Home Columnas El juego del coronavirus; cierto o falso / Índice

El juego del coronavirus; cierto o falso / Índice

El juego del coronavirus; cierto o falso / Índice
0
0

+ Lo que debía unir para combatir, divide…

+ El Presidente AMLO, irresponsabilidad religiosa…

+ ¿Dónde están los infectados?, se preguntan…

+ ¿Y el Consejo Nacional de Salud dónde está?…

 

                        Ruperto Portela Alvarado.

 

                        LO PERVERSO DE LA INFORMACIÓN…

         Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Jueves 19 de Marzo de 2020.- La gente no parece espantada. Ni le preocupa la situación de riesgo que representa el famoso Coronavirus. Muchos chairos niegan los acontecimientos, las presuntas muertes por el virus en cuestión, el estado de emergencia y prevención en el que estamos involucrados todos los mexicanos por el Covid-19.

Digo que hay un juego, inclusive perverso, con la información del Covid-19, pues lo ponen entre lo cierto y lo falso.  Y, mientras son peras o son manzanas, es mejor atender los llamados de prevención que hacen las autoridades de Salud. ¡Perooo!, en tanto las autoridades sanitarias hacen recomendaciones y una alerta a los ciudadanos para prevenir el contagio, el Presidente AMLO se rehúsa a suspender sus “actos de campaña” en los municipios y localidades más lejanas del país, poniendo en peligro a la gente.

No es cierto que el Presidente sea inmune a la enfermedad del Covid-19 solo por su “honestidad” y “fuerza moral” como dice el Subsecretario de Prevención, HUGO LÓPEZ-GASTELL. Es un “ser humano cualquiera” que por fortuna –para él—llegó a la Presidencia de la República. El mismo ANDRÉS MANUEL no puede hacer caso omiso a las recomendaciones de la autoridad sanitaria porque impone el mal ejemplo, aun cando se lo dicen en su cara.

Pero, ¡importándole madres!, saluda de mano, abraza y besa a sus subordinados; inclusive chupa y muerde el cachete de una niña y celebra conferencias mañaneras con 50 o 100 reporteros, “más los invitados de palo” al show mediático en Palacio Nacional.  Pues, como dice el periodista PABLO HIRIART, estamos en el “impúdico carnaval del culto a la personalidad” de un Jefe del Poder Ejecutivo Federal “con reflejos de Presidente Municipal, supersticioso y peleonero, al que sus colaboradores lo endiosan”.

El Presidente de la República no puede hacer lo que quiera solo por su arrogancia, petulancia, ocurrencias y caprichos, pues él es un líder con muchos seguidores que le imitan o hacen caso a lo mismo que el concibe, piensa y actúa. Tampoco debe presentarse como un charlatán dicharachero porque infringe y manifiesta irreverencia y falta de respeto a su investidura presidencial que representa a todos los mexicanos, querámoslo o no.

El Presidente no debe jugar con un problema tan serio como la pandemia del Coronavirus ni echar a retozar sus chistes o creencias de que con el escapulario y el conjuro “detente enemigo, el Corazón de Jesús está conmigo” va a combatir la amenaza del virus. Nada más grotesco y ordinario.

Es una afrenta a sus subordinados que haga lo contrario a lo que la autoridad sanitaria federal está recomendando a todos los ciudadanos e imponga una convicción propia y religiosa a una cuestión relevante y peligroso como lo es el Covid-19 y el aumento de contagios que pasaron en solo tres días de 16 a 118.

Grave la conducta del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR cuando argumenta que para protegerse del “virus asesino” solo la honestidad, la fe y la imagen religiosa del “Detente” que él profesa, es suficiente. Y lo dijo en la mañanera en transmisión nacional. Por eso algunos han tomado como “un juego el Coronavirus”, con la incertidumbre de que sea cierto o falso.

Sus “aplaudidores”, seguidores o feligreses de la doctrina de la “4ª Transformación” –que hasta hoy resulta una falacia—discuten y niegan la veracidad de la pandemia y eso también es grave. Viendo la actitud del “Mesías”, su rebaño asume la misma conducta y hasta se disgustan contra los que les contradicen, sin una pisca de sentido crítico y análisis de la situación.

Las drásticas medidas sanitarias que ha impuesto la dependencia responsable de la salud de los mexicanos –que están colapsando la economía mundial por la pandemia– ya debiera ser una experiencia “en cabeza ajena” para entrar en el círculo de la prevención del posible contagio, máxime cuando ya se dio a conocer el primer fallecido por este mal del siglo en México y el segundo contagiado en Chiapas. Seis mil muertos por el Coronavirus ya son para ponerse a pensar, pues, si es cierto o no, lo mejor es resguardarse, aplicar las medidas de prevención que nos están indicando y no exponerse a las consecuencias funestas.

No es con un escapulario del “Detente” la honestidad y la fe, lo que te puede salvar. Esa charlatanería del Presidente AMLO es una grosería a sus propios integrantes del gabinete que no merecen tal desprecio y falta de respeto por su arrogancia. Ya lo hemos entendido que San MANUEL ANDRÉS es el clásico populacho de barriada que cuando tienen poder se comportan como un sátrapa y en este gobierno, con decisiones cercanas a la venganza –como el caso ROSARIO ROBLES—; la prepotencia – en la suspensión del nuevo aeropuerto de Texcoco que ha costado más que su conclusión–; o la irresponsabilidad en la desaparición de las estancias infantiles, la revocación de la compra y distribución de medicina y, la mentira en el supuesto abasto de medicamento en los hospitales del IMSS, el ISSSTE.

Con esa conducta del Presidente, que para cualquier ciudadano sería inclusive un delito por el daño que causa a la salud, la seguridad cotidiana, la estabilidad familiar y la vida, “El Mesías” ha inducido a la división y confrontación de los mexicanos. Sus extravagancias lingüísticas en las mañaneras donde reparte culpas y etiqueta con frases de “fifís”, “neoliberales”, “conservadores” y  corruptos sin pruebas –aunque mediáticamente lo sean— a los que no investiga ni persigue, ha destruido la poca solidaridad de los habitantes de este país en quiebra.

“No mentir, no traicionar y no robar”, es una falacia que AMLO no ha podido erradicar del sistema político mexicano que ahora preside y, “como él afirma reiteradamente”. Pero hay la constancia de que el “Presidente miente, traiciona y roba a su manera”. La ignorancia combinada con el poder omnímodo, es una bomba de tiempo para los mexicanos que luego el PEJE-LAGARTO no podrá remediar. Lo malo es que está convencido de que, lo que hace, está bien, sin escuchar a nadie, solo impone su voluntad.

El mal ejemplo del Presidente AMLO en tiempo de contingencia contra el Covid-19, ha penetrado en la mente de sus feligreses que hacen lo mismo que él y no participan en la cruzada de prevención contra el virus de China. Así, la controversia: “cierto o falso” que se discute entre los seguidores del “Mesías” y los que no están de acurdo con él en cada una de las ideas que provocan   daños serios a los mexicanos.

El asunto está grave desde la mentalidad autoritaria del Presidente que impone su voluntad, sus caprichos, sus ocurrencias y hasta sus instintos de venganza que se contradicen con su estereotipo religioso, de amor y bondad, que como dicen, “es la máscara detrás de la que se esconden los dictadores, autócratas y absolutistas”. Pero si no lo quieren creer, ahí lo ven…

Se acabó el mecate… Y ES TODO…

Para comentarios, quejas y mentadas: rupertoportela@gmail.com

Celular: 961 18 8 99 45.

MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *