México se pintó de violeta el domingo 08 de marzo del año en curso con cientos de miles de mujeres que marcharon para protestar contra la brutal violencia de género que destroza a nuestro país.
Jóvenes, madres, niñas, ancianas y familiares de víctimas de feminicidio transitaron las calles de diversos estados por el Día Internacional de la Mujer gritando a una sola voz “¡Ni una más, ni una asesinada más!”.
En Ciudad de México, las consignas de “¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!” alentaban a feminas a participar en contra el machismo; las manifestantes portaban pañuelos verdes, símbolo de los reclamos por el aborto libre; o de color violeta, que simboliza la lucha contra los feminicidios, que en 2019 alcanzaron 1.006 casos en el país, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estacística y Geografía .
Al llegar al Zócalo, un contingente de manifestantes vestidas de negro y cubiertas de la cara golpearon con diferentes herramientas de ferreteria, vallas hasta tirarlas, luego de lanzar pintura roja a un grupo de policías, así como a patrullas y unidades de bomberos, esto en forma de reclamo ante la indignación que tienen contra el gobierno por proteger edificaciones y no la vida de las mujeres en el país.
El cierre del Zócalo “es una provocación. Es increíble, que para todas las marchas del actual presidente Andrés Manuel López Obrador todo esto estaba libre. No puede ser que nos haga esto”, dijo Míriam Calzada, una manifestante de 45 años que pasaba por encima de las vallas amontonadas en el suelo.
Supuestas feministas durante la marcha hicieron estallar cuatro bombas molotov frente a la puerta de Palacio Nacional, la residencia presidencial de México, provocando bolas de fuego que alcanzaron al menos a dos personas, entre ellas una fotógrafa de un diario local, en una marcha cubierta en su mayoría por mujeres.
“No me callo” – gritaban al unísono-
Familiares de desaparecidas, que llegaron de diferentes estados del país, denunciaron con un altavoz la falta de acceso a la justicia, dando nombres y apellidos de los supuestos asesinos, demostrando la impunidad a la que se enfrentan diariamente en la busqueda de justicia.
Los contingentes se congregaron desde temprano en el Monumento a la Revolución, donde las mujeres se dieron cita. “No me callo, pendejo” y “Se lo debemos a las que nunca volvieron”, decían algunas pancartas, mientras cantaban “somos malas, podemos ser peores”.
“Marcho por tantas chicas desaparecidas y para alzar la voz”, dijo a AFP Blanca Martínez, comerciante de 47 años que sufrió de cerca esta violencia con el asesinato de su nuera.
La multitudinaria marcha de mujeres, la mayor vista en el país contra la violencia de género, fue antecedida por una polémica postura del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, quien la descalificó al señalar que era promovida por sus adversarios políticos, a quienes llama “conservadores”, tachando la manifestación de tener fines políticos.
El contingente avanzó de manera pacífica, aunque en el camino, pequeños grupos realizaron destrozos, pintas e intentaron prender fuego a un restaurante (se cree que fueron infiltrados e infiltradas) expresaron algunos colectivos feministas. Los comercios cerraron sus puertas y los edificios gubernamentales estaban resguardados con vallas métalicas.
Mujeres policías y antimotines utilizaron escudos para replegar a los grupos que intentaban vandalizar otros inmuebles; sin embargo, muchas mujeres policias argumentaron que estaban con a favor de la marcha, no obstante, no podían acompañarlas por que se les fue prohibido por sus jefes.
Un colectivo feminista antes había pintado sobre la plancha del Zócalo los nombres de cientos de mujeres asesinadas y desaparecidas en México desde 2016 hasta la fecha.
“Venimos porque muchas mujeres no conocen sus derechos, nos sentimos obligadas a apoyar, a aconsejarlas, hay muchas víctimas que hoy en día no tienen abogado”, declaró Karla Altamirano, abogada de 33 años que se unió a la marcha junto con un centenar de colegas. Contingentes de estudiantes, periodistas y de otras profesiones también nutrían la inmensa caravana.
– “¡Vivas las queremos!”-
Decenas de mujeres se movilizaron en la comunidad de Nezahualcóyotl, en el Estado vecino de México, la segunda entidad con mayor número de feminicidios en el país, que de acuerdo con el sistema de seguridad pública arrojó 122 casos en el 2019.
“¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!” enfurecidas y fracturadas gritaban manifestantes para pedir justicia por las víctimas desaparecidas y/o asesinadas en territorio mexicano.
Otros estados del país como Nuevo León (norte), Puebla (centro) y Veracruz (este), también se sumaron a las masivas manifestaciones. En Guanajuato (centro), la famosa Fuente de las Ranas amaneció teñida de rojo como símbolo del alto número de feminicidios en México, Chiapas no se quedó atrás uniendose a la marcha desde parque bicentenario y protestando de manera pacífica en la zona central de Tuxtla Gutiérrez; esta marcha para la zona sur del país es una de las más grandes e historicas en el estado de Chiapas.
Las muertes en febrero pasado de una pequeña de 7 años quien antes sufrió abuso sexual y de Ingrid Escamilla, una mujer de 25 años cruelmente desollada y mutilada por su pareja Francisco “N”, desataron la furia e indignación femenina.
La gran marcha del 8 de marzo anticipó la jornada del lunes de #UndíaSinNosotras, que promovió un ausentismo generalizado tanto en el sector privado como público para mostrar el alcance del trabajo de las mujeres y para que sea justamente compensando.
El paro nacional de mujeres “ un día sin nosotras” se llevó a cabo en México, el lunes 9 de marzo. Este movimiento surgió tras la convocatoria de varios grupos feministas,como forma de protesta frente al incremento de la tasa de violencia y feminicidios en México. Aunque aún no hay un conteo oficial, se esperó contar con la participación de más de 22 millones de mujeres.
Sin embargo muchas dependencias así como civiles y politicos se pronunciaron en contra de este paro, así como del colectivo feminista alegando “que se les descontaría un día de salario si faltaban” o “ ellas no me representan”.
La idea de una huelga feminista no es nueva ni mexicana, el ejemplo más famoso puede ser la convocatoria para el 8 de marzo de 2018 en España que acaparó la atención del mundo.
Se realizó un paro de 24 horas y manifestaciones multitudinarias en 120 ciudades, donde las convocantes hablaron de hasta un millón de asistentes en Madrid y 600 mil en Barcelona.
En 2016 también hubo paros feministas en Argentina y Polonia, aunque no en 8 de marzo, sino derivadas de otros reclamos.
En 2017 Estados Unidos vivió su propio #DayWithoutAWoman (un día sin mujeres), en reclamo por comentarios considerados misóginos del presidente actual Donald Trump.
