
Manuel Morales
El feminismo es un movimiento social y político, una teoría política y una perspectiva filosófica, que según la REA (Real Academia Española), postula el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. De acuerdo con ONU Mujeres; en principio lucha por la equidad de género y por el reconocimiento de las mujeres como personas físicas y sujetos de derecho. Asimismo sostiene que ningún ser humano debe de ser privado de bien o derecho alguno a causa de su sexo, y busca conseguir que las mujeres tengan iguales libertades que los hombres, además de eliminar la violencia contra la mujer, que en su mayoría es ejercida por estos mismos.
Feminismo e Ilustración.
Salvo excepciones, los principales autores varones de la Ilustración relegaron el papel de la mujer en la modernidad. Tanto Rousseau como Kant consideraban que las mujeres, al igual que los niños, estaban excluidas por naturaleza del derecho de ciudadanía.Celia Amorós estudió el tema, señalando que aunque el feminismo se encontraba ínsito en la cara romántica de la Ilustración, registrando importantes iniciativas aún desde sus etapas más tempranas, sería finalmente una senda no transitada, que llevó a que el pensamiento feminista sea habitualmente ignorado en los estudios sobre del movimiento ilustrado.
Entre los intentos más notables de incluir igualitariamente a las mujeres en el movimiento racionalista, se encuentran los clubes de mujeres en la Revolución francesa y la publicación en 1791 de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, redactada por Olympe de Gouges, con el fin de completar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada dos años antes por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia. Pero aquellos intentos fueron brutalmente acallados, en la expresión de Amorós, como lo evidenció la prohibición de los clubes de mujeres y la ejecución de Olympe de Gouges.
Se genera cierta literatura de carácter liberal a favor de la mujer: John Stuart Mill o Nicolás de Condorcet van a ser ejemplos de líderes (varones) que defienden los derechos de la mujer, pero el vacío y aparente olvido de la relegada figura de la mujer dentro del estado liberal, que perdura hasta el siglo XX, no va a ser denunciado hasta la aparición de autoras como Mary Wollstonecraft autora de Vindicación de los derechos de la mujer, que rompe con la tónica de las obras escritas hasta el momento por mujeres, descritas como «memorial de agravios» y pasa a la «vindicación», componente esencial del feminismo.
En el Imperio español también hubo expresiones feministas ligadas a la Ilustración. Benito Jerónimo Feijoo escribió el discurso “Defensa de mujeres”, considerado el primer tratado del feminismo español. Josefa Amar y Borbón en la Real Sociedad Aragonesa de los Amigos del País, defendiendo la equidad de las mujeres ante el hombre.
Primera ola del feminismo
La segunda fase o primera ola del feminismo se refiere al movimiento feminista que se desarrolló en Inglaterra, Estados Unidos y otras partes del mundo como Iberoamérica a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX.
Originariamente, se concentró en la obtención de igualdad frente al varón en términos de derecho de propiedad e igual capacidad de obrar, así como la demanda de igualdad de derechos dentro del matrimonio. A finales del siglo XIX, los esfuerzos se van a concentrar en la obtención de derechos políticos, en concreto el derecho al sufragio.
En las décadas de 1830 y 1840 se destaca en el movimiento socialista francés, la peruana Flora Tristán, con obras como La emancipación de la mujer, considerada como precursora del movimiento feminista moderno.
La Femme Libre, primer periódico feminista francés realizado y publicado únicamente por mujeres (1832).
Un hito del feminismo es la Convención de Seneca Falls en Nueva York en 1848, donde trescientos activistas y espectadores se reunieron en la primera convención por los derechos de la mujer en Estados Unidos, cuya declaración final fue firmada por unas cien mujeres. Durante ese tiempo, muchos socialistas utópicos habían abordado antes la opresión de las mujeres, como los sansimonianos que defendían la emancipación de la mujer. En este grupo se encontraban las mujeres como Merie-Reine Guindorf, Jeanne-Désirée Véret, Jeanne Deroin, Angélique Arnaud, Caroline Simon y Claire Démar. Los fourieristas, a los que perteneció Eugénie Niboyet, Suzanne Voilquin, Marie Pape-Carpantier, María Josefa Zapata y Margarita Pérez de Celis; habían tratado temas como la necesidad de socializar el trabajo doméstico, el amor libre y la necesidad de reorganizar la sociedad en “falansterios”. Escribió Flora parafraseando a Fourier: “Se observa que el nivel de civilización a que han llegado diversas sociedades humanas está en proporción a la independencia de que gozan las mujeres”.
Friedrich Engels expresó que, en la familia burguesa, “el hombre es el burgués y la mujer representa al proletario”.
Los socialistas Karl Marx y Friedrich Engels recuperaron las ideas de Fourier en La Sagrada Familia, donde se sostienen que “los progresos sociales y los cambios de períodos se operan en razón directa del progreso de las mujeres hacia la libertad; y las decadencias de orden social se operan en razón del decrecimiento de la libertad de las mujeres”. Marx escribió que quien sepa algo de historia sabe que las grandes transformaciones sociales son imposibles sin el fermento femenino”. Engels escribió sobre la doble opresión histórica de las mujeres por parte del Estado y la relación matrimonial en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884). Expresó que, en la familia burguesa, “el hombre es el burgués y la mujer representa al proletario”. Esta obra será considerada una obra clave para el feminismo socialista. Dentro del feminismo marxista destacan Eleanor Marx, hija de Marx; Paul Lafargue, August Bebel, Lenin, Nadezhda Krúpskaya, Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Aleksandra Kolontái.
