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Podríamos ser producto de la IA / Al Sur con Montalvo

Podríamos ser producto de la IA / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Por la mañana recibí un mensaje de mi amigo Carlos Lau con un video del alemán Jürgen Schmidhuberhablando de la Inteligencia Artificial, de inmediato abrí otro mensaje que curiosamente aludía a la AI y revisando las notificaciones de Facebook, me encuentro con algunos artículos y memes en referencias a la AI. Tanta coincidencia, movió mi curiosidad por saber ¡qué diablos!, es la Inteligencia Artificial de la que todos hablamos y aplicamos en nuestros celulares, dispositivos, aplicaciones, computadoras, automóviles,  y equipos sofisticados, de la vida cotidiana; pero poco sabemos de cómo surgió y mucho menos cómo se ha desarrollado.

Con esta inquietud, me reuní con Amanda para intercambiar opiniones sobre la IA.

—Amanda, ¿recuerdas lo que publiqué en 1991 sobre la evolución de la tecnología hacia la robotización?

—Además de eso, también recuerdo tus artículos referentes a tus fantasías en los años 60 influido por la “invasión” de marcianos a la Tierra anunciada en radio por Orson Welles; el boom de juguetes de robots mecánicos de los años 50; el programa infantil de Los Supersónicos, esa familia robotizada con dispositivos que tardaron décadas en llegar a nuestras manos. También publicaste sobre el programa de TV de 1962 “Suspenso Hoover” donde un robot humanoide sustituía al esposo violento y abusador por un “hombre” delicado, atento y amoroso que termina eliminando al humano para emparejarse con su esposa.

—Aquellos autores de ciencia ficción nutrían mis fantasías como lo hacía Aldous Huxley con sus libros como un Mundo Feliz o George Orwell con su novela “1984”. Lo increíble es al darme cuenta que aquellas “ficciones” cobran realidad en nuestra época y superaron con mucho mi imaginación. ¿Tú empleas las aplicaciones de la Inteligencia Artificial, Amanda?

—¡Claro! Y pago la categoría Premium. En mis labores cotidianas empleo bastante la Inteligencia Artificial con la cual sustituí el Power Point; ahora leo enormes documentos en síntesis breves en cuestión de segundos; redacto informes aportando datos básicos a la IA y encima, me corrige la redacción de cuanto escribo.

—Háblame de lo que sepas de las AI, Amanda.

—Ahora, muchos se pelean la paternidad de la AI, pero desde la Edad Media se creía que la animación de un Golem se podía lograr insertando un trozo de papel con cualquiera de los nombres de Dios en la boca de la figura de arcilla. Recuerda también que Goethe menciona a un homúnculo, (término usado por el  alquimista Paracelso), fabricado alquímicamente, destinado a vivir eternamente en el frasco en el que fue creado; se esfuerza por nacer en un cuerpo humano completo. 

—Esa era ficción, ni siquiera ciencia ficción, Amanda

—Sin embargo, la fantasía, ficción, mitos y creencias dan origen al pensamiento humano y su transformación.. En fin, en 1950 Alan Turing se preguntó: ¿Pueden pensar las máquinas?; ¿podrá simularse la inteligencia humana en máquinas? Como sea, sus artículos motivaron a muchos científicos y así, Stuart Russell y Peter Norvig plantean en su libro, en el cual de definen a la IA como “el estudio de los agentes que reciben percepciones del entorno y realizan accionesPara ellos, “la IA es el estudio de los agentes que reciben percepciones del entorno y realizan accionesAsí definen 4 enfoques:  el pensamiento humano, el pensamiento racional, la acción humana y la acción racional.

—Sin duda, la Inteligencia Artificial abre una gran debate sobre sus beneficios y perjuicios al mundo, Amanda.

—Por supuesto, ahora existen infinidad de definiciones de la IA, múltiples enfoques y posturas sobre su conveniencia. Por ejemplo, Jürgen Schmidhuber se adjudica la paternidad de la IA en 1991 el cual desarrolla diagnósticos para la detección del cáncer; en el 2017 Jeremy Achin define así la IA, como: “La inteligencia artificial es un sistema informático capaz de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana”. Con bastante humor.

—Amanda, ¿habrá ya una tecnología capaz de sustituir el cerebro humano?

—Todavía no. Sin duda, en algunas áreas es más rápida y perfecta como en cálculos matemáticos, estrategias de ajedrez donde nadie la gana; en respuesta acertadas o en la búsqueda de información como en los motores de búsqueda de Google o el reconocimiento de de imágenes y voces como  Siri de Apple o Alexa de Amazon, los vehículos autónomos o el software como Watson de IBM. Pero en cuanto a las habilidades del cuerpo y emociones humanas aún no compite con el hombre. Solamente las manos cuentan con miles o millones de terminales imposibles de emular por la IA y eso, te permite dedicarte a las artesanías y labores manuales que un robot, está lejos de imitar.

—En tu opinión, ¿la IA desplazará a los humanos de sus empleos?

—En las áreas de producción y muchas otras, ya desplazó a miles de obreros que ahora se dedican a las ventas, a manualidades, a prácticas del deporte; incluso a formarse como influencers en las redes sociales donde algunos obtiene mejor ingresos.

—En mi apreciación, Amanda, veo que la IA ha incursionado para facilitar procesos de aprendizaje mediante el Machine Learning y el Deep Learning en la Universidades, en la fábricas, en el sector salud, el marketing comercial y político; el comercio; en los bancos y hasta en el SAT. Creo que nosotros somos testigos del inicio de un revolución tecnológica de la cual habrá mucho por escribir.

—Y cada día, se sumarán más científicos como Warren McCullough y Walter Pitts quienes en 1947 desarrollan el primer modelo matemático de una red neuronal que dio paso al primer ordenador neuronal creado en 1950 por Marvin Minsky y Dean Edmonds; después en 1952, Arthur Samuel crea el famoso “aprender a jugar ajedrez”. Es  John McCarthy quien en 195 acuña el término de Inteligencia Artificial como en 1959, Arthur Samuel acuña el término Machine Learning. Luego, surgirían cientos de laboratorios 

—Pues sin duda, Amanda, el debate continuará porque algunos argumentan que la inteligencia artificial ofrece muchas promesas para la humanidad, pero también podría representar una amenaza más peligrosa que la bomba nuclear. Queda mucho por decir de la Inteligencia Artificial que el lector podrá encontrar en las aplicaciones de IA para formar su propia opinión. Lo único que espero es que nosotros mismos no seamos humanoides artificiales creados por otras inteligencias de la Galaxia, ya vez que el sueño de los científico es lograr la autonomía de los robots y algunos le apuestan al desarrollo emocional de la IA, lo cual a mi me parece que eso, no es cuestión de amor.

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