RODULFO REYES
El análisis de la desaparición del PRI y PRD por el boom de Andrés Manuel López Obrador y Morena es, además de interesado, ramplón. Apostar desde ahora a que el oriundo de Macuspana seguirá siendo una magnífica maquinaria electoral es caer en la simplicidad.
Al Revolucionario Institucional lo están “matando” desde 2000 que el panista Vicente Fox Quesada se presentó como el fenómeno del cambio y le deformó la corona de campeón invicto por ocho décadas.
Pasaron 12 años para que el tricolor se repusiera con el rockstar Enrique Peña Nieto, que dejó muy atrás al ya entonces cuajado AMLO.
El 1 de julio los mexicanos –y tabasqueños también– fueron a las urnas a derrocar al régimen político incriminado de todos los males causados al pueblo. López Obrador encarnó el antisistema.
Ya en el poder, el tabasqueño ha comenzado a demostrar que está rigiendo con los mismos de siempre y que las promesas de campaña solo son eso: promesas.
En enero que los mexicanos vean que no va a bajar el precio de la gasolina y que las oportunidades de empleo no llegan, comenzará el declive del personaje y, por ende, de su instituto.
Hace dos meses la muchedumbre salió a entregar su voto a un individuo. El pueblo no reparó, a petición de aquel, en si le estaban dando gato por liebre: faltan dedos en manos y pies para contar a los candidatos manchados por su pasado priísta o perredista, pero no importó porque el “seis de seis” fue evangelio.
En 2019 se habrá de despertar del sueño cuando se observe que la mayoría de los políticos que ganaron con la casaca de Morena van por la plata. Ahora mismo este reportero puede informar con pruebas que muchos operadores que apoyaron la campaña están recomendando empresarios con alcaldes electos para que les compren sin la filosofía del libre mercado que debe existir en la administración.
Para los comicios intermedios de 2021, los electores ya habrán caído en la cuenta de que en 2018 votaron por políticos reciclados. Y en esa jornada AMLO ya tendrá encima el deslustre de media administración, aunque algunos le siguen prendiendo velas: consideran que en las intermedias volverá a estar en las boletas, en virtud de que, como se someterá a la revocación de mandato, su solo nombre arrastrará otra vez a sus abanderados sin necesidad de aprobar el filtro de la honestidad.
¿Recuperación? En Tabasco en la jornada de 2000 que el priísta Manuel Andrade Díaz prácticamente empató con el perredista Raúl Ojeda Zubieta (le ganó por menos de un punto porcentual), se daba por hecho que seis años después la gubernatura sería para la oposición.
Pero en 2006 el tricolor postuló a un químico laboratorista que tenía la más alta popularidad jamás lograda por priísta alguno, y retuvo la plaza con Andrés Granier Melo.
Con un PRI venido a menos hace 12 años, Granier fue la prueba de que la gente vota por la persona, lo cual vino a corroborar López Obrador, cuya imagen hizo ganar a políticos que en otra organización hubieran sido hechos pomada por impresentables.
PARA SU INFORMACIÓN…
DE ACUERDO CON información del Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE), Centro es el municipio con menos observaciones en su cuenta pública de 2017. El Ayuntamiento capitalino fue advertido por 36 millones 632 mil pesos, de los que solventó 32 millones 118 mil pesos. Así, la comuna solo tiene pendiente por aclarar cuatro millones 513 mil pesos, lo cual está dentro de los parámetros de las calificaciones del Congreso local.
