
* Explicaron que los sueldos, que rondan entre 2 mil 500 y 3 mil pesos mensuales, no son suficientes para cubrir necesidades básicas.
Daniela Alfaro
La situación de los migrantes en Tapachula se ha deteriorado en las últimas semanas, según organizaciones defensoras de derechos humanos y migrantes varados en la ciudad. La falta de respuestas claras sobre la regularización de su estatus migratorio, sumada a un aumento de la violencia, ha generado una creciente frustración entre miles de migrantes atrapados en la ciudad. A pesar de la disminución en la llegada de nuevos migrantes, las solicitudes de refugio han aumentado considerablemente, lo que ha causado largos períodos de espera.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) ha señalado que enfrenta un volumen elevado de solicitudes, pero aún hay miles de migrantes esperando una resolución sobre su situación legal. Mientras tanto, las autoridades migratorias han intensificado las inspecciones en la ciudad para verificar la documentación de los migrantes, lo que ha generado más incertidumbre entre la población. A pesar de estos esfuerzos, muchos migrantes siguen sin recibir respuestas definitivas sobre su regularización.
Uno de los problemas más graves que enfrentan los migrantes es la explotación laboral. Debido a su estatus irregular, muchos empleadores evitan registrarlos formalmente, lo que les niega el acceso a prestaciones de ley. Adiel Tovar, migrante de El Salvador, denunció en una entrevista para el Diario del Sur, que muchos migrantes trabajan en condiciones precarias, con jornadas largas y salarios bajos que no cubren el costo de vida en Tapachula. Los sueldos, que rondan entre 2 mil 500 y 3 mil pesos mensuales, no son suficientes para cubrir necesidades básicas como el alquiler de viviendas, que pueden costar hasta 5 mil pesos al mes.
La violencia en la ciudad ha aumentado, afectando directamente a la población migrante. Un incidente reciente en el centro de Tapachula involucró el apuñalamiento de un migrante cubano tras una discusión el martes por la tarde. A pesar de la presencia de fuerzas de seguridad, los migrantes denuncian que siguen siendo víctimas de agresiones y enfrentan bajos salarios que no les permiten acceder a una vivienda digna ni a una calidad de vida adecuada.
La comunidad migrante LGBTI enfrenta obstáculos adicionales. Algunos migrantes LGBTI han decidido quedarse en México debido a las políticas que afectan los derechos de la diversidad sexual implementadas por el presidente Donald Trump, quienes perciben que el país ofrece mayores garantías de derechos que sus países de origen. Sin embargo, muchos no han logrado regularizar su estatus ni acceder a servicios básicos. Organizaciones como Casa Frida, que brindan apoyo legal y atención médica, han señalado que la falta de recursos limita su capacidad para ofrecer una asistencia adecuada.
Ante la falta de soluciones claras por parte de las autoridades, algunos migrantes han optado por regresar a sus países de origen, mientras que otros permanecen en Tapachula esperando información sobre su situación legal.