María de Lourdes Corzo V.
Asociación de Columnistas Chiapanecos
-¿Y qué ha pasado? Más de un año de ese gobierno que creyeron firmemente que sería el añorado y con el cual no habría ningún obstáculo que salvar o acuerdo que negociar, como en antaño, y no ha sido así.-
Palabras del nieto de Rosario Ibarra de Piedra.
PREDECIBLE…una línea recta.
No me sorprenden de ella ni su elegante ausencia, ni su claro discurso ni su potente respuesta al obsequio político de la Medalla Belisario Domínguez. Desde que la nominaron todos opinamos que la merecía absolutamente ella y nadie mejor que ella, pero supe desde entonces que la aceptaría con cierto desdén, proviniendo de quienes provino. Ella es una mujer preclara y sabe que esas manos no están limpias y no ensució su lucha celebrando a lado de quienes siguen perpetrando actos como él que le significó una vida de calvario.
La medalla desde luego que tiene un alto significado moral e histórico y merece un profundo respeto y que Rosario Ibarra de Piedra sea la meritoria de recibirla la hace aun más valiosa. Son tal para cual…La medalla del Honor Chiapaneco, la insignia de Belisario Domínguez quien fue asesinado por su valentía civil para una mujer eximia y también-como quedo demostrado-congruente.
La carta que escribió Rosario para que leyera su hija al recibir en su nombre la insignia es una obra de filigrana que desnuda al sistema político de antes y al de ahora. Habla sin dramatismos ni sofocos de una realidad ininterrumpida, de un dolor social punzante y muy profundo que los mexicanos hemos venido padeciendo histórica y actualmente. Es un dolor que hemos padecido miles de familias como la de ella que fue mutilada, que fue condenada a una agonía interminable y a una búsqueda estéril de justicia.
Y su misiva continua: “Nosotros entonces supimos que no podíamos buscar a los nuestros sin pelear también sus batallas, teníamos los mismos motivos y las mismas justas razones para hacerlo.” Que fuerte y que vigente. Cuántos estamos en las mismas y seguiremos estando, firmes las convicciones aunque temerosos ante la “ferocidad de la desaparición forzada… Seguimos igual que hace tantos años recibiendo escarnio y burla de los funcionarios, la libertad de nuestros hijos y familiares, la justicia, la dignidad del pueblo y la paz siempre han sido nuestras metas claras, diáfanas, esplendorosas y que no admiten matices o esfuminos” (sic)
LA DAMA DEL HONOR. Mamá Justicia.
Para terminar y con el donaire que le dan a Rosario los años de dolor y de NO resignación, dignamente como toda ella le dijo al Señor López:
“Es por eso que dejo en tus manos la custodia de tan preciado reconocimiento y te pido que me la devuelvas junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos y añorados hijos y familiares y con la certeza de que la justicia anhelada por fin los ha cubierto con su velo protector. Mientras la vida me lo permita seguiré mi empeño hasta encontrarlos.”
Éste fue -hasta el día de hoy- el último acto de protesta de la activista que desde hace 45 años busca a su hijo quien fuera desaparecido por el Estado. María del Rosario Ibarra rechazó sutil pero firmemente una medalla de honor que le otorga un senado cuyos representantes son impresentables.. Ella ha sido cuatro veces candidata al premio Nobel de la Paz y su última participación en política como senadora fue por el Partido del Trabajo (PT) hace 13 años, partido que hoy “gobierna” a través de varios NO militantes de la ficticia cuarta transformación y cuyos militantes debieran seguir su ejemplo de dignidad. Punto y aparte.
La verdadera noticia de la Medalla Belisario Domínguez edición 2019 es que fue rechazada por Rosario Ibarra, no la insultante imagen que han viralizado del presidente de la República flanqueado por los senadores chiapanecos de quienes no la quiso aceptar por obviar razones.
#justiciaparasinar Sinar Corzo Esquinca también es víctima del Estado. Rosario lo sabe.
