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Nazar, el lastre del PRI y Albores / Código Nucú

Nazar, el lastre del PRI y Albores / Código Nucú
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César Trujillo

El historial del ahora presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Julián Nazar, está marcado por su papel de porro y sus actuaciones de violencia que cobijó sexenios atrás. Quizá por eso no extraña que ahora quiera jugar al ideólogo y falle, y tropiece con su falta de conocimiento del “cómo” se tuercen las leyes en el país. No es lo mismo fungir como un troglodita a entender los recovecos de las leyes que a él mismo le han favorecido y que lo tienen hoy cobijado en la impunidad.

La historia no miente. El mismo José Antonio Aguilar Bodegas, cuando ocupó el puesto de secretario del Campo, señaló un sinnúmero de irregularidades que habían sido realizadas durante el paso de Julián Nazar por esa dependencia en donde se favoreció, a cambio del respaldo en las urnas del 2015, a la Confederación Nacional Campesina (CNC) a quien en el pabliato había defraudado y le había costado el desconocimiento de más de 90 organizaciones.

En diversas denuncias, de distintos medios de comunicación, se encuentra documentado que fueron más de 23 millones de pesos los desviados entre recursos federales y los del gobierno de Chiapas, de este sexenio de Manuel Velasco Coello, por el llamado Talibán. Sin embargo, en lugar de fincarle responsabilidades y ponerlo tras las rejas, como a varios políticos hoy en funciones, fue ungido como diputado federal del PRI y luego, bajo un error garrafal (tras acuerdos pactados donde se comprometió a “unificar” al partido), le fue entregado el poder del tricolor en Chiapas. Grosso error. No ha sido ni será así.

Los resultados de sus arrebatos y del poco control que Julián Nazar tiene es lo que hoy vemos reflejado y que han pasado a golpear, guste o no, al candidato que, según los vaticinios de algunos y por la “mano  santa” del exgobernador Juan José Sabines Guerrero, ya se veía como el futuro gobernador de Chiapas, mostrando, otra vez, esa burla en que han convertido los procesos democráticos del país.

Lo cierto es que Nazar no es un político que unifique nada. ¡Caramba! No es esa su función. Nunca ha sido ese su papel y basta buscarlo en su incipiente historial político para entender su comportamiento, sus chascarrillos burdos y su ingente verborragia. Basta recordarlo, también y es necesario, en el sexenio del pabliato con su postura cavernícola: amedrentando, lanzando improperios, postulándose como un sagaz representante del porrismo, base que le ha permitido hasta hoy estar en lugares que no sólo le han quedado grandes antes su ignominia e inoperancia.

Eso sí, aunque ahora cuando le preguntan de su relación y pactos con Pablo Salazar allá en el 2001 o de sus acuerdos con Carlos Armando Biebrich Torres, exgobernador de Sonora acusado de desfalco, o de los aprendizajes heredados de don Germán Jiménez, cuando Nazar ni se imaginaba ostentar el control que ahora tiene, evoque a una de las nuevas canciones del gran Joaquín Sabina y repita: “lo niego todo”.

Por eso es de mucha pena lo que pasa. Por ejemplo, basta escuchar al buen Julián Nazar intentar hilar un discurso en sus conferencias de prensa o en las entrevistas que le hacen para ver que no es el mismo personaje de los comunicados donde acomodan una retórica que le es extraña.

Sobre todo porque en últimas fechas, en la búsqueda de mostrar que el tricolor cargaba una hegemonía en Chiapas, olvidando que desde hace mucho dejaron de hace su trabajo, primero dijo que los partidos de la extinta coalición respaldaban a Roberto Albores; en el registro de la candidatura repitió la misma perorata ilusoria y ahora, ya aterrizado en la realidad, habla de que el PRI está preparado para ir hasta solo a la contienda electoral del 1 de julio de este año.

No dudo en que el PRI esté preparado. Todos los partidos y candidatos lo están. Para eso se forman como políticos, para eso se suponen forjan las bases y acuerpan a la militancia. Pero de eso a que tengan la bolita de cristal y ponderen a Albores ya como el gobernador, pues es también otro error. Nazar debería saber que las elecciones se ganan en las urnas.

Lo cierto es que, aunque lo nieguen, el golpe propinado al PRI por el abandono de los partidos locales y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) les dolió. Se sienten traicionados. Saben que el tricolor al ir con el Partido Nueva Alianza está acuerpado sólo de un cascarón y la orfandad política del candidato priista es una realidad que baila sola.

Manjar

Manuel Velasco Coello es el presidente de la Conago. No importa que tenga a Chiapas patas arriba, ni que haya incrementado la pobreza, ni que su gobierno sea el peor de todos. No. El mensaje que nos mandan en donde aparece viendo de frente a Enrique Peña Nieto, presidente de México, es el de que no hay ninguna ruptura y que su relación marcha bien. Lo cierto es que el presidencialismo se vislumbra fisurado y podría ser cierto ese rumor de que Maveco es el interlocutor entre EPN y AMLO. Total, en México #NoTodoEsLoQueParece // La recomendación de hoy es México contemporáneo (cronología 1968-2000) de Carlos Betancourt Cid y el disco Tropicanías de Óscar Chávez. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

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