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Por nada o por malo / La Feria

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Sr. López


Le conté hace mucho de la esplendorosa tía Lucrecia que en primeras nupcias se casó allá en Autlán, con garrudo doncel muy bien plantado del que se divorció a los pocos meses porque era un macho, ¡pero macho!, como de película en blanco y negro. Y se fue a vivir a Yucatán porque según ella, sí quería hombre pero ni parecido a los del pueblo. Regresó con un chaparrito buena gente. Hicieron buena pareja (nueve hijos, usted dirá).

Compró usted para llevar, una torta de chorizo con huevo… estaba horrible, ni se la acabó. ¿Volvería a esa tortería?; claro que no.

Una empresa le ofrece servicios de seguridad, en su casa y en la calle; servicios de salud para usted y toda su familia (todo incluido, consultas, análisis, tratamientos, medicinas, cirugías y rehabilitación); educación para sus hijos de preprimaria a profesional; y muchas cosas más, como agua potable, servicios municipales, etc.; en resumen, todo lo que se necesita para hacer llevadera la vida, y le presupuesta todo eso en el equivalente al 45% de sus ingresos.

Es caro pero hace cuentas… bueno, es como un seguro, nada más en salud y educación ya le anda conviniendo el trato. Acepta. Paga. Le dan un cuerno. Mala seguridad (con sospecha de que algunos de la empresa son socios de los delincuentes); malos servicios de salud (tirando a pésimos); educación rascuache; en resumen: no le cumplen nada. ¿Sigue usted pagando ese 45% de sus ingresos?… ¿o los manda a volar?; claro, los manda a volar.

Nada más que esa empresa lo obliga a seguir pagando aunque no le cumpla y amenaza con encerrarlo y embargarle sus bienes. ¿Qué hace?… pues los denuncia por fraude, extorsión y lo que resulte… peeero, el que recibe la denuncia trabaja para la misma empresa, que es dueña del servicio de procuración de justicia. ¿Qué hace?… se resigna.

¿Se resigna?… ¿y ya?, no, habla con sus vecinos, con sus amigos, con su abuelo y un tío que trabajó para la empresa. Le dicen que hay una manera, una sola, de quitársela de encima: cada seis años se puede elegir otra empresa, otro gobierno… pero a usted le da flojera y decide no participar. Está bien, cada quien muy dueño de sus decisiones. Pero, no se queje.

Dirá alguien que el 45% de los ingresos es una exageración, no, eso paga usted en promedio. Recuerde que le quitan por trabajar hasta el 35% de su sueldo (Impuesto Sobre la Renta, ISR); por ahorrar (hasta 35% sobre sus rendimientos); por comer, sí, en México se pagan impuestos por comer, por usar zapatos, usar cama, tener estufa, hablarle a su abuela por teléfono, darle de comer a su mascota, salir de vacaciones… es el afamado Impuesto al Valor Agregado, IVA, el 16% del que no se escapan ni los más avezados evasores.

Encima, si bebe, si fuma, si usa coche, paga Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS); si compra coche, si deposita en efectivo y otros, todos aparte de los impuestos de cada estado (predial, tenencia, agua, tránsito, Registro Civil, impuestos sobre nómina, servicios notariales, automóviles nuevos y sobre loterías, rifas, sorteos y ¡sorpresa!, también paga impuestos por echarse una cana al aire: el impuesto sobre hospedaje)… y faltan los impuestos municipales, pero no se trata de ponerlo de malas.

El cálculo del 45% de impuestos promedio que paga el tenochca simplex, no es de este menda (que ni sabe cómo hacerlo), sino de la Comisión Técnica de Seguridad Social del Colegio de Contadores Públicos de México, misma que advierte que puede ser más, dependiendo de los ingresos de cada quien.

¿Qué hace el tenochca estándar?, no paga, aunque con el IVA se aguanta, ese lo paga a fuerza. ¿Sabe cuánta gente evade impuestos en México?, según el Servicio de Administración Tributaria (SAT), casi 42 millones se hacen patos. Pero, eso no hace que sea mal negocio el gobierno, que el año pasado (todo según el SAT), se embolsó 12 mil 337 millones de pesos diarios (diarios), arrancados directamente a los ciudadanos.

Pero nada es suficiente, aparte, el gobierno, este gobierno, el del Presidente que dijo que no contrataría deuda, nominalmente, sin inflación, ha pedido prestados a nombre de usted y de todos, 6 billones 200 mil millones de pesos, el monto más alto de endeudamiento acumulado de los últimos 23 años… y lo pagaremos nosotros, los tenochcas cautivos.

Solo el endeudamiento nacional por cortesía de López Obrador & Cía., es un escándalo porque el artículo 73 de la Constitución ordena que “ningún empréstito podrá celebrarse sino para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos públicos” (para que se pague solo, se entiende). Pero como para este gobierno, la ley no es la ley, el 41% de la deuda es para gasto corriente (sueldos, electricidad, telefonía, gastos de oficina, programas sociales, compras, etc.).

Tenga muy presente que la deuda a fin de cuentas la pagamos los tenochcas de banqueta. Para que calibre bien las mieles de la cuarta transformación y la revolución de las conciencias que ha sido este gobierno, tome nota (datos del 25 de enero pasado, del Instituto Mexicano para la Competitividad): al terminar Fox su sexenio, la deuda pública por habitante fue de $29,063; con Calderón, $49,897; con Peña Nieto, $83,747; con el salvador de la patria, ya sabe quién: $126,917… y no iba a pedir prestado.

Sin meterse en discusiones ideológicas. Sin analizar las bondades de la gesta de este gobierno que combate la aspiración a progresar. Sin hacer caso a los evidentes casos de corrupción como jamás habíamos visto. Olvidando la inseguridad, la falta de medicamentos y los libros de texto para adoctrinar. Solo porque nos cobra, nos endeuda y no nos cumple, debiera ser obvio que no los volveríamos a elegir. Y sobre advertencia no hay engaño, con Sheinbaum, la sucesora designada por el Presidente, va a seguir lo mismo pero no más barato, estos salen carísimos.

Es un suicidio colectivo no votar masivamente el próximo 2 de junio, votar y echarlos. A menos que quiera seguir pagando mucho por nada o por malo.

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