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Eduardo Ramírez por una nueva relación con los medios

Eduardo Ramírez por una nueva relación con los medios
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Por Manuel Ruiseñor Liévano

En un hecho inédito, al menos en este siglo en el transcurso de las campañas políticas a la gubernatura del estado, el aspirante de la coalición “Juntos seguiremos haciendo historia por Chiapas”, Eduardo Ramírez Aguilar, se reunió el viernes pasado en la capital del estado con un grupo plural de representantes de los medios de comunicación, en el marco de una convivencia franca y de la mayor trascendencia para la relación entre Prensa y Estado.

Un evento cuyo precedente, debe señalarse, fue el Foro sobre la tarea de la Comunicación Social, realizado a mediados de marzo, en el esquema de los “Diálogos para la Transformación”, coordinados por la asociación civil que encabeza Juan Carlos Gómez Aranda.

En aquella ocasión, se abrió espacio al intercambio de propuestas y experiencias en una cartera de temas, que fueron desde la libertad de expresión, la violencia contra periodistas, hasta la responsabilidad en el uso del internet y las diversas plataformas digitales en la tarea informativa.

Y el día viernes, en una emotiva comida, Eduardo Ramírez hizo serios pronunciamientos que, a nuestro parecer, auguran una nueva etapa en lo que, de triunfar en las urnas, abriría espacio a una nueva ERA en la relación del gobierno con los medios de comunicación.

Al hablar de la construcción de esa nueva era con los medios chiapanecos, sostuvo: “aspiro a tener una relación de respeto y de amistad con los medios y con los que no se pueda; nunca voy ser un enemigo de Chiapas y nunca voy a ser enemigo de ningún medio de comunicación”.

Al resaltar la indispensable relación entre política y comunicación, dijo: “una barca sin mar es como un político sin medios; un político necesita de los medios”.

No se puede pasar por alto, que este encuentro abona a ir dejando atrás aquellos esquemas caducos y agotados de tiempos pasados, en busca de una relación fincada en respeto, responsabilidad, profesionalismo y transparencia de ambas partes.

Como dijimos líneas arriba, de ganar Ramírez Aguilar nuevos vientos soplarán en torno a la siempre frágil y difícil relación gobierno y medios, muchas veces sostenida por los delgados hilos de la publicidad, el saldo político o el interés personal de actores de uno y otro bando.

Lo cierto, es que de ambos lados hay principios y valores a preservar, toda vez que la libertad de expresión es un derecho reconocido en nuestras leyes, irrenunciable para los oficiantes del periodismo y los medios, poderosamente ligado con la calidad de la democracia. De la otra parte, es menester de la autoridad cumplir con los principios de transparencia, también en abono a la democracia. En ambos casos, el impulso requerido para el logro de una sociedad informada y por ende mayormente participativa en todos los órdenes de la vida económica, política y social.

La reunión de ayer entre el candidato Eduardo Ramírez y la prensa, es un augurio de nuevos y necesarios cambios en una relación que en tiempo reciente ha sido turbulenta por causa de la condena y descalificación a los críticos del régimen, la cual regularmente proviene desde el gobierno.

Otro punto importante a considerar en la nueva relación que propone el candidato Eduardo Ramírez, es el freno a la violencia contra los periodistas y la necesaria protección para el desempeño de la profesión, más allá de complicadas e ineficaces redes y prácticas burocráticas.

A manera de colofón, vale la pena traer a estas horas de encuentro y empatía, el DECÁLOGO DEL PERIODISMO DE MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA:

  1. Nunca escriba o diga algo de una persona que no se le pueda decir a la cara.
  2. Combata la ambigüedad: no insinúe, no exagere, no minimice. Elija una postura y defiéndala. Un juicio no depende de la complicidad del lector sino del apego a la verdad.
  3. Use las palabras precisas, no sólo por la riqueza del lenguaje sintético sino para lograr exactitud en lo que uno quiere decir.
  4. Evite los lugares comunes, la vulgaridad y la falsa familiaridad con los entrevistados.
  5. Construya su propia opinión, aunque no coincida con los demás, y sobre todo, si coincide con los demás.
  6. No se ponga usted mismo en el centro de la noticia.
  7. No haga juegos de palabras ni sorna con el nombre o la apariencia de una persona.
  8. No aspire a recompensas materiales, no acepte regalos que puedan significar un soborno, ni siquiera los más pequeños. Hay que practicar una extremada ambición ética, aunque parezca una soberbia de la virtud.
  9. Considere los fenómenos en su larga duración y en toda su anchura.
  10. Encuentre el camino o hágalo

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