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Guacamole falso / Galimatías

Guacamole falso / Galimatías
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Ernesto Gómez Pananá

Este fin de semana se celebra en los Estados Unidos el Superbowl, un evento que reporta diferentes récords: los mayores ratings televisivos, los costos de publicidad más caros y el mayor consumo de aguacate de cada año, casi todo, michoacano.

En nuestro país, el aguacate también es una fruta de alto consumo, aunque la variación de su precio en años recientes ha generado un fenómeno cada vez más normalizado: el guacamole falso.

¿Qué es el guacamole falso? Originalmente, el guacamole requiere cebolla, chile y su ingrediente central, aguacates.

El aguacate falso conserva la cebolla y el chile, el color es casi idéntico, la consistencia similar, pero al probarlo es notorio que algo le falta, y le falta el aguacate, mismo que se sustituye con calabazas, porque son más baratas.

El partido verde surgió en 1991, a iniciativa de Jorge González Torres, quien se subió a la ola de los partidos verdes europeos e intentó -con éxito-, establecer la franquicia en nuestro país. Treinta años de alianzas, tráfico de influencias y negocios al amparo del poder.

En el año 2000 se alió con el PAN para apoyar a Vicente Fox, más adelante apoyó a Peña Nieto y al PRI. Ambas alianzas ganadoras y de altísima rentabilidad para El Niño Verde y sus gavilleros. En el 2018 apoyaron a Meade pero jugaron con más astucia que de costumbre: su principal operador, Manuel Velasco, estableció una alianza de facto con Morena. Para el entonces candidato AMLO, se trataba de asegurar la victoria y el partido verde es experto en operar elecciones. El precio nuevamente alto y la ganancia gigantesca: para el 2021 el nuevo partido en el poder debe dar la batalla no solo contra sus propios fantasmas sino que acepta aliarse con una organización que según sus estatutos, se asume abanderada de algo llamado conservadurismo social. En pos de la victoria, los políticos del verde garantizan votos sumar para conservar la mayoría legislativa y sumar gubernaturas. Al costo que sea para el partido principal. Consecuencias del poder.

Ser la principal fuerza política nacional trae consigo la necesidad natural de mantener el gobierno para continuar la transformación propuesta. Generar alianzas e incluso incentivar la aparición de nuevos actores es también una consecuencia natural para tal fin. Se puede disentir aunque se puede comprender. No obstante ello es también inevitable recordar que las facturas pueden ser todavía más altas pues el verde hace política con la idea de que cada voto es una inversión: el verde cobra y cobra caro y mide milimétricamente la necesidad que el otro tiene de sumarlo a una alianza. Y Morena cree necesitarlo.

Decía Churchill que la política es como las salchichas y que es mejor no saber cómo está hecha y la política mexicana puede ser un buen ejemplo. El problema es que de algunas décadas a la fecha estas salchichas nos las servimos con algo que nos venden -a precios de Londres o Paris- como un fresco y sabroso aguacate. Lástima que sean calabazas, y comamos más bien un guacamole falso e inevitablemente indigesto.

Oximoronas. El góber precioso detenido. El poder es una rueda de la fortuna. Es posible que ni en sus peores pesadillas imaginó esto. Así es el poder.

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