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Para una mujer admirable, doña Keny Avendaño 

Para una mujer admirable, doña Keny Avendaño 
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María Ramos Ramírez

A un año del lamentable fallecimiento del Lic. Juan Pablo Montes de Oca, hombre con valores y comprometido con la política, su pueblo y su familia

Tuve el gusto de conocer a su mamá, doña Keny, a pocos días del trágico accidente aéreo y realmente quedé admirada por su fortaleza, su capacidad de resiliencia, porque a pesar de los golpes duros de la vida no se quiebra. Cuando me atreví a preguntarle con un nudo en la garganta cómo le hacía para ser tan fuerte, con gran entereza me dijo:   -sabe porque me mantengo en pie, por mi hijo, por mi hija, por mis nietos. Su amor me mantiene firme. Apenas se le quebró la voz, creo que más por mis lágrimas, que ya casi se me escurrían mientras trataba de ser fuerte. Después de eso, la felicité por su hijo, por esa familia que presumía con orgullo de mamá, totalmente entendible, pese a su gran dolor. Casi de inmediato tomó aliento y una señora se acercó para preguntarnos que canción queríamos pedir, ya que la marimba amenizaba alegremente el parque de Venustiano Carranza; ella pidió Morenita mía, porque dijo que esa canción le dedicaba su marido. 

Después de un delicioso desayuno, caminamos su hijo Francisco y su esposa, sus dos nietos y otras personas rumbo a su casa, donde al entrar tenía un altar con las fotos de sus seres queridos que recién habían partido y su difunto esposo, el Dr. Montes de Oca, quien siempre ejerció en Carranza y que les heredó a sus hijos el amor a su tierra, a su gente y la honestidad de decir sí cuando se podía y no sin tantas vueltas cuando de plano no se podía. Juan Pablo lo hizo cabal y es recordado como un gran ser humano, con cariño y respeto igual que a su señora madre, como se puede uno percatar cuando la saludan en la calle.

Fue una experiencia agridulce conocer a doña Keny por las circunstancias tan difíciles del momento, pero sin duda también fue un bonito momento, pues hubo sonrisas y lágrimas en su familia al extrañar a los ausentes en la presentación del libro Juan Pablo Montes de Oca, una vida al servicio de Chiapas, como un homenaje a su memoria, a su legado, al cual acudió el gobernador Eduardo Ramírez, quien lo recuerda como su compadre, su amigo y un excelente colaborador.

Este pequeño relato es para ofrecer mis respetos, admiración y cariño para esa señora tan fuerte como un roble, que a pesar de tener su corazón roto se mantiene firme, de pie, y dando muestras que está hecha de madera de primera y esperando que su dolor se mitigue con el paso del tiempo y el recuerdo de su querida familia se mantenga por siempre en su memoria.

Bendiciones y abrazos, señora Keny, en este día de las madres, merecido reconocimiento por su gran amor para su familia y su valentía para seguir adelante.

10 de mayo de 2025

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