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Los intocables / La Feria

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Sr. López

Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, siete años mayor que este menda y su héroe máximo, gozaba de probada popularidad entre el personal femenino que antes solía alojarse en cuartos de azotea y aparte, siempre gustó de los dineros de dudosa licitud: planeando desafueros era magistral; mintiendo, un artista; realizaba sus bellaquerías con seguridad de experto relojero y engañaba con seriedad de obispo. Ya grandes los dos y él muyadinerado, este López le preguntó como hizo para salirse siempre con la suya y mirando hacia el horizonte como lama tibetano a punto de develar un misterio, explicó: -“Nunca confiarse y jamás tener cómplices, jamás… y tú, ándate derecho porque eres muy bobo” –bueno, eso dijo.

Un problema de la política y el gobierno, es que son actividades gregarias. Nadie dedicado a tan nobles oficios, puede ser un solitario. La naturaleza de sus actividades obliga a trabajar en grupo o dirigir grupos. El otro problema es que no todo mundo hace de la discreción, guía de vida. Ni modo.

Pablo Gómez fue nombrado por el Presidente de la república, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda.

De verdad el Presidente practica la amnesia selectiva: Pablo Gómez en el año 2000 compitió por la candidatura del PRD a la Jefatura de Gobierno del entonces D.F. y denunció que Andrés Manuel López Obrador no era elegible por no tener la residencia en la capital de la república que la ley exigía; perdió, como todos sabemos, pero tenía razón: López Obrador fue candidato y Jefe de Gobierno ilegalmente. Luego, en 2006, Pablo Gómez fue nuevamente precandidato a Jefe de Gobierno del D.F. pero declinó en apoyo a Jesús Ortega y formaron el TUCOI (Todos Unidos Con la Izquierda), para descarrilar a  Marcelo Ebrard… pero López Obrador quería a Ebrard y Ebrard fue.

Pablo Gómez inició su militancia política en 1963, incorporándose al Partido Comunista Mexicano, tenía 16 ó 17 años. Luego de su estancia en la cárcel más de dos años, por su participación en el Comité Nacional de Huelga del año 68, el partido le asignó mil pesos mensuales, suficiente para vivir pero con mucha estrechez… y no aflojó.

Después, en el seno del Partido Comunista se opuso a quienes querían la lucha armada que él veía como “aislamiento armado”, proponiendo el “trabajo de masas”. Acompañó a Valentín Campa en su candidatura a Presidente contra López Portillo. Perdieron… y no aflojó.

Pablo Gómez ha militado en los partidos Comunista de México, Socialista Unificado de México (PSUM), Mexicano Socialista (PMS), de la Revolución Democrática (PRD) y Morena, siempre en la izquierda, jamás en el PRI, haciendo como él dice, historia con las derrotas… y no afloja.

Por primera vez llegó a diputado federal en 1979 por la vía plurinominal, tres veces más ha sido diputado federal, también representante ante la Asamblea Legislativa del entonces D.F., y senador.

Nunca ha ganado un peso por lo que la generalidad de las personas llama “trabajo”, pero ha estado siempre muy activo, políticamente, se entiende. Jamás tampoco, ha sido funcionario ni ha formado parte de ningún gobierno. Esta es la primera vez, a los 75 de edad, en que tiene un cargo en la administración pública y muy difícilmente podrá aprender nuevas maneras de actuar: es político y se desempeñará en el cargo como político, con el inconveniente de que es un tipo con convicciones que ha honrado durante 58 años, libre y preso.

Se puede coincidir o no, con su marxismo tropical, pero tiene prestigio de señor serio, de que su talante no es soberbio y de negociador experto, además de tener muy claro que la ley es para respetarse: cuando estaba a todo vapor la presión presidencial para hacer válido el desafuero pronunciado por la Cámara de Diputados federal contra el gobernador de Tamaulipas García Cabeza de Vaca, don Gómez en su calidad de  presidente de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados, aclaró a la prensa sin que se le moviera un pelo por ir a contrapelo de los deseos presidenciales: “(…) quiero decirles que eso es una cosa de la competencia exclusiva del Congreso del estado libre y soberano de Tamaulipas”. Y era. Y enmudeció el palenque.

Pablo Gómez ha dado prueba de que no le impone el poder, no hay ante quien se achique, será que lo forjaron los años que jovencito estuvo preso en Lecumberri y no aflojó, como no aflojó ante el presidente Fox, al que denunció por el uso ilegal de recursos en su campaña, a través de Amigos de Fox y se dio tiempo para participar muy activamente en lo del Pemexgate, también por dineros indebidos en la campaña presidencial de Francisco Labastida, que le costó mil millones de pesos de multa al PRI. El poderío del PRI y del sindicato de Pemex no lo arrugaron. Guango no es.

Por eso, porque es un militante convencido de la izquierda que está a la izquierda de no pocos de los morenistas al uso, y porque respeta las reglas de eso que está como pasado de moda en este gobierno (la ley), hay no pocos preocupados. Sin embargo, los asuntos en curso de la UIF no roban el sueño a nadie, están ya muy ventilados, tanto lo del Lozoya como todo lo de los sobornos de Odebrecht… pero que él vaya a sostener mentiras si las encuentra en el expediente contra Ricardo Anaya, dé por seguro que no lo hará y si encuentra asuntos por encargo en la UIF, no los seguirá, sea quien sea el que los haya ordenado, que en este caso es solo el Presidente. 

Ignora el del teclado las razones del Presidente para este nombramiento en la Unidad de Inteligencia Financiera, con lo que significa de acceso a los secretos de esa inquisición laica, pues Pablo Gómez aparte de que en su larga carrera política nunca ha actuado de manera cómplice de nadie ni ha estado envuelto en chismes ni escándalos, no ve para arriba a ningún Presidente y tampoco al actual, al que conoce de mucho y bien. El Presidente va a tener que aprender a sostenerle la mirada. Y algunos cercanos al Presidente, se van a enterar que no existen los intocables.

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