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Militarización / A Estribor

Militarización / A Estribor
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Juan Carlos Cal y Mayor
A decir del presidente, la renuncia de su Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, se debió al diferendo por la decisión de “trasladar al ámbito militar de la Secretaría de Marina, las funciones eminentemente civiles de los puertos, de la marina mercante y de la formación de marinos mercantes que han estado a cargo de la SCT desde 1970”.  Le advirtió sobre la “grave trascendencia” de esta medida en el presente y futuro de México, tanto en lo económico como en lo político; pero la decisión ya estaba tomada.
Esto se suma a la determinación de que los militares construyan el nuevo aeropuerto de Santa Lucia que será propiedad de la Secretaría de la Defensa Nacional y estará operado por ellos. Incluso las rentas de los locales comerciales, los impuestos por el TUA, que es la tarifa de uso aeroportuario, serán ingresos de esa Secretaría.
Como se recordará, a mediados del año pasado, se presentó en la Riviera Maya, la contaminación por sargazo que afectaba al sector turístico y al sector ambiental. Y en vez de que la Secretaría de Medio Ambiente se hiciera cargo de resolver el problema en coordinación con la Secretaría de Turismo, el presidente decidió mandar al ejercito a resolverlo. Fue quizás una de las gotas que derramaron el vaso para que Josefa González renunciara el año pasado a dicho cargo. Y es que la determinación no es a capricho, sino que está normada por leyes en la materia. Puede haber coadyuvancia sí, pero no responsabilidad directa.
De nueva cuenta mandó al ejercito para atender el problema del Huachicol. Como se recordará, el día la tragedia de Tlahuelilpan en que murieron calcinadas 137 personas, los militares estuvieron ahí presentes de principio a fin y sin intervenir en el robo del combustible hasta que sucedió la explosión. Recibieron órdenes superiores de no intervenir hasta que resultó inevitable.
Con la puesta en marcha del INSABI y el grave problema de la pandemia sucedió lo mismo.  Los ingenieros militares se ocuparon de rehabilitar 32 hospitales que estaban inconclusos, se ordenó que los hospitales militares atendieran a civiles y les pidió coordinar los trabajos de las instituciones de salud en todo el país donde se hicieron presentes con don de mando sin tener claras sus funciones.
Ahora tomarán el control de las aduanas y puertos. Tan sólo el puerto de Veracruz es considerado uno de los más importantes del continente.  Tendrá una capacidad de manejo de carga de 66 millones de toneladas y al llegar al 2024 deberá alcanzar 90 millones. Actualmente, moviliza 29.0 millones de toneladas, con datos al cierre del 2018 de la SCT.
Sé que a algunos les resulta odiosa la comparación, pero en Cuba sucede lo mismo. El Grupo de Administración Empresarial, SA (Gaesa), de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) administra y controla ramificaciones que van desde el sector hotelero hasta las tiendas minoristas de ventas de productos en divisas, pasando por las aduanas y los puertos, entre muchos otros. Se dice que controlan hasta un 70% de las actividades económicas.
En Venezuela, desde el arribo de Chávez al poder, los militares controlan PDVSA la empresa petrolera y sin número de actividades industriales y económicas. Se han constituido como la nueva plutocracia del país mientras el pueblo muere de hambre y por ejemplo en España, son poseedores de muchas propiedades en una la zona que se conoce como Little Caracas, un barrio de lujo que se ha instalado en el centro de Madrid. Lo mismo viven empresarios que han huido del régimen, que juniors de militares en activo que obtienen grandes ganancias administrando “la riqueza” de Venezuela.
Desde hace mucho el ejercito tiene sus propias constructoras con las que construyen caminos, hospitales, unidades militares, multifamiliares para la tropa y los militares en activo. Ahora manejan mayor presupuesto con el apoyo de hacienda y administran, sin rendir cuentas, 75 mil millones de pesos en la construcción de Santa Lucia.
Con eso de que el presidente quiere ser “el guardián” de las próximas elecciones, habrá que ver sino se le ocurre mandar a la tropa a vigilar el proceso. No cabe duda que en lo regímenes autoritarios tener de lado al ejercito a cambio de prebendas y privilegios, es una buena manera de evitarse problemas y ejercer un control absoluto sobre las instituciones…

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