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Tiradero / La Feria

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Sr. López

 

Una de las varias maneras como se hacía de dinero cuando era todavía niño el impresentable primo Pepe, del que a estas alturas ya debe usted saber algo, era descomponer algo para arreglarlo. La cosa funcionaba de maravilla con sus papás y con la abuela Virgen (la de los siete embarazos), de pocas luces los tres. Pepe le quitaba un bulbo al radio, la resistencia a la plancha o le desconectaba la banda a la lavadora (Imperial “De Luxe”, era la marca). Hacía como que llegaba, se enteraba de la tragedia: el radio se había descompuesto (no había televisión y las comedias de la XEW eran de escucha obligatoria), y encima no se podía lavar o planchar… y ahí entraba Pepe, quien mágicamente, arreglaba todo en un periquete (en un instante, perdón, exhibe uno el acta de nacimiento sin querer, ya ni quien use esa palabra tan chistosa). Hasta que empezó a jugar póker dejó de hacerlo porque no eran muy generosos ninguno de los tres (a los doce años ya era un tahúr consumado, con la baraja sí hacía milagros, ¡a los doce años!). ¡Ay, Pepe!

 

Ignora este menda si en otros países haya políticos o funcionarios que inventan problemas para resolverlos, que organizan huelgas previo convenio con los líderes, cierres de carreteras de acuerdo con los agitadores… en México, lamento abollarle el candor cívico, sí hay de esos, que aparecen como salvíficos Chapulines Colorados que resuelven problemas inexistentes (si estuviéramos en los EUA, hubiera puesto “Superman”, porque allá, no inventan héroes escuálidos, no, los de allá vuelan y son de acero… hasta en eso se nota… digo, puestos a inventar).

 

Ayer martes, la prensa nacional consignó que hay varias instituciones públicas en riesgo de quiebra o en “quiebra técnica” (que es como el matrimonio de los abuelos, que era “matrimonio técnico”: 57 años casados y no se hablaron los últimos 50 años, pero casados, eso sí).

 

En especial llamó la atención de este tecladista, que el ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), según Pedro Zenteno, su director de Normatividad de Administración y Finanzas, esté en “(…) quiebra financiera por los abusos y corrupción de sus ex directivos”.

 

Don Zenteno agregó que al ISSSTE, le hacen falta 22 mil millones y que para julio se agrava la situación si no le dan una ampliación presupuestal (y aparte que paguen lo que le deben, las entidades federales, secretarías de Estado y gobiernos locales… no, pues va a estar fácil).

 

Aparte, sentenció que el ISSSTE  tiene deudas por casi 19 mil millones de la administración anterior y -remate de pecho-: “Ahí hay daño patrimonial y actuaremos conforme a la ley. No podemos permitir que se haya llevado al instituto a esa situación. Hay responsables, y en su momento los haremos saber”. ‘Tá bueno… en su momento.

 

Lo primero es que esas son cifras de niños en la tiendita de la escuela para un país con un presupuesto anual de egresos superior a 5 billones de pesos. Lo segundo es que es imposible que quiebre una cosa como el ISSSTE, pues en el peor caso, ya en la trágica, el gobierno federal asume la deuda o el quebranto (recuerde el pavoroso caso del Fobaproa, hoy Ipab: el gobierno le entró con casi 200 mil millones de pesos, de entonces, así, al chas, chas… y no se despeinó nadie). Lo tercero es que para soltar noticias tan graves, hay que tener no los pelos de la burra en la mano, sino de preferencia, la burra entera amarrada a la puerta.

 

Y ya sucedió. Ayer mismo (nota de La Jornada, Jessica Xantomila, 15:39 horas), Joel Ayala Almeida, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), o sea, no el jicamero de la esquina, como diría el gran Juan, sino el líder de todos los burócratas de la federación, declaró que el ISSSTE no está en crisis, que don Zenteno fue “irresponsable” y “omiso”, que el  ISSSTE tiene 96 mil 956 millones de pesos de reservas (de guardadito, pues), que los datos de don Zenteno son “totalmente imprecisos, omitió la realidad económica que tiene el ISSSTE y altera, alarma a la derechohabiencia del ISSSTE, que atiende a más de 13 millones de personas”. Duro.

 

Este señor Ayala es lo que la abuela Elena (la paterno autleca), llamaba una “chucha cuerera”, pertenece al círculo del poder grandote hace muchos años -Economista por la UNAM-, que ha sido líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud; líder de la FSTSE desde hace 21 años; tres veces diputado federal y dos veces senador (ahorita es)… ¡ah! y pantalonudo (eso no está en su currículum, pero es), y tanto que “hizo un ‘enérgico extrañamiento’ al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le enviará un documento con la situación ‘real del ISSSTE’, para señalar ‘la irresponsabilidad a este funcionario Pedro Mario Zenteno en lo que nos consta ha sido un obstáculo para que no fluyan los recursos necesarios y claramente es contrario a los lineamientos del gobierno federal”. ¡Áchis!

 

Don Ayala agregó que Zenteno “(…) no le mienta a la opinión pública, a los trabajadores al servicio del Estado y mucho menos en el seno de la Honorable Cámara de Senadores” (así dijo, Honorable).

 

Agregó don Ayala que para subsanar las carencias que tiene el ISSSTE, el 24 de enero pasado, en la primera sesión de la junta directiva del ISSSTE -máximo órgano del propio instituto-, en presencia del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, y el propio subsecretario Arturo Herrera, “la representación de los trabajadores pidió que se liberara de forma inmediata el presupuesto asignado por la Cámara de Diputados, de 323 mil millones de pesos, y que se tomara el 25% de las reservas existentes”. Esas son cifras.

 

Nuestro Presidente de la república necesita colaboradores eficaces que no lo enreden, que no lo engañen, no le endulcen el oído ni le presenten más pruebas de lo malos, malísimos, que eran los que se fueron… ya se fueron…por eso se fueron. ¡Ah! y que sí le entren a lo que está descompuesto, que sigue igual el tiradero y como ya son gobierno, es su tiradero.

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