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Rescatar la economía / A Estribor

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Juan Carlos Cal y Mayor

Me pongo en “modo ciudadano” y leo con atención las ofertas electorales de los candidatos de varios partidos a los diferentes cargos de elección. Como sucede en la mayoría de las campañas la oferta se centra en ofrecer más empleos y más seguridad. El tema de la salud está focalizado en la pandemia, aunque el déficit en los servicios de salud es enorme. La demanda de los servicios públicos como iluminación, pavimentación y suministro de agua potable, siguen siendo un saldo pendiente en nuestra ciudad dado su crecimiento exponencial y desordenado.

La cuestión es qué, por estrategia, todo se reduce al ofertismo barato de generar más empleos y con ello mayor seguridad. Los ciudadanos claman por ello y por eso los más demagogos ofrecen apoyos económicos directos fomentando el clientelismo y la dependencia a cambio de mendrugos. Eso de hacer un programa permanente de entrega de tortillas raya en el cinismo.

Como si fuera una subasta, un candidato ya ofreció crear 10 mil empleos y para que no quedarse atrás otro ofreció 30 mil. No hay una manera racional de entenderlo. No es tan simple como suponen a menos de que se trate, como lo es, de auténticos embaucadores. El motor para detonar una economía no es tan sencillo como presumen. Un programa emergente de créditos a muy bajos intereses y sin mayores requisitos, podría ser una medida para evitar que siga la quiebra de muchos pequeños y medianos negocios generadores de empleos. Sortearía con más éxito este periodo especial por el que atravesamos debido a la pandemia. El gobierno federal habría hecho muy bien en aplazar por un rato los tres grandes megaproyectos que están consumiendo la mayor parte de su presupuesto para dirigirlos al rescate económico sin necesidad de contraer mas deuda.

Rescatar al Sabinal, nos puede rescatar

Rescatar el rio Sabinal puede ser el gran detonador económico de nuestra ciudad y debería ser una obligación moral de nuestras autoridades, pero no lo es. No podemos seguir dando la espalda a un problema ambiental dada la contaminación que padecemos a causa de haberlo convertido en un vertedero de aguas negras y residuales. El tema no interesa a nadie y yo lo he venido proponiendo como uno de mis principales propósitos de campaña. Más que eso, como una preocupación pensando en el futuro que les estamos heredando a las nuevas generaciones. No lo merecemos. No lo merecen.

Intentos ha habido, pero en mi opinión falta la voluntad política para lograrlo. En el periodo de Sabines se hizo un anunció con pombo y platillos, pero la obra se concretó parcialmente con muros de concreto más pensando en evitar futuras inundaciones. Se habló de un proyecto de rescate sanitario y otro de imagen urbana como un detonador económico, pero de ahí no pasó. Existen estudios serios en los que han participado diversos órdenes de gobierno como el SMAPA y la CONAGUA. Se tienen identificados los afluentes del rio y su grado de contaminación, incluso las vertientes más contaminantes convertidos en desagüe directo de aguas negras. Detectar las salidas clandestinas y desviarlas al sistema de drenaje sería lo más lógico pero lo más incosteable. Se trata entonces de separarlas de los afluentes que tienen menor o casi nula contaminación.

El Sabinal es un rio vivo en el que convergen flora y fauna que puede y debe ser preservada. Se trata no solo de un rescate ambiental, sino de la posterior creación de espacios públicos para la recreación, la convivencia en pequeños parques temáticos y hasta senderos para andadores y ciclovías. En una posterior etapa, de un programa de imagen urbana con la remodelación de fachadas y paisajismo promoviendo la instalación de negocios como atractivo turístico. Quien no lo crea tiene que darse una vuelta por ahí y descubrirá que todo esto es posible si existe la voluntad política y por ende los prepuestos para lograrlo.

Vale la pena conocer la historia del Rio de San Antonio en Texas que se convirtió después en el Riverwalk, el principal atractivo comercial y turístico de esa ciudad. No fue una tarea fácil. Tomó su tiempo, pero lo lograron. Y mire que nada que ver en comparación con nuestro Rio Sabinal. Si nos lo proponemos tenemos una mina de oro para Tuxtla Gutiérrez. De ahí saldrían esos miles de empleos que hoy muchos andan ofreciendo. En lo que vamos poniendo orden para revertir el crecimiento anárquico de nuestra ciudad capital, podemos proponernos a corto, mediano y largo plazo esta enorme tarea para hacer de Tuxtla la orgullosa capital de los chiapanecos.

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