De jóvenes a jóvenes

Jorge Castorena

Hace unos meses la compañera Yadira Jiménez organizó un foro en la Unach donde los jóvenes (y los ya no tan jóvenes, como es mi caso) participamos respondiendo a dos preguntas; una de ellas era acerca del papel que los jóvenes desempeñaban dentro de la política.

La mayoría de los presentes contestaron que esta generación no contribuía, palabras más palabras menos, al papel histórico que el país requiere en estos momentos de tanta incertidumbre y desasosiego.

Firmemente me contrapuse a ese posicionamiento y les recordé, no solamente el papel histórico que las juventudes han contribuido al desarrollo democrático (desde las juventudes magonistas, pasando por la generación del 68, hasta hace unos años el movimiento yo soy 132, al que orgullosamente pertenecí); a los compas de morena les recordé el papel de morenaje durante esos días esperanzadores y de incertidumbre que fue el 2012.

Hoy amanecí con la noticia de una extraña acusación en contra del diputado Guillermo Santiago, el más joven representante de Morena, el que —como muchos otros— fue escogido por una tómbola, pero también el único que se ha atrevido a alzar la voz, el único que ha llevado a la más alta tribuna de la nación la problemática y la podredumbre en la que se encuentra sumido el estado.

Con preocupación e indignación veo como los ataques no provienen exclusivamente del lado oficialista, sino que también he escuchado y leído comentarios en contra de él, de gente que pareciera y pretendiera ser crítica, progresista (porque también para ellos, las ideologías son algo que desconocen. Dicen que su gira de denuncia son actos “electoreros”, que “porque no los hizo antes”, que “todo es un teatro”.

A estos subversivos, puros de la pluma, críticos de lo que se hace y de los que no se hace, siempre y cuando no sean ellos los que lo hacen o que no lo hacen porque entonces todo esta justificado, su idea es la única buena, la que nadie más ve, los iluminados que nadie sigue en su perfección, en su inteligencia.

Contra ellos la acción, las ideologías claras y sin medias tintas, contra ellos el mundo real que se cae a pedazos y que claramente no necesita a falsos soñadores que han comenzado sus luchas por cuestiones personales y después intentan venderse como que su lucha siempre fue por el bien colectivo, a ellos a los que se creen los únicos capaces de proponer ideas para cambiar el estado de las cosas, o que en sus preferencias políticas encuentran los pretextos adecuados para justificar las pillerías de unos y condenar la de otros.

A ellos que creen que lo que necesita la realidad para cambiar el estado de las cosas son las denuncias, las impugnaciones, en un estado tan podrido que cada una de sus instituciones han sido penetradas hasta la medula y de ahí se esta carcomiendo, habría que mostrarles que la pureza y la perfección no existen, que debemos construir a nuestro tiempo y nuestra medida, con nuestro esfuerzo y nuestra pobreza, habría que enseñarles que hay muchas personas haciendo un esfuerzo por cambiar esto, y que todos los esfuerzos son correctos, si tienen el mismo destino: dejar el mundo mejor que como lo encontramos.

a ellos habría que enseñarles que mientras este joven diputado, y su joven equipo, hacen su mejor esfuerzo, allá arriba también hay un montón de jóvenes manejando este estado, robándolo, empobreciéndolo, marginándolo; empeñando nuestro presente y nuestro futuro en aras de su bienestar personal, y de sus fortunas, en un mundo donde un puñado de jóvenes de alta alcurnia se han enquistado en las máximas direcciones del poder político y han, en términos materiales, instaurado una nueva burguesía monárquica, para muestra revise los posibles candidatos del mismo partido al que pertenece el diputado.

Posiciones como las de Guillermo santiago deben ser de aplaudirse, de acuerpar de difundir. Hacía unos meses yo mismo ponía en tela de juicio su actuar, me parecía que su acompañamiento en el caso del sector salud era circunstancial, que no concebía la profundidad del problema y los intereses que estaba afectando, hoy el diputado no sólo ha continuado su lucha, y ha generado atención nacional, sino que la expandido, hoy encabeza la lucha más perjudicial que el poder de la juniorcracia enfrenta, y ante eso lo menos que deberíamos hacer es una solidaridad completa por uno de los pocos representantes populares que ha entendido que el poder legislativo deber ser una defensa en contra de la clase gobernante y no simplemente un gestor de obras, la figura del poder legislativo baluarte en contra de los atropellos del ejecutivo tiene un buen representante en el joven diputado, si ese que salio de una tómbola, ha demostrado más que los que dizque fueron escogidos por el voto popular.

mientras todo mundo esta viendo quienes van a ser los representantes del partido de oposición, que se ha visto contaminando por reciclajes del gobierno actual, a ras de suelo algo ha comenzado a organizarse, y no tiene otro nombre más que poder popular, es tiempo de la gente, es tiempo de organizarnos, es tiempo de soñar construyendo, es tiempo de los jóvenes.