Juan Carlos Cal y Mayor
La narrativa “progre” se ha apoderado del espectro político en occidente a consecuencia de las libertades que solo garantizan las democracias liberales. Paralelamente esa narrativa es anticapitalista por considerarlo un modelo opresor. Ahora resulta que los “blancos” desde su condición de “privilegio” crearon ese modelo “patriarcal capitalista”. Cualquiera que se atreva a disentir es furiosamente tildado de racista, clasista, elitista, transfóbico, homofóbico, LGTB-H-I-J-K fóbico y de remate nazi fascista.
Los progres en América latina curiosamente defienden las teorías marxistas y son afines a gobiernos de izquierda. La izquierda en México es la que ha abierto la discusión e inclusión entre otras de modificaciones legales de las ideologías de genero, el derecho a decidir, el lenguaje inclusivo, el discurso de odio, la sororidad, la adopción entre personas del mismo sexo y el consumo lúdico del canabis. Por añadidura ser de izquierda es ser progre y viceversa. Esto no sucede en otras partes del mundo como en los países musulmanes, aunque tampoco en países socialistas o comunistas como Rusia o China.
LA BATALLA CULTURAL
A pesar del fracaso económico del modelo estatista e igualitarista, los progres han ganado la batalla cultural porque se han impuesto en la definición de lo políticamente correcto. Ser de derechas es en automático ser facho, franquista, hitleriano o pinochetista. Un anatema cuál letra escarlata que descalifica a priori cualquier argumento. No importa si se trata de los derechos de minorías o mayorías. En realidad, se debería tratar del respeto al derecho que tiene cada individuo en su fuero interno y que debe ser respetado, más que tolerado, por los demás y eso está garantizado bajo el principio de igualdad ante la ley sin distinción de raza, genero, preferencias sexuales o políticas.
IMPOSICIONES ARBITRARIAS
El problema radica en que una cosa es el reconocimiento jurídico a esos derechos y otra es que desde el estado se pretendan imponer políticas públicas con carácter de obligatoriedad sin respetar a quien piensa diferente, lo cual también constituye un derecho violentado por los llamados “colectivos” que asumen representar a nombre de toda una nueva corriente de los derechos humanos llamados de tercera generación. Una izquierda que se asume erróneamente como liberal ha avanzado de la mano del pensamiento progre. Ser liberal es respetar el derecho irrestricto del proyecto de vida del prójimo. Nada que ver con los conceptos fundacionales del socialismo que históricamente y en la práctica resulta profundamente intolerante y represivo.
CUBA: EL RÉGIMEN HOMOFÓBICO Y ANTIABORTISTA
Eso sucedió en los campos de trabajo forzado que hubo en Cuba en los años 60, donde fueron encerrados homosexuales, católicos y adeptos de las religiones afrocubanas. Hoy se sabe que el Che Guevara fue abiertamente homofóbico y especialmente cruel con los homosexuales. Los consideraba “pervertidos e incapaces”. Castro por su parte llegó a afirmar “nunca creímos que un homosexual pudiera tener las condiciones y requisitos de conducta que nos permitan considerarlo un verdadero militante comunista”
En una entrevista publicada por el diario ‘La Stampa’, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, narró que durante una visita pastoral a Cuba se reunió con Fidel Castro y afirmó que el dirigente se mostró preocupado por la propagación del aborto y subrayó que es fue una de las causas de la crisis demográfica del país. “Fidel Castro nos ha pedido ayuda para combatir la plaga del aborto en Cuba”, aseguró el cardenal.
STALIN: LA REPRESIÓN HOMOFÓBICA
En la década de 1930 en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas bajo el yugo de Stalin, los asuntos LGBT se enfrentaron a la censura gubernamental y una política cada vez más represiva. La homosexualidad fue declarada oficialmente como una enfermedad. En 1933 se añadió el artículo 121 al código penal de la Unión Soviética, en el que se prohibía explícitamente la homosexualidad masculina con hasta cinco años de trabajos forzados en prisión. Se estima que durante el régimen soviético se encarcelaron entre 800 y 1000 hombres al año por este nuevo delito.
LA HOMOFÓBIA MAOISTA
En la China comunista los homosexuales sufrieron persecución pública, segregación social, castigos físicos y cárcel durante y después de la Revolución Cultural, como parte de la purga lanzada a nivel nacional por Mao Zedong contra todos los “elementos contrarrevolucionarios”. El gobierno comunista los calificó públicamente de “enfermos mentales”, situación que perduró hasta 2001, y les confinó en centros de detención y campamentos de reeducación. Combinado con el deseo tradicional de las parejas rurales de tener un hijo varón que cuidara de ellos en la vejez, la política fue particularmente catastrófica para las niñas. Esto resultó en abandonos, infanticidio y, cuando el ultrasonido y otras técnicas de selección de género se hicieron ampliamente disponibles, se hicieron abortos selectivos de género.
PROGRES CAPITALISTAS
Vaya paradoja que arrincona a quienes se dicen progres, liberales y de izquierda en América Latina. Es ahí que para escabullirse aluden a los gobiernos social demócratas o disque socialistas en Europa. Nada mas falso. Son países con ideas liberales que defienden la propiedad privada, el modelo de mercado, la libertad de prensa, la división de poderes y la libertad del individuo, pero no desde la perspectiva idealizada de los famosos colectivos progres.
Cierto es que existen y coexisten sin mayor problema en esos países y sus derechos son reconocidos, pero no impuestos al resto de la sociedad porque solo en las democracias liberales es eso posible. Han ganado por ahora la batalla cultural disfrazando sus ideas socialistas que de triunfar políticamente terminarían por dar paso a gobiernos que por la vía democrática mutan en modelos autoritarios que por su propia naturaleza terminan exterminando las libertades.