Maryana Marrash (1848-1919) fue una de las primeras feministas de Cercano Oriente.
Al iniciarse el siglo XX aparecen en el Reino Unido las suffragettes, activistas por los derechos cívicos de las mujeres, en particular el derecho al sufragio. El movimiento fue liderado por Emmeline Pankhurst y numerosas autoras y activistas, en su mayor parte de Estados Unidos y Reino Unido, que van a llevar el feminismo al terreno del activismo, especialmente en un contexto de vindicación de igualdad de derechos frente al Estado.
Los acontecimientos históricos del momento, especialmente la abolición de la esclavitud, van a ser muy influyentes en el devenir del movimiento feminista, pudiendo encontrar una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta primera corriente son esposas de líderes abolicionistas.
Una vez conseguida la abolición, se van a producir contactos entre las feministas y las mujeres negras, poniéndose de relieve las grandes diferencias en la situación de las mujeres blancas de clase media-alta, las únicas feministas hasta el momento, con las mujeres negras. Este encuentro lo personaliza la figura de Sojourner Truth y su discurso Ain’t I a Woman? (1851). Las diferencias y características específicas de los problemas de la mujer negra junto con los de las mujeres obreras (un grupo que va a comenzar a hacer aparición) van a generar fricciones y problemas como por ejemplo, la incompatibilidad del modelo femenino de la mujer obrera con el de las pioneras del feminismo.
Autoras y activistas importantes de la primera ola del feminismo son: Lucretia Mott, Lucy Stone, Elizabeth Cady Stanton, y Susan B. Anthony, muchas de ellas vinculadas al abolicionismo e influenciadas por el pensamiento cuáquero. El carácter del feminismo predominante en ese momento vindica la mujer a través de cualidades positivas consideradas femeninas como la templanza, la vida piadosa o la abstención de beber alcohol. Sin embargo, esta vindicación de la mujer a través de la templanza no es menoscabo para enérgicas protestas y un activismo beligerante, con acciones como encadenarse en lugares públicos, romper escaparates, huelgas de hambre, desobediencia civil o actos desesperados y extremadamente peligrosos como tirarse delante del caballo del rey durante una carrera.
La argentina Julieta Lanteri, médica y líder del movimiento feminista argentino de comienzos del siglo XX, convirtiéndose en la primera mujer que logró votar en Argentina y América Latina durante las elecciones municipales de Buenos Aires de 1911.
En Argentina la anarquista Virginia Bolten lidera un movimiento feminista sindical alrededor del periódico La Voz de la Mujer (1896-1899), publicado bajo el lema «Ni Dios, ni patrón, ni marido». Pocos años después Bolten integró la mesa de conducción de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Instalada en Uruguay participó del movimiento que conquistó el derecho al sufragio para las mujeres (primero de un país iberoamericano) y el divorcio.
Manifestación de sufragistas en Nueva York el 6 de mayo de 1912.
La abolición de la esclavitud va a llegar pero, para decepción de las mujeres, la igualdad de raza no se extiende a la igualdad de género, de modo que el movimiento feminista va a tener que buscar un camino propio, separándose del movimiento abolicionista. Tras grandes esfuerzos, se conseguirá el derecho al sufragio en 1918, cuando en Inglaterra se regula el voto para mujeres mayores de treinta años y poseedoras de una casa. En Alemania se consigue el sufragio en noviembre de 1918. En 1928, la edad para votar se equipara a la de los varones. Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga derecho al voto en todos los estados del país. La mayor parte de los grandes estados europeos van a tomar medidas semejantes con algunas excepciones como Francia o Italia, que aún postergarán unos veinte años el derecho al sufragio femenino.
Con la consecución de la igualdad de iure, la primera ola va a perder su razón de ser, tras un periodo de poca actividad en lo que a feminismo se refiere. Aparecerán nuevas corrientes feministas, centradas en el progreso e igualdad social y cultural de la mujer y para diferenciarlas, se les va a calificar como la Segunda ola nombrando de forma retrospectiva a la Primera ola.
Sarmiza Bilcescu, primera mujer con título de Doctor en Derecho del mundo.
La rumana Sarmiza Bilcescu (27 de abril de 1867-26 de agosto de 1935) fue la primera mujer de Europa licenciada en derecho por la Universidad de París y fue la primera mujer en el mundo que consiguió un doctorado de Derecho, con una tesis titulada Sobre la condición jurídica de la madre (1890), donde mostraba todas las contradicciones y la carencia de derechos de las mujeres y, muy especialmente, de las madres.
Elisa Leonida Zamfirescu (1887-1973) fue la primera mujer ingeniero del mundo. En 1909 se inscribió en la Academia Real Técnica de Berlín, Charlottemburgen, y se graduó en 1912. Al registrarse, el decano trató de convencerla de que renunciara, citando las tres kas (kirche, kinder, küche, iglesia, niños, cocina), que definían el perfil de la mujer en aquella época. Los directores de la Academia estaban situados ante una situación nueva: era la primera candidata de la historia de la Academia, pero escribía y hablaba perfectamente el alemán y tenía conocimientos sobresalientes de matemáticas, física y química. Finalmente, la aceptaron.
Por el momento, esta es la primer entrega de este interesante tema, en una siguiente entrega seguiremos abordando los inicios del feminismo.
¡Hasta la próxima!