* Denunciaron que al menos 365 reclusas de de Cintalapa, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula, enfrentan maltratos, falta de servicios médicos y hacinamiento.
Daniela Alfaro
Activistas y organizaciones en Chiapas han lanzado un urgente llamado a la sociedad para apoyar a las mujeres privadas de libertad en la región, especialmente en los Centros de Reinserción Social (CERS) de Cintalapa, San Cristóbal de Las Casas y Tapachula. La Fundación “Unidas por la Sangre” y otras agrupaciones, como 50 más 1, representada por Araceli López Trejo, llevan más de doce años recaudando material de higiene y otros productos esenciales para las reclusas, quienes enfrentan condiciones de vida sumamente precarias.
López Trejo, quien lidera la asociación 50 +1, destacó la gravedad de la situación en los penales. En una conferencia reciente, señaló que las reclusas viven una doble vulnerabilidad: la privación de su libertad y una constante violencia. “No solo enfrentan la cárcel, también sufren maltratos, la falta de servicios médicos y psicológicos, y condiciones de hacinamiento extremo”, comentó. Además, muchas mujeres están detenidas sin haber cometido delitos graves o incluso sin pruebas suficientes.
La cantidad de mujeres privadas de libertad en los CERS de Chiapas ha aumentado significativamente. Según la colectiva “Sobrevivientes de Feminicidios”, en 2025 se ha registrado un incremento del 50 por ciento en el número de mujeres detenidas en comparación con el año anterior. En el CERS de Cintalapa, por ejemplo, hay 210 mujeres, incluyendo a 9 niñas y 6 niños que permanecen con ellas. En total, se reportan 365 mujeres detenidas en los tres centros penitenciarios de la región.
Por su parte, Jasivi Gómez, presidenta de la Fundación “Unidas por la Sangre”, hizo énfasis en las quejas recientes que han llegado desde las reclusas, entre ellas la mala calidad y escasez de los alimentos que reciben. “No podemos seguir permitiendo que las mujeres privadas de su libertad sean vulneradas en sus derechos básicos. Tienen derecho a la salud, a la higiene y a condiciones dignas, que el sistema penitenciario no está brindando”, expresó Gómez, quien también destacó la necesidad de atención psicológica especializada para las reclusas.
A través de su campaña, las organizaciones buscan recolectar productos básicos como pañales, leche en polvo, toallas húmedas, ropa, artículos de higiene femenina y otros insumos esenciales para las reclusas y sus hijos. “Estas mujeres necesitan de nuestra solidaridad. Las condiciones en que viven son inhumanas y cada donación cuenta”, agregó Gómez, haciendo un llamado a la comunidad para colaborar con la causa.
Las activistas finalizaron sus intervenciones pidiendo que el gobierno y las autoridades penitenciarias mejoren las condiciones en las que se encuentran las mujeres privadas de libertad en Chiapas. “Es urgente que se les ofrezca un trato digno, porque todas las mujeres, en algún momento, pueden estar expuestas a una injusticia”, concluyó López Trejo.
