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¡Qué delicados! / La Feria

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Sr. López 

No sé en su caso, pero el progenitor de este menda, cuando algo era muy serio, les hablaba de ‘usted’ a sus hijos. En cierta ocasión, el hermano mayor de su texto servidor lo echó de cabeza por una travesura de regular calibre. El ‘pater familias’, mirando a los ojos al inculpado, su servidor, preguntó: -¿Qué hiciste? –y oída la plena confesión, sin la presencia de persona de la confianza del tecleador, entonces de pantalones cortos, dictó: -Bueno, vete –y se volteó hacia el delator hermano: -¿Y usted por qué anda de chismoso? –le tocó un mes encerrado en su cuarto al regresar del colegio. Muy bien. Digo… 

¿Hay algo peor que la impunidad?… sí: castigar inocentes. Tenemos que ponernos de acuerdo los mexicanos: o todos los funcionarios de la procuración e impartición de justicia son delincuentes o hay unos decentes y otros criminales, caso por caso. 

Ahora resulta que todos los que fueron subordinados de Genaro García Luna (GGG), son malhechores o sospechosos de serlo. No es cierto. Además, sería un imbécil el GGG si hubiera creído que le iban a guardar el secreto entre tantos (“que no salga de nosotros 34”… ¡nunca!). 

Una cosa más: los que ahora afirman haber advertido al entonces presidente Calderón sobre las andanzas del GGG, se están inculpando de encubrimiento porque quien tiene conocimiento de la comisión de un delito, tiene obligación de denunciarlo, más si es funcionario como dice el segundo párrafo del artículo 222 del Código Nacional de Procedimientos Penales: “Toda persona que en ejercicio de funciones públicas tenga conocimiento de la probable existencia de un delito que deba perseguirse de oficio, está obligada a participarlo inmediatamente al Ministerio Público (…)”. Y no denunciar es asunto serio: el Código Penal Federal en su capítulo I, artículo 400, fracción III, dice: “Se aplicará prisión de tres meses a tres años y de quince a sesenta días multa, al que: (…) Oculte o favorezca el ocultamiento del responsable de un delito (…)”. 

Todos los que ahora dan entrevistas periodísticas afirmando que le advirtieron a don Calderón, deberían recibir una bonita carpeta de investigación de la Fiscalía General de la República y un citatorio para que digan lo que a su favor convenga, por no haber presentado denuncia penal en su momento (y la FGR tiene obligación de hacerlo por ser del dominio público los hechos). 

Dirá usted, sabedor de los usos y costumbres del poder en México, que eso nunca pasa porque se corren riesgos laborales y dermatológicos (lo corren del trabajo o le agujerean el pellejo a tiros), y no anda errado, pero eso no justifica que hayan esperado hasta que el GGG estuviera tras las rejas en otro país para proceder a inculpar a un expresidente de la república. Se exhiben como lo que son… pudiendo mantener la bocota cerrada si es cierto lo que dicen, porque falta saber si no están mintiendo. Pelillos a la mar. 

Y en relación con lo mismo de nuestra peculiar manera de impartir justicia, quede para la historia que el viernes pasado un Juez federal sobreseyó el caso penal contra Rosario Robles, por aquello de la ‘estafa Maestra’, quitándole el delito de ejercicio indebido del servicio público, imputado por la FGR de don Gertz, en el 2019, primer año de gobierno de la 4T, por lo que contra todo derecho la metieron tres años a la cárcel. Contra todo 

derecho y con artimañas de mala factura (como falsificar una licencia de conducir y con eso enchiquerarla). Doña Robles nunca fue acusada de haber sido parte de la estafa sino de haber sabido y sido omisa. Bueno, eso no le probaron. La encarcelaron tres años indebidamente y con chicanas. Sale libre de 66 años y sin un peso. 

Y nadie es responsable de que una inocente haya estado presa tres años. Ni el ministerio público, ni la Fiscalía, ni el Juez que la encerró. Se entiende que todos actúan de buena fe y no pueden ser imputados por sus averiguaciones o resoluciones, sí, pero cuando hay evidencia de manipuleo sí deberían pagar las que se comen. Doña Robles no va a denunciar ni a pleitear el asunto porque el que con leche se quema hasta a la crema le sopla, pero sería lindo que el Presidente de la república (en un ratito libre que le deje el asunto de Tesla), le ordenara a su Consejería Jurídica estudiar el asunto y presentar ante la FGR la denuncia de hechos correspondiente… ajá, sí cómo no. 

En cambio, en vez de que se averiguara a fondo cómo fue posible que una inocente estuviera presa, el mismo viernes la FGR informó que actuará contra el Juez que absolvió a Rosario Robles. 

Efectivamente, a través de un comunicado de prensa, la FGR dijo: “En el caso de la determinación tomada este día por el Juez Federal Roberto Omar Paredes Gorostieta y Femat del Reclusorio Sur, de sobreseer a favor de Rosario ‘R’ con la misma se está actuando en contra de la ley y en contra de las constancias de autos; razón por la cual se inicia no solo la queja administrativa, sino el procedimiento penal correspondiente”. 

Es probable que don Gertz Manero solamente este ejerciendo su derecho de pataleo o que no quiera quedar como un incompetente ante su jefe… mmm… no tiene jefe… bueno, ante su líder político… o ni eso, porque el señor es de arrebatos y enojón, según dicen, uno qué va a saber, pero la decisión del Juez no la cambia ni Dios Padre. Se aceptan apuestas. 

Lo más aconsejable es esperar a que el Presidente fije postura sobre el asunto, solo es cosa de que se haga un tiempito entre lo de Tesla y la declaración de los republicanos y demócratas presidentes de los Comités de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara de Representantes de los EUA, que están muy molestos por el Plan B electoral de acá y tal vez para que no les digamos que no anden de metiches, se anticipan diciendo: 

“Regresar a México a su oscuro pasado de elecciones controladas por el presidente no solo hace retroceder el reloj de su democracia, sino también de las relaciones entre EU y México”. 

O sea, el Plan B, afectaría las relaciones bilaterales. ¡Qué delicados!

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