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120 latidos por minuto, la responsabilidad no se divide ante el VIH – SIDA / La Esquina Rota

120 latidos por minuto, la responsabilidad no se divide ante el VIH – SIDA / La Esquina Rota
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Francisco Félix Durán

La frecuencia cardíaca de un cuerpo en reposo regularmente está entre 60 y 100 pulsaciones por minuto; pero cuando un cuerpo en la misma condición presenta una frecuencia mayor, se le llama taquicardia y puede deberse a diversas afecciones, entre ellas el SIDA, alcanzado los “120 latidos por minuto”, que también dan el nombre a una película dirigida por el marroquí Robin Campillo.

Este filme francés narra la historia de la propagación del SIDA en París a inicios de los años 90, haciendo especial énfasis en la desinformación que existía y lo importante que resulta la difusión de los medios de prevención, detección, atención y el acceso efectivo a los derechos humanos, en una época en donde poco se sabía sobre esta enfermedad y que aún hoy en día falta proyección de lo mencionado.

Los personajes y la manera en que se contagiaron fueron diversas: transfusiones sanguíneas, trabajo sexual, uso de la misma aguja para drogarse o sexo cotidiano sin protección -incluso en su primera vez-. Pero si algo identifica a la mayoría era su preferencia sexual, por esa razón aquella sociedad pensaba que era una enfermedad exclusiva de homosexuales.

El tema central de la película es que los protagonistas convergen en un grupo llamado “ACT UP”, un grupo internacional fundando en 1987 en Estados Unidos, que en aquel entonces luchó para llamar la atención sobre el SIDA y las personas que lo padecían, pero con el único fin de conseguir mejoras en la salud, así como en la igualdad social y jurídica como siguen haciendo hasta hoy.

Los objetivos de esta lucha eran principalmente dos: primeramente, que las autoridades médicas verdaderamente se pusieran a investigar sobre esta enfermedad; y segundo, que salvaran vidas, a la vez que promovían y exigían la difusión de este virus porque cualquiera puede contagiarse, ya que como dice el protagonista Sean Dalmazo: “La responsabilidad no se divide. Cuando infectas a alguien eres responsable en un 100% y cuando te infectan, también”.

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