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Los olvidados / Código Nucú

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César Trujillo


Los políticos se llenan la boca con el tema de la niñez. Los festejan en abril para ignorarlos todo el año. Desconocen, incluso, que en el documento de la Declaración de Ginebra (Declaración de los derechos del niño) se establece que hombres y mujeres, de todas las naciones, debemos reconocer que la humanidad tiene que dar al niño lo mejor de sí mismo.

No es así. La realidad es otra. Fría y dura se agolpa frente a nosotros mostrándonos a cientos de Oliver Twist que habitan en las zonas marginadas o en los cruceros de la capital en Chiapas, que recorren los parques con la ropa a jirones, que deambulan con “la mona” en la mano o que piden un mendrugo de pan para mitigar su angustia.

Son ellos, los que no forman parte del privilegio consumista ni del selecto manejo mediático de la pobreza para la clase política. Los olvidados, Los nadie que describió Galeano entre sus versos, los que nos interrumpen y pedimos se marchen sin siquiera voltearlos a ver; ellos, los ignorados.

Niños y niñas a los que la sociedad ha olvidado y que Charles Dickens inmortalizó en una novela de la primera mitad del siglo XIX donde los tópicos empleados, en pleno siglo XXI y en un país con costumbres diferentes, siguen vigentes en uno de los estados más pobres como Chiapas.

Esos Oliver, pues, son los niños que piden una moneda, los que bajo las lenguas del sol y sus más de 40 grados en el asfalto limpian parabrisas, los que venden dulces o cigarros, que arrastran los pies descalzos o juegan a ser acróbatas con la carita pintada por la miseria, mientras algún Fagin vigila que cumplan con su función.

En ellos, la  pobreza, el miedo, la sed y el hambre, el frío, la orfandad, la inseguridad, el desamparo y la misma muerte, convergen a diario. Los azuzan hasta que una mañana se los traga el olvido en la montaña o bajo un puente, o los aplasta la inanición.

En su mirada ausente deambula la indiferencia y frivolidad de los gobiernos que olvidan que ellos, los niños de la calle y de las periferias, también tienen derechos universales: que son niños, que la educación, la salud, el juego y la identidad les corresponde más allá de la apatía que es, desde hace tiempo, el origen de las deshumanización que aplasta al mundo.

La Declaración de los Derechos del Niño, aprobada el 20 de noviembre de 1959, establece diez principios donde se enmarca que ser niño es tener derecho a la igualdad, a una protección especial que asegure un crecimiento mental y social sano y libre. Es tener derecho a un nombre y a una nacionalidad, a la alimentación, vivienda y atención médica adecuadas. Es tener atención especial para los niños físicamente o mentalmente disminuidos y tener derecho a comprensión y afecto de la sociedad, a la educación gratuita, a divertirse y a jugar, a la atención y ayuda preferentes en caso de peligro, a la  protección contra el abandono y la explotación en el trabajo.

Quizá por eso uno ya no cree cuando escucha al gobierno federal señalar, en el marco del “Festival de los Derechos de la Niñez”, que para ellos es de suma importancia el respeto a los derechos de los menores a quienes nombra como el mañana.

Porque de ser así, se espera que se implementen políticas que permitan cambiar la realidad de estos niños: los que fueron absorbidos por los cinturones de miseria y que también deben ser llamados guardianes de la semilla de la Cuarta Transformación, lo que representa un reto mayúsculo si se aspira a que se dé un cambio verdadero.

Hoy es 30 de abril y es Día del Niño. Y en algunos hogares los regalos brotarán a borbotones, otros celebrarán desde las escuelas o en la colonia y el barrio con el político para la foto. En otro espacio, muchas organizaciones buscan contrarrestar estas cifras de abandono y contribuyen con un granito de arena aunque nunca será suficiente. Y lejos de todo y de todos, cientos de Oliver despiertan bajo el sopor de las calles, con la esperanza de al menos poder comer una vez más.

 

#MANJAR.- La diputada por el Distrito XVI de Huixtla, Olvita Palomeque Pineda, presentó ante el Senado de la República un documento  de solicitud de intervención para que las autoridades atiendan, de forma inmediata, el tema del ingreso de los migrantes a México por la frontera sur. Para ello, presentó diez propuestas entre las que destaca la creación y aplicación de un Plan de Seguridad que permita regular el éxodo que se ha estado dando en la entidad y que ha generado ya posturas xenófobas y aporófobas que en nada abonan a la gobernabilidad en Chiapas. Concuerdo en que los migrantes tienen el derecho a ingresar libremente, pero pienso que también debe hacerse de forma regulada y no bajo las banderas de la violencia. Es necesaria una política migratoria que permita la tranquilidad de todos y que vele por los derechos de quienes vienen huyendo de la guerra y la violencia en Centroamérica. Veremos qué procede. #NoSoyDeAquíNiSoyDeAllá // “Coraje es lo que se necesita para levantarse y hablar; coraje es también lo que se necesita para sentarse y escuchar”. Winston Churchill. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Buffalo Bill ha muerto de E.E. Cummings y el disco Room on Fire de The Strokes. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 

Contacto directo al 961-167-8136

 

Twitter: @C_T1

 

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