Peritos virtuales

Por: Jorge Castorena El gobierno de la cuarta transformación, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha caracterizado por no mantener los viejos y rancios tratos con la prensa, es decir, se ha dado una nueva política en contra de los chayotes y las regalías, a las que estaban mal acostumbrados los informadores del país, este modelo se reproducía en todos los estados, y Chiapas no es la excepción, acostumbrados a la transa y a la sumisión callaban cuando a los intereses de sus amos les convenía, y rabiosos y furibundos vociferaban contra quien les decían a los que habían de ladrarles, incluso si eso significará traición a la patria y a los interés de la nación. Acostumbrados a no tener ideales ni principios, sólo servían al mejor postor. Este modo de hacer “periodismo” se caracterizaba por entenderse con amplios arreglos económicos como ahora se conoce al revelarse los insultantes montos que recibieron medios, personajes e intelectuales durante el gobierno de Peña Nieto. Un hecho en el que puede enmarcarse perfectamente estos dichos es lo que sucedió en el percance automovilístico en el que estuvo involucrado el Director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el maestro Zoé Robledo, la saña con que algunos periodistas lucraron con un fatal accidente, buscando sacar raja política, de manera inescrupulosa, de un percance. Queda claro que la integridad y la entrañable búsqueda de la verdad no es para ellos, los peritos virtuales, un valor de la información. Tras el lamentable accidente, dónde falleció el profesor Mariano Champo, en las redes sociales se desató una campaña negativa, para endilgarle culpas y descalificar toda investigación profesional que no fuera los dichos y conclusiones que aventuraron a publicar. La malicia no solo estaba en responsabilizar de todo a Zoé sino particularmente en comenzar a desacreditar la opinión de profesionales, en restarle credibilidad al peritaje de la Fiscalía del Estado, aún antes de que se efectuara, el motivo, cualquier persona mínimamente informada, podemos percibirlo, era el oportunismo vil del aprovechamiento del infortunio para el aprovechamiento de sus codiciosos intereses. Apresurados, también mostraron una falsa preocupación por la viuda y sus hijos. El peor lucro, el más bajo morbo, se expresó tras la fingida solidaridad con los deudos. De la viuda sólo buscaban declaraciones que coincidieran con sus propias y temerarias afirmaciones. Es evidente que tras la campaña en contra del Director general está la mano interesada de políticos que lo consideran un fuerte competidor a la gubernatura para el próximo sexenio. El exceso, la saña con la que acusaron a Zoé deja en claro que la intención nunca fue aclarar el accidente sino manchar su trayectoria. Lo que se puede advertir es que quienes participaron en el linchamiento de Zoé Robledo, son los mismos de siempre, aquellos a quienes no les interesa la cotejación de datos, opiniones profesionales, ni el peritaje mismo de la Fiscalía; sus dichos, sus fobias, sus intereses económicos, cuentan más para ellos, y es entendible, su razón es la del dinero. Pese a que saben que existen evidencias (videos) de Zoé en el aeropuerto y la clínica del Seguro Social donde fue atendido, siguen sosteniendo que se dirigía con prisa a la terminal aérea y que recibió auxilio médico en un nosocomio particular. Niegan toda evidencia que confirme la versión del Robledo y sostienen sin pruebas graves acusaciones. La vieja prensa debe saber que el chantaje no será aceptado por el gobierno de la Cuarta Transformación. Las investigaciones de la fiscalía avanzan y pondrán las cosas en su sitio, incluyendo a los falsos periodistas y opinadores de las redes sociales.