso en diversos cargos administrativo, de representación popular y el encumbramiento a esferas más connotadas de la política nacional. Pero, el periodismo no es de aplausos, es de críticas y exigencia de rendición de cuentas.
Claro que los chiapanecos no están para aplaudirle al “Jaguar Negro” el inédito e histórico momento de erigirse en Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, que sin lugar a dudas tiene su mérito, y que no han logrado otros en la vida política del país. Pero decir que con esa posición del oriundo de Comitán, la tierra de don BELISARIO DOMÍNGUEZ PALENCIA, de la que fue alcalde en dos ocasiones, “ya le fue bien a Chiapas”, es una falacia, pues la verdad, EDUARDO RAMÍREZ no se preocupó por mejores estadios de vida de los chiapanecos ni cuando fue diputado federal o ahora que es Senador. Se la jugó para sí mismo.
Entiendo, la naturaleza de un político es interceder por sí mismo y escalar peldaños cada vez más altos, como lo está haciendo OSCAR EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR, quien ha tejido fino redes de amistad o complicidad con quien hoy tiene mano libre en la dirección y rumbo del Senado: RICARDO MONREAL ÁVILA, el todopoderoso que ya se siente candidato de Morena a la Presidencia de la República.
No puede negar don “Zanja Negra” que está obsesionado por ser Gobernador de Chiapas, aun contra todos los malquerientes que ha ido dejando a través de su recorrido por la Alcaldía de Comitán –dos veces—, la Diputación Federal por el partido Verde Ecologista; la Secretaría General en el Gobierno del Estado de Chiapas que jefaturó el imberbe y hoy catalogado mediáticamente como el más corrupto en la historia de la entidad, MANUEL VELASCO COELLO.
Precisamente este 1º de septiembre de 2020, RAMÍREZ AGUILAR cumple dos años como Senador de la República y, en su simulación de representación de Chiapas, ha subido al pleno del Senado diversas propuestas en beneficio de los chiapanecos, que dicho de paso, resultaron solo promoción mediática a su imagen y cero a favor del conglomerado. Dicho de otra manera, él ya lo sabía o en todo caso lo batearon como cuando el Presidente AMLO dijo si a bajar el IVA a los Estados del Sureste y resultó que no.
RAMÍREZ AGUILAR es un político de arriesgue, de voluntarismo y cinismo. Se auto llama “producto del esfuerzo”. Creyó que ya tenía en sus manos la gubernatura de Chiapas que empezó a cabildear y hacer campaña desde que fue erigido Secretario General de Gobierno y después Diputado Local en la LXVI Legislatura como Presidente del Congreso, a la que entró en un proceso fraudulento e ilegal; mismos cargos que le sirvieron para promocionarse con la anuencia de su mentor y amigo MANUEL VELASCO COELLO, calculándose un gasto de proselitismo político en 200 millones de pesos, en tres años.
Hay que reconocer que EDUARDO RAMÍREZ conoce el intríngulis de la política y sabe andar los caminos torcidos de los procesos electorales. Desde ese 2015 en que inició campaña y en el 2016 celebró su Primer Informe Legislativo que al año siguiente, 2017, repitió y replicó en las 15 regiones en que se divide el Estado, la gente más pobre, pero también los empresarios y empoderados económicamente, le creyeron que él iba a ser el sucesor de VELASCO COELLO y la “Silla del Tucán”.
Fue 2018 una prueba de fuego donde el “Sanjaguar Negro” vio que no era “el elegido por los Dioses” y que el proyecto de la gubernatura entre el PRI-Verde Ecologista –más los partidos parásitos estatales– se había diseñado para el “Diablito”, ROBERTO ALBORES GLEASON, y no para él. Fue cuando se dio la “Rebelión en la Granja” para destruir la alianza de los “Rojos de Corazón” con “Los Tucanes”, pervirtiendo y violando la ley, el propio Gobernador MANUEL VELASCO COELLO el proceso electoral, donde el mismo Presidente del Instituto Electoral y Participación Ciudadana, OSWALDO CHACÓN ROJAS lo permitió e inclusive participó.
Mientras EDUARDO RAMÍREZ creaba el “Movimiento por la Dignidad”frustrado por su exclusión de la candidatura a Gobernador y realizaba marchas y mítines por todo el estado en demanda de su restauración “a lo que supuestamente se le había prometido”, EL GÜERO VELASCO confundía a los Consejeros Electorales con la desintegración de la alianza PRI-Verde y la volvía a instaurar repetidamente; proclamaba candidato por el partido “Podemos Mover a Chiapas” a su testaferro ENOCH HERNÁNDEZ CRUZ y por otro lado le daba crédito a su “cuasi hermano”, LUIS FERNANDO CASTELLANOS CAL Y MAYOR como candidato de otra alianza, convirtiendo en un desastre las elecciones.
A todo este desgarriate, había que sumarle la alianza de facto que ya había armado el Gobernador MANUEL VELASCO COELLO con los enlaces de Morena y el candidato presidencial, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, que ahora se sabe, fue a través de PÍO LORENZO LÓPEZ OBRADOR y el “abuelo incómodo”, FERNANDO COELLO PEDRERO. Esas relaciones no fueron a escondidas porque el Gobierno del Estado del GÜERO VELASCO y la Alcaldía de Tuxtla que presidía LUIS FERNANDO CASTELLANOS CAL Y MAYOR, le financiaban sus eventos al “Peje-Lagarto”, sin rubor alguno.
En todos esos menjurjes está metido EDUARDO RAMÍREZ, pues desde el “Movimiento por la Dignidad de Chiapas”, logró negociar su inclusión a Morena y la candidatura al senado junto con la de SASIL DORA LUZ DE LEÓN VILLARD, la preferida de la mamá del GÜERO VELASCO y su mamá LETICIA COELLO GARRIDO, también; como la de otros seis o siete personajes de no muy buena reputación política, que supuestamente costó 3 mil 500 millones de pesos.
Por eso la duda y el rumor está en que OSCAR EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR no llega a la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado “por méritos propios”, sino que se pregunta, ¿cuánto le costó esa ascensión?, porque en la 4T y Morena, todo se mide en función de lo que suena y no en lo que es lógico.
Por supuesto que el “Zanjaguar Negro” tiene todo los recursos necesarios para pagar un ascenso o reconocimiento, porque su capacidad política lo ha llevado a cargos relevantes –inclusive sin conocimiento de la materia— a convertirse en menos de 20 años de ejercicio, en un potentado millonario, donde se hace realidad el dicho de que: “con dinero baila el perro”.
Este pasaje de la vida política de EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR nos lleva a reflexionar sobre el poder que tienen los ex gobernadores JUAN JOSÉ SABINES GUERRERO y MANUEL VELASCO COELLO, para imponer en cargos y puestos claves de la política y el manejo de dineros, a sus más allegados, favoritos, preferidos o simplemente testaferros y cómplices, con la protección y beneficio que les otorga a estos “cárteles” el mismo Presidente de la República, el “honorable Jefe Supremo”, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. “La tragedia nos sigue rondando”…
Se acabó el mecate… Y ES TODO…
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MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C.
