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Ixtapa, botín político / Ixtapa, botín político

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César Trujillo

El municipio de Ixtapa, Chiapas, nuevamente está en manos de una familia de caciques. Roberto Jordán Aguilar Pavón, el edil que despachó todo el trienio desde la capital Tuxtla Gutiérrez, que ha demostrado ser ajeno a la pobreza que aplasta la zona y cuyo máximo mérito es ser hijo de un priista con buenas relaciones en las cúpulas aldeanas, se alista a seguir enquistado en un puesto que le queda más que grande por tres años más.

Y la pesadilla, seguramente, no terminará ahí. Los caprichos del junior van a buscar ubicarlo en algún otro puesto de elección popular, en las próximas elecciones, que su padre Roberto Aquiles Aguilar le buscará para que las relaciones de poder de la familia no se esfumen y puedan seguir cosechando las canonjías a las que se han acostumbrado desde hace ya bastante tiempo.

Ahora, en unos días más, Aguilar Pavón, el espectro de Ixtapa, tomará posesión y muy seguro es que retorne a Tuxtla Gutiérrez desde donde se ha acostumbrado a despachar a distancia, a jugar al teléfono descompuesto, a tirar órdenes a diestra y siniestra para que sus esbirros lleguen a hacer de las suyas en detrimento del municipio, mientras éste se da la gran vida desde la zona Dorada.

Y es aquí donde uno comprende que de nada sirven las quejas, las movilizaciones, el encono social o el mismo recurso legal (aunque no lo crean), pues todo es parte de un cúmulo de acuerdos que se mueven desde el centro del país como una hecatombe que avanza arrasándolo todo, que no se detiene y que se alimenta del binomio corrupción-impunidad.

Lo hemos visto. Uno se puede inconformar y, al final de todo, los mismos tribunales electorales, desde la sala que termine acuerpando las negociaciones, será la que muestre el cobre y que termine torciendo todo a favor de los poderosos, de los políticos que reparten el erario como si fuera de ellos y que terminan sepultando el futuro de los pueblos.

Ahora a Ixtapa le toca nuevamente bailar con la más fea, le toca ser entregado como botín político al igual que Tila que está de nuevo en manos de un cacique llamado Límberg Gutiérrez (dos veces ya como edil y una vez su esposa), y del que ya escribiré en otra entrega para mostrar los pormenores de la forma en que ha logrado empoderarse.

Lo extraño es que a Aguilar Pavón le interese el municipio y no haya pedido que le dieran otro espacio en la administración, me señalaba un amigo de esa zona. La respuesta es demasiado simple y tiene que ver con los supuestos proyectos que presentan y que los mismos habitantes señalan quedan en la constructora que es de la misma familia.

Todo ha sido planeado a la perfección: primero el abuelo del ahora edil llegó al poder e hizo de las suyas. Luego su padre, el buen Aquiles Aguilar, el dos veces diputado, que ha sabido vender su alma desde el cobijo que encontró en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y desde donde ha tejido una red de favores que le permiten seguir rasurando a su antojo el presupuesto del municipio. Y ahora él, un muchacho que gusta de lo fácil y que no sabe absolutamente nada de política, tendrá seis años el poder en sus manos: una especie de maldición para el municipio.

Y como cereza del pastel viene avanzando y elevando la mano también la ahora diputada local por el Distrito XI de Jitotol, Adriana Aguilar Pavón, una perfecta desconocida en la zona que dice ser “protegida” de René Bejarano, el señor de las ligas, y quien seguramente se está preparando para poder utilizar el concepto de paridad de género y tener otro periodo de poder para la familia de caciques.

Esta es la democracia a la que juegan los políticos y que tiene a Ixtapa como un botín político que sangra y sangra en manos de los Aguilar Pavón que pretenden no soltar el hueso y si lo hacen, ojo con esto que le digo, será para dárselo a un títere que sea servil a esa familia que sigue metiendo dinero a sus cuentas mientras el pueblo sigue sumiéndose en la pobreza y pobreza extrema.

Manjar

Este martes 18 de septiembre me toca presentar un librazo: Texas, I Love You de mi hermano el poeta René Morales. Estaré compartiendo la palabra junto a los poetas Fernando Trejo y Nérvinson Machado. Vi nacer ese libro y he sido testigo de su construcción. San Cristóbal, en alguna ocasión de hace unos años, no hizo cómplices con René de la estructura que debía tomar esa serie de poemas que desgarran el alma y nos muestran la vida y la muerte en su caminar continuo. La cita será en el Museo de La Marimba a las 7 de la noche. Si no tiene otra cosa qué hacer, por ahí nos saludamos. #GraciasTotales // “Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”. René Descartes  #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Otras voces, otros ámbitos de Truman Capote y el disco Ænima de Tool. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

                              

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

Contacto directo al 961-167-8136

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