*Más de 100 lugares de culto clausurados en la región Sierra Mariscal evidencian un panorama desolador para la fe en Chiapas.
La violencia desencadenada por grupos criminales en Chiapas ha desatado una crisis en la libertad religiosa, reflejada en el cierre de más de 100 templos evangélicos en la región Sierra Mariscal. La Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula ha anunciado la suspensión de actividades en templos ubicados en municipios afectados como Chicomuselo, Mazapa de Madero y Frontera Comalapa, debido al clima de miedo e inseguridad que impera en la zona.
La constante presencia de hombres armados en las calles ha sumido a los habitantes en un estado de temor generalizado, afectando no solo las prácticas religiosas, sino también la vida diaria de la población. Esta situación ha provocado el cierre de comercios y escuelas, dejando a la comunidad en un estado de alerta constante y evitando salir a las calles por temor a represalias.
El impacto de la violencia no se limita únicamente a la comunidad evangélica. La Iglesia católica también ha sufrido las consecuencias, con una notable disminución de asistentes a misas y eventos religiosos. Este fenómeno revela una realidad preocupante: la necesidad urgente de abordar la violencia desenfrenada que afecta a la región y proteger a los ciudadanos.
El cierre de estos templos no solo representa una amenaza para la libertad religiosa, sino también un golpe a la estructura social de las comunidades afectadas. Estos lugares de culto no solo son espacios religiosos, sino también centros de encuentro y apoyo para muchas personas. El cierre de estas iglesias deja a la población sin un espacio vital de apoyo y encuentro, aumentando su vulnerabilidad en medio de la violencia.
