Home Columnas El ejemplo arrastra / La Feria

El ejemplo arrastra / La Feria

El ejemplo arrastra / La Feria
0
0

Sr. López

 

 

Tío Marcos no era malo, pero tenía un problema que le causaba algunos problemas: era muy borracho. Una de las muchas veces en que se encontró su maleta hecha junto a la puerta de entrada de su casa (afuera), le juró a su mujer -la tía Meche-, que esa vez sí dejaba el trago. Se hincó, suplicante. Nunca lo había hecho. La tía se conmovió, “mañana hablamos”, dijo, cediendo. Al otro día temprano, hablaron. Con la cruda, fue aún más convincente. Se iba a “jurar” a la basílica de Guadalupe. Nunca había dicho eso. Se convenció la tía que iba en serio (era muy devoto de la Morenita del Tepeyac). Salió a su trabajo. No llegó a comer. No llegó a cenar. No llegó. A los tres días, hecho una desgracia, regresó para explicar que había ido a la cantina a decirles a sus amigos que no se fueran a preocupar si ya no lo veían, que se iba a “jurar”… y… bueno, que iba por su  maleta.

 

Ayer, convincente como vendedor de seguros contra el fin el mundo, el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, dio una muestra rampante de lo que usted puede llamar oportunismo (porque usted es gente decente, pero otro cualquiera del peladaje, como este López, calificaría con una palabra que rima con regadera).

 

En diversos medios de prensa anunció tres cosas, la primera: que iba al INE a entregar el oficio con el que su tricolor partido renuncia a lo que les queda  de presupuesto este año (258 millones); que luego iba al Congreso a hablar con los coordinadores del neoPRI (no olvidar que este PRI es el de don Peña Nieto, refundado en marzo de 2013, cambiando todos sus documentos y estatutos, a los tres meses de tomar el poder), para (segunda propuesta) impulsar las modificaciones constitucionales que impidan que ningún partido tenga presupuesto en 2018; y la tercera, otra modificación constitucional para que se acaben los legisladores plurinominales (senadores y diputados federales y estatales). Aplauso de foca.

 

Dijo que “respetuosamente” invitaba a los demás partidos a unirse a ellos en lo de renunciar a lo que les toca de presupuesto por lo que resta de este año, para juntar entre todos cerca de mil millones para los damnificados por estos sismos del 7 y el 19 de septiembre. A lo demás no los invitó: les van a plantar la iniciativa como bomba de tiempo en sus curules: votan quedarse sin presupuesto para el 2018  (y se capan), o no lo votan (y se queman); dijo que serían cerca de once mil millones para los damnificados por los sismos estos (y fue muy insistente en eso: sería una modificación constitucional para asignar a los damnificados de estos sismos, y solo para ellos). Lo de los plurinominales ya en estas, es lo de menos: ¡las campañas!

 

El PRI, este PRI, sabe que para conseguir dinero para campañas, nadie les gana (y mire que los señores del PRD y del PAN, se han esforzado); sabe que ellos van a contar con dinero suficiente y encima, van a poder quedar a deber lo que les pegue la gana y conseguir mucho trabajo gratis (hay priismo así). Van a cargarle la mano a “empresas” y “empresarios”, van a obtener créditos bancarios, y en una de esas (no es que sea uno mal pensado ni que les tenga mala fe), hasta habrá algún mal priista que ordeñe el erario de alguna dependencia o entidad federal, de algún estado… y (¡hay de todo en la viña del Señor!), puede haber alguna oveja descarriada que le reciba dinero a los meros malos de Malolandia: los muy organizados delincuentes, por ejemplo, los narcos: quiera el Buen Dios -en el que cree este López, que por supuesto es gordo-, que no suceda tal desafuero. Quiera Dios…

 

Uno de los periodistas que lo entrevistó por teléfono, con micrófono abierto (le juro que no anoté el nombre, pero es de los famosos), le preguntó a don Ochoa si se podía hacer retroactiva la ley, porque está iniciado el proceso electoral, sujeto a las leyes vigentes… y ¡ah, la Sabiduría de don Impío!, respondió que precisamente por eso no iba a proponer una reforma a la ley sino a la Constitución Política del país, y efectivamente: se puede hacer la excepción al artículo 14 constitucional (principio de irretroactividad de las leyes), en caso de reformas a la propia Constitución (le ahorro las citas de jurisprudencia y sesudas discusiones de los que saben: así es).

 

Nomás imagínese el gol olímpico que sin balón metió el PRI peñanietista: dejan secos a todos los partidos políticos, sin un clavo, ahí limosneando tortas y pidiendo aventones para ir a mítines que harán a nivel de banqueta, sin música grupera, sin “spots” ni acarreados… (¡aleluya!, ¡aleluya!… ¡Cristo ha resucitado, aleluya y realeluya!)

 

Nada más que don Ochoa insistió tal vez de más, en que eso es para los damnificados por los sismos del 7 y el 19 de septiembre (esperemos que incluya réplicas)… y con la pena: eso es inconstitucional y contra derecho, porque las leyes deben ser, entre otras cosas, generales (abstractas e impersonales: las leyes no son para regular o resolver casos individuales, ni para personas o grupos determinados, de lo contrario no son generales: buenas para cualquiera que este parado en el territorio nacional, sea compatriota o de Burundi).

 

No pensemos mal de don Ochoa. Seguro su intención es buena (seguro). Pensemos que es un santo varón, muy santo aunque muy ignorante. Imagínese usted que la Constitución tenga un artículo que diga: Y para los damnificados de los sismos de tales y cuales fechas, esto y aquello. Sí, cómo no.

 

Ahora, los caballeros del pendón tricolor, muy conchudamente le van a aventar esta iniciativa a sus compañeros legisladores de los otros partidos y una de dos: la aprueban y se quedan a esperar a que la Suprema Corte les eche la porra del estadio Azteca; o la rechazan por inmensamente ilegal… y se quedan sin votos. ¡De gana gana!

 

Le propongo algo don Ochoa: si los canallas legisladores federales y locales (una modificación a la Constitución la votan los congresos estatales también), rechazan sus iniciativas, ustedes nomás regresen sus prerrogativas a la Tesorería. El ejemplo arrastra.

 

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *