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Con todo respeto / Comentando la noticia

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Alfonso Carbonell Chávez

 

El desengaño para algunos medios locales y un mundo de páginas en redes, a días de cumplirse cuatro meses de este nuevo gobierno en Chiapas, ante el ayuno de los “tradicionales” apoyos como los consabidos jugosos convenios con empresas de comunicación, la realidad ha empezado a rebasarlos. Y claro no generalizo pero no hay más que asomarse a los sitios de información digitales, para entender que los tiempos de la complicidad manifiesta entre medios y gobierno, sin asegurar que han llegado a su fin, sí al menos no se percibe que la misma es decir, el “te pago para que no me pegues” empieza a cambiar de $igno. Antes de proseguir y en cabal justicia, es de destacar el que medios escritos o vía redes sociales, a pesar del cambio de siglas en el poder federal y estatal, no han dejado de hacer periodismo crítico que pudiendo no compartir su línea editorial, mantienen el necesario equilibrio al menos informativo aún y contra de su propia subsistencia. Y eso se agradece.

 

Pero no es de esos medios críticos que con argumentaciones y bases sólidas que les dan años de ejercicio periodístico, a los que quiero referirme o traer a escena. Son sí y suman decenas ahora en redes sociales, que con celular en mano o infames boletineros, han empezado a entender y que bueno, que ahora se está privilegiando y espero no comerme mis palabras, a los verdaderos periodistas de vida y claro, de perfil es decir universitarios. Y no es que nadie les vaya o les pueda prohibir ejerzan su libertad de expresión en dónde quieran y cuando quieran. Están en su legítimo derecho. Pero no es, considero, ante los tiempos que corren como el de la austeridad, que quienes han optado de manera grácil por este oficio u profesión de informar, sin el más mínimo de rigor periodístico ya no digamos ética profesional, quieran usar este digno oficio como medio de subsistencia mucho menos como instrumento de chantaje. No. Eso, estimo y presumo, ya se acabó.

 

Y traigo a colación el tema, porque ciertamente desde el púlpito presidencial en la homilía mañanera, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha salido a señalar y hasta condenar a los periodistas “fifís” o conservadores, es decir personajes muy en particular como empresas en general, que no han cejado ni un solo día de estarle señalando, desde su también muy particulares ópticas e intereses, yerros o equívocos al presidente. Y lo mismo le señalan llevar a cabo una estrategia fallida en el combate al “huachicol”, que salir ¡nombre que atrevimiento! a descalificar a las calificadoras. Sin embargo estos mismos, no reparan en el daño que esta actividad ilícita del robo de combustibles y peor aún, solapada e incluso realizada desde las propias esferas gubernamentales, le han costado al país miles de millones de pesos en pérdidas. O en el caso de las calificadoras y se los dice en su cara, no vieron el gran robo a la nación que desde Pemex por ejemplo se habían estado cometiendo, pero ahora que se ataca con determinación por parte del gobierno mexicano la corrupción, salen con su inmundicia de bajarle calificación crediticia a la empresa nacional. Pero no es, con todo respeto dicho, a los fifís de acá que los puede haber, a los que el presidente se refiere. No se apunten. Se refiere a los meros machuchones, a los López Dóriga, a los Gómez Leyva, a las Adela Michas y demás, y por supuesto a Reforma, Milenio y otros. Y está bien que haya de todo y con todo, pero habrá entonces en un acto de mínima congruencia, asumirse abiertamente de quiénes son y dónde cobran.

 

Pero volviendo al tema local que es el que me mueve a comentar, ya no les va a ser tan fácil a muchos medios, cobrar las primeras planas a precio de oro ni mucho menos vender la contraportada con mensajes publicitarios o propaganda gubernamental. Eso ¡se acabó! Y sí, la política de medios en el gobierno ya cambio y se lee y se siente. Pero tampoco se equivoque el gobierno en creer que la austeridad llevada a los medios cambie la realidad imperante. Los problemas están ahí frente a sus narices, o al menos para el que los quiera ver. Y ¡claro que se vale!, que desde los medios de comunicación como a través de redes se les critique y señale, incluso se les denuncie si no están haciendo bien las cosas. Pero muy distinto e insisto estando en su pleno derecho, salir a proferir insultos o practicar la diatriba por hechos no comprobados y menos si sus dichos no tienen sustento en los hechos. Lo que no cabe y a eso me refiero, es que al no haber apoyos o convenios sobre todo con los nuevos medios digitales e incluyo aquí a quienes teniendo años de dedicarse a la simulación periodística deberían ya tomar otros derroteros, difícilmente serán tomados en cuenta si no se profesionalizan. Porque muchos de esos nuevos que crecieron al amparo del poder y practicaron un periodismo complaciente cuando no cómplice, se la han pasado cobrando grandes sumas de dinero y al no haber, están que no los calienta ni el sol. Lo peor, si lo hubiera, que de la noche a la mañana levantaron pequeños emporios dándose el lujo de viajar a costa del erario incluso a las Europas y hoy, ni a Copoya los invitan. Por eso ¡ya basta! si se va a ejercer el periodismo empecemos por dignificarlo nosotros mismos. Todos tenemos derecho al trabajo y a una vida digna, pero como en cualquier profesión, también el periodismo demanda de seriedad y un mínimo de ética. Ya quisiera ver a uno de esos “periodistas” en una sala de operaciones…de un hospital. Me explico. Que por otra parte, ya es hora que el gobierno de Rutilio Escandón se siente a valorar y reconocer que la prensa libre es lo que realmente le da valor a las acciones de gobierno. Incluso legitima su propio mandato. Pero hay tiempo aún considero, para definir la estrategia de comunicación gubernamental. Porque al igual que los maiceros, los cafetaleros, los ganaderos e incluso los ingenieros, nosotros también pertenecemos a un gremio laboral y tenemos el derecho de establecer una relación con el gobierno como de recibir los apoyos requeridos para ejercer la profesión. Así e igual, con todo respeto, ya va siendo hora para que el nuevo gobierno estatal incluso federal, escuchen la voz que le dan voz a los sin voz. Me queda claro.

 

Ya de salida

 

A raíz de las acciones llevadas a cabo por la Fiscalía General en coordinación con las instancias respectivas de gobierno estatal y federal, los desalojos, en específicos llevados a cabo en predios invadidos por la llamada Mocri, la población sobre todo la afectada por supuesto, le han aplaudido al gobierno de Rutilio Escandón argumentando que ya era hora de aplicar, sin distingos de ninguna especie, el Estado de Derecho. Y así se han manifestado desde diversos sectores de la sociedad, ya que este grupo cuyos líderes aún no se muestran abiertamente, desde varios años incluso bajo el cobijo cómplice de las autoridades, habían hecho de esta actividad ilícita de las invasiones, su modus vivendi y lo mismo le invadían al gobierno que ya era una situación extrema, que a colonos que con gran esfuerzo habrían adquirido algún lote. Miles de gentes se vieron afectados por estas invasiones y sus reclamos como justas demandas, habían sido desoídas reiteradamente. Y ya se han corrido versiones sobre de quiénes, en un afán primero de cautivar el voto como para provocar desestabilizar al propio gobierno, están atrás de estas invasiones y por supuesto, de sus líderes a modo. No mencionaré ninguno de éstos por su nombre, porque sin tener cómo probar mi dicho, entonces estaría cayendo en contradicción con lo arriba expuesto. Empero sí y creo que es el grito abierto de la sociedad, que las autoridades más allá o además de llevar a cabo los desalojos, investigue a fondo y con transparencia, precisamente sobre qué personajes están detrás de estos ilícitos y descubra si el enemigo, está durmiendo en casa. Pero al igual que estas acciones que apuntan en la dirección correcta en el restablecimiento de la gobernabilidad, sería importante se empiece a actuar ¡ya!, en muchos otros ilícitos que le den a los chiapanecos certeza y certidumbre de seguridad, paz y justicia. Es menester…// ¡Me queda claro!

 

Asociación de Columnistas Chiapanecos A.C.

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