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Caos partidista / De Primera Mano

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RODULFO REYES

Con un PRI desmoralizado por el entreguismo de su dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, alias ‘Amlito’, y un PRD diezmado por la desacreditada gestión “izquierdista” del exgobernador Arturo Núñez Jiménez, en 2021 la lucha electoral tendrá que lidiar en primera instancia con el desencanto ciudadano por tanta lacra partidista, fenómeno que también alcanza al partido en el gobierno.

En Tabasco hay ejemplos claros de comicios en los que la población ha votado por los candidatos más que por los institutos políticos.

Tal vez el más representativo de estos ejemplos sucedió en 2015 en la jornada para presidente municipal, cuando la entonces perredista Rosalinda López Hernández estuvo a punto de alzarse con la victoria metida en una blusa del PVEM.

En ese entonces la hermana del ahora gobernador Adán Augusto de los mismos apellidos gozaba de una gran aceptación por su fama de política ciudadana ajena a las cofradías.

A pesar de lo cuantioso de la inversión del régimen en la candidatura del abanderado del gobierno, la negriamarilla respaldada por el verde se metió al segundo lugar, desplazando incluso al contendiente del Revolucionario Institucional.

A saber, estos factores pesan como lápidas sobre los tres principales institutos políticos en Tabasco:

1) A Morena ya le comienza a pesar la alianza descarada con Arturo Núñez y ya es posible advertir que la sociedad ya no ve con los mismos ojos que miró al movimiento de Andrés Manuel López Obrador en 2018, cuando apoyó a políticos impopulares del PRI y del PRD que se vistieron de vinotinto.

El triunfo de verdaderos trúhanes fue posible por el llamado que lanzó en campaña el hoy presidente de la república a sus paisanos para que votaran “seis de seis”, lo cual consistía en sufragar a ciegas por todos los representantes del morenismo.

2) El Revolucionario Institucional se encuentra en un momento crucial de su historia. Vaya, hasta el presidente estatal de Morena, César Burelo, ya anunció que en 2021 este partido va a perder su registro, pues va a ser superado hasta por el sol azteca.

El tricolor va en caída libre en todo el país por la actitud cobarde de su dirigente al que la militancia le dice “Amlito” para hacer notar su cercanía con la administración de López Obrador.

Peor aún: Moreno dio un manotazo en Tabasco e impuso a Dagoberto Lara Sedas, a quien se le reconoce como una buena persona sin ningún pasado oscuro en política, pero se le considera el más dócil de quienes aspiraron a ocupar la oficina de la avenida 16 de Septiembre.

Lo menos que le dicen sus correligionarios es “manipulable”.

3) Pero si en Morena y en el PRI hay rechazo, en el negriamarillo también hay nubarrones en el horizonte. Los tabasqueños difícilmente van a olvidar por un buen tiempo que el gobierno del perredista Arturo Núñez ha sido lo peor que le pudo pasar a la tierra del presidente López Obrador.

Así como en estos momentos muchos mexicanos lamentan la hora en que el 1 de julio de 2018 cruzaron la boleta por la organización del tabasqueños, la inmensa mayoría de sus paisanos están arrepentidos de haber permitido que Núñez echara al tricolor de la ‘Quinta Grijalva’.

Pregunte usted a cualquier ciudadano el porqué el esposo de Martha Lilia López Aguilera no irá a la cárcel como el priísta Andrés Granier Melo, y la respuesta lo hará pensar en las próximas elecciones.

¡Nueve de cada 10 tabasqueños repudian a Núñez!

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