Juan Carlos Cal y Mayor
Con la derogación de la disque mal llamada reforma educativa; ganan los maestros y pierden los alumnos. Para ellos es un triunfo laboral y para el país un fracaso en el modelo educativo. Se salva el presente y se sacrifica el futuro de México. Y como dice el presidente de los maestros: “Si se supone que ya estudiaron, se supone que ya saben”. Sin embargo la educación es un proceso formativo donde el uso de las nuevas tecnologías y prácticas pedagógicas es fundamental.
En países como Corea del Sur, China o Japón, la presión sobre los estudiantes desde el nivel básico llega a niveles de estrés. El mérito y la competitividad en conocimientos y aptitudes es fundamental para el logro de becas educativas a las que no todos acceden. El resultado es palpable, en tan sólo 20 años Corea del Sur se ha convertido en una de las economías más competitivas a nivel mundial (12avo lugar) compitiendo con los grandes fabricantes tradicionales con marcas como LG y Samsung o automóviles como KIA. Japón es la 3ra economía del mundo solo después de los Estados Unidos y China.
Pero en México es otro el cantar. Ahora proponen además eliminar evaluaciones en 1er y 2do grados para que al menos aprendan a leer y escribir. No piensan en la niñez de México desde una perspectiva futura en un entorno global. Piensan en el millón de maestros y los votos que representan, además de la capacidad de presión que ejercen ante la falta de un gobierno capaz de aplicar el estado de derecho. No pueden evitar los bloqueos y los daños a terceras personas que también son ciudadanos.
La izquierda contraría su propósito, hace más grande la brecha de la desigualdad social. Cree igualar oportunidades cuando lo que en realidad hace es normalizar la mediocridad construyendo un modelo de mexicano promedio que, comparativamente nada tiene que hacer en contraste con quienes tienen acceso a la educación privada. Es de un malísimo humor negro, el suponer que la derecha quiere privatizar la educación cuando los principales motores de ese modelo son los propios maestros que tienen secuestrado al país y sus instituciones educativas. ¿Qué tipo de educación se puede esperar de quienes hacen de la protesta como derecho una justificación para la violencia?
Según anunció el presidente, el próximo año entraran en funciones 100 nuevas universidades públicas. En tanto muchas de las universidades públicas existentes se encuentran en quiebra, otra vez sitiadas por las presiones sindicales. Lo mismo sucede con el sector salud. Hemos creado un estado obeso enfermo de gula. El estado benefactor le sale muy caro al erario público al que contribuimos todos. Sucede lo mismo con las dos grandes industrias energéticas. La CFE ejerce un monopolio y secuestra los ingresos de millones de mexicanos. Rescatar a PEMEX con todo y su sindicato, es el peor de los negocios. Decían los viejos que no ha nacido quien cuide lo ajeno.
Es cierto que la infraestructura educativa es precaria. Se ha utilizado como argumento para negociar pero la consecuencia es que la mayor parte de la inversión se dirige a los salarios de los maestros. Resulta paradójico que con mucho menores sueldos y prestaciones, los maestros en las escuelas particulares obtengan mejores resultados en sus educandos.
Sugería alguien por ahí que deberían aplicar el mismo criterio que se quiere hoy para las guarderías. Dar el dinero a los padres y que ellos decidan donde quieran estudiar sus hijos. Ya sean públicas o privadas, las escuelas se deberían medir por la calidad educativa. Quienes creen que el estado debe proveer educación, deberían pensar en instituciones eficientes que no deberían costar más que los que proveen los particulares, pero no sucede así. Si quieres hacer quebrar cualquier negocio, ponle un sindicato. El modelo educativo seguirá siendo el principal causante de la desigualdad social puesto que el desarrollo de las nuevas tecnologías ha desplazado esquemas que hoy resultan obsoletos. En una de esas los alumnos salen más vivos que los maestros. Si lo medimos por resultados, la izquierda se esta pareciendo más a la derecha que hoy tanto critica…
