Home Columnas Gobernar sin discriminar / A Estribor

Gobernar sin discriminar / A Estribor

Gobernar sin discriminar / A Estribor
0
0

Juan Carlos Cal y Mayor


Cuando el Presidente de la República rindió protesta se dirigió al “honorable congreso y al pueblo de México”. Protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que ella emanan. De acuerdo a ella en su artículo primero:  “todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse” Por el hecho de ser ciudadanos mexicanos todo somos iguales ante la ley.

 

A eso se apela ante la insistencia en la retorica oficial y el guión que siguen a pie puntilla los activistas políticos y escribidores oficiosos cuando en los dichos y en los hechos insisten en diferenciar, clasificar y adjetivar a quienes por su origen, color, filiación política, condición económica y social se descalifica a priori.  Se pretende proscribir el derecho a disentir y ser tratados como ciudadanos en pleno goce de sus garantías individuales.    

 

La académica, intelectual y activista, Denise Dresser, publicó en días pasado un texto intitulado “Yo pueblo”. En el expresa su disenso por el trato diferenciado que se da a las organizaciones de la sociedad civil o la prensa critica, a quienes pareciera no se consideran parte del pueblo.

 

Como respuesta, el articulista y analista Hernán Gómez Bruera, le contesta “No Denise, no somos pueblo”. Es “evidente que Dresser confunde pueblo con sociedad. No alcanza a distinguir que mientras la sociedad somos todos, el pueblo es una construcción social, una identidad que alude a grupos históricamente excluidos, marginados y agraviados, esa mayoría a la que la 4t pretende reivindicar”. Entonces ella no es pueblo porque no ha sufrido discriminación social, económica o racial. La acusa de negarse a admitir el privilegio que significa ser blanco en este país. Piensa que por esa condición pudo estudiar en universidades extranjeras, escribir en un diario nacional y opinar en programas de televisión. Curioso es que quien hace esa discriminación tenga origen caucásico y haya gozado de los mismos privilegios que a ella le reprocha.

 

Los Quetzalcoatls modernos, se asumen reivindicadores sociales, predestinados a defender al pueblo, a los marginados y a los excluidos. Reflejan por ese solo hecho una profunda ignorancia en su afán de acomodar su discurso a la lucha de clases de la tesis marxista. Los nazis persiguieron a los judíos, los judíos atacan a los palestinos, el KKK a los “negros”. ¿Quieren una sociedad así?

 

Desconocen la historia y confunden el origen de nuestra identidad indígena, mestiza, criolla, migrante, pluricultural y pluriétnica. Desconocen que México no existía como país antes de la conquista. Que el imperio azteca y su derrota fue posible por un puñado de españoles sino por el determinante apoyo de un numeroso ejercito de otros pueblos indígenas tributarios, oprimidos y esclavizados por los propios aztecas. Desconocen también que la independencia la iniciaron los criollos españoles. Que Agustín de Iturbide fue el consumador de esa gesta y el primer Emperador.  

 

Se hacen de la vista gorda ante la misma circunstancia histórica, social y económica que hoy prevalece. Ideólogos, políticos, intelectuales y funcionarios: Taibo nació es España, John Ackerman en Estados Unidos, Héctor Díaz Polanco es Dominicano y le siguen los Arkonadas, Atolinis, Brueras, Meyers, Noroñas, Sprieus, Ursúas, Riobóos, Batres, Monreales,  Ebrards, Polevnskys, Barttlets, etc. etc. ¿Le seguimos?… Si algo prevalece son los ascendientes extranjeros, toda una élite ¿Cuánto pueblo hay en el gabinete? ¿Cuántos indígenas? ¿Cuántos de origen Maya, Nahuatl o Zapoteco?

 

La Ley Federal para prevenir y eliminar la discriminación establece en resumen que se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, la condición social, económica, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, las opiniones, la identidad o filiación política o cualquier otro motivo; La discriminación es cualquier manifestación de xenofobia, segregación racial. 

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *