Arrancaron las campañas electorales en Chiapas y con ellas dio inicio la feria de propuestas absurdas, demagogia y simulaciones de los candidatos de los diversos partidos y coaliciones.
Tan solo en la capital de Chiapas, los candidatos más destacados a presidir el ayuntamiento iniciaron su proselitismo electoral planteando iniciativas que no corresponden al cargo para el que se postularon.
Jorge Martínez, candidato del Partido Verde Ecologista de México, por ejemplo, propuso la castración química a violadores, argumentando que “los que cometen el delito de violación deben ser castigados con todo el peso de la ley, porque abusar de los derechos de las mujeres y atentar contra su integridad física debe tener graves consecuencias para quienes lo cometen. Por eso, estoy proponiendo la castración química a los violadores”.
La propuesta podría tener alguna aceptación entre la población cansada de las injusticias pero corresponde a los diputados plantear este tipo de iniciativas para que se conviertan en ley. Un alcalde no tiene facultades para proponerla, mucho menos aplicarla.
La generación de empleos es una tarea que corresponde fundamentalmente a los gobiernos federal y estatales, quienes delinean políticas públicas para la generación de nuevos puestos laborales, que cuidan a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y las instituciones homólogas de los gobierno de los estados.
En Chiapas la mayoría de los ayuntamientos tienen presupuestos limitados y enfrentan adeudos importantes con empresas paraestatales como la Comisión Federal de Electricidad o laudos laborales que se han vuelto impagables. En el caso de Tuxtla, las finanzas municipales enfrentan un endeudamiento grave por préstamos para atender el problema del agua potable.
Por todo lo anterior, es simple demagogia plantear como propuesta principal de campaña el ser un candidato a alcalde que generará empleos, como es el caso de Willy Ochoa quién hace proselitismo con la frase “Más empleos, menos pretextos”.
Es evidente que ambas propuestas buscan agradar a los votantes aunque no sean planteamientos que se apeguen a la realidad y a las responsabilidades del cargo para el que fueron postulados.
