Rodulfo Reyes
Con el título “Tabasco se desploma”, una columna del diario El Financiero publica ayer un artículo demoledor en contra de la intención del gobierno federal de apalancar a la entidad del presidente Andrés Manuel López Obrador con la construcción de la refinería de Dos Bocas.
“Parteaguas”, firmada por Jonathan Ruiz Torre, quien es director general de Proyectos Regionales y Ediciones del diario, y a quien se presenta como “cazador de historias de negocios y nudos de la economía”, apunta:
“Para fortalecer las piernas, los futbolistas suelen amarrarse un lastre, una llanta atada a su cintura que los detiene cuando, intentando correr, apenas avanzan unos metros.
“México intenta correr, pero su lastre principal hoy es Tabasco, justo cuando en Palacio Nacional” despacha un tabasqueño.
Los tabasqueños, dice, obtuvieron en 2018 “un 10 % menos dinero que en 2017”.
La contribución de los paisanos del presidente a la economía nacional fue de – 0.29 %, el equivalente a lo que aportó Nuevo León, “pero en sentido contrario al crecimiento”, y esa estado “jala hacia adelante, Tabasco hacia atrás, detallan datos del INEGI”.
Ruiz Torre, quien estudió Comunicación en Monterrey y Energía en Houston, subraya que actualmente la economía tabasqueña “es 15 por ciento más chica que en 2013”.
El editor del diario que es considerado la biblia del sector privado del país se pregunta qué provocó la catástrofe económica del Edén.
La apuesta a una sola actividad, se responde, y la parálisis de esta, “causada por el empeño del gobierno de Enrique Peña Nieto de cuadrar las cifras financieras de Pemex al costo de destruir las economías del sur del Golfo de México, mediante una continua reducción en de inversiones en producción, emparejada con la caída de las reservas del yacimiento Cantarell”.
AMLO pretende remediar esto con derrama de recursos “sobre la región que incluye a su estado, apostando al aumento de la extracción de crudo”, dice.
Apunta que más directamente con los 50 mil millones de pesos “asignados este año a la construcción de la refinería de Dos Bocas, aunque no necesariamente todo se lo queden los tabasqueños”.
Explica esto último: “durante el emblemático 18 de marzo, las empresas y consorcios extranjeros Bechtel-Techint, el australiano Worley Parsons-Jacobs, además de la compañía francesa Technip y la estadounidense KBR, recibieron la invitación por parte de Pemex para participar en el proyecto de construcción. Coincidentemente, las acciones de KBR aumentaron su valor 21 % desde el anuncio”.
“Pero siempre hay un costo –apunta–. Analistas globales ya ponen atención a una redistribución de recursos gubernamentales hacia la producción de petróleo en detrimento de los yacimientos de gas natural no asociado al crudo, que sirve para generar electricidad. Pierde el norte en favor del sur. Los datos: en aguas someras del Golfo, la producción de gas natural aumentó 5 %, revelan datos de Pemex. En el norte cayó 10 %”.
Subraya: “habrá más dinero, de acuerdo con un nuevo ‘memorándum’ presidencial emitido el viernes como instrucción a dependencias, para que con su sacrificio permitan ‘liberar mayores recursos para el desarrollo’”.
Se pregunta de dónde saldrá ese capital: “De la devolución de plazas, limitación de asesores, ajuste a ‘Gabinetes de Apoyo’, despido de choferes, eliminación de ‘renivelaciones’. Cortarán las direcciones generales adjuntas y ajustarán plazas en el extranjero, acabarán con el personal de confianza y de altos mandos en delegaciones federales y reducirán comisiones al extranjero. Todo ello adicional a una baja del 30 % en difusión, papelería, combustibles, viáticos e investigaciones y una del 50 % en telefonía celular, exposiciones y convenciones”.
Y remata su demoledor texto. “¿En dónde podría acabar el dinero que de ese ahorro salga? Ven, ven, ven…”.
