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Comentando la noticia / Cómo explicarles…

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Alfonso Carbonell Chávez

 

Pues, como ya es viernes, deje me tome algunas libertades para comentar y compartir el por qué o porqués, de mi insistencia a referirme al trabajo periodístico de algunos, que sin señalarlos por su nombre estoy claro amigo lector, bien podría identificar en la aldea (dixit Pepe Figueroa) a varios de éstos, a los que me refiero cada vez que toco el tema al destacar, por ejemplo, su inconsistencia argumentativa -de menos- que reflejan sus escritos y cuyos lugares comunes con los de la prensa “fifí”, solo los descubre como meros reproductores de visiones obtusas y que sin embargo, le merecen incluso del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, toda clase de consideraciones y muestras de pleno respeto. Y se defiende claro. El quid del asunto aquí en lo local, no es que “Juan o Pedro” ni “Paco o Miguel” critiquen la mayor parte de las veces al mismísimo presidente, la verdad sin restarles presencia, no es a quienes se refiere el presidente. Pero que cuando lo hace por ejemplo, López Dóriga, Loret de Mola ya no digamos un recalcitrante Leo Zukerman o la Denisse, todos ellos y otros periodistas militantes de un emporio de la comunicación como es televisa, pues, hasta les asiste razón histórica amén de ser empleados y que en conjunto sumados a otros como Gómez Leyva y Pablo Hiriart Le Bert, quienes decía, un día sí y el otro también atacan algunos sin cuartel cada acción o decisión tomada por el presidente, sino que incluso con aires displicentes y de sabelotodo, no le conceden ni el menor acierto a sus programas de gobierno o en su caso, se atreven a vaticinar que solo será cuestión de tiempo para que la realidad nos golpee en la cara.

 

Así entonces y perdón, pero cuando en la aldea periodistas o usuarios de redes se ponen a replicar la información de éstos y de otras decenas de textos sin nombre ni siquiera remitente sobre todo  vía WhatsApp, a más de ser, consciente o inconsciente, un instrumento al servicio de quiénes por décadas sobre todo la etapa neoliberal (1982-2018), provocaron la peor crisis en la que se encuentra el país- Aunque también es posible porque conozco a varios amigos periodistas que merecen mis respetos, que al parecer se identifican con esta ala del conservadurismo almibarado, que con la desfachatez del mundo como si la historia de agravios e injusticias operada por el viejo régimen, les hubiera pasado de noche y mientras que ellos soñaban con llegar a ser compadres del poder, insisto, millones de mexicanas y mexicanos vivían –despiertos- la más horrenda pesadilla de corrupción, impunidad y saqueo nacional. Por eso es que me detengo una y otra vez y advierto las que estime necesarias, no para hacerlos cambiar de parecer ¡válgame no!, pero sí de menos también, que sin señalar apelativos sus lectores que han de tener si no, no me explico que “poctas” hacen en las redes, habrán de identificarlos por nombre y apellidos. Lo bueno de todo este affaire “cómico-mágico-musical” derivado sin intencionalidad por la cuarta transformación de la vida pública del país, nos permite a todos y a cada uno, poner las cosas en su lugar al llamar al corrupto corrupto y al ladrón ladrón. Cosa que por cierto aunque no se les prohibía abiertamente, tampoco digo yo les importaba. Así la levedad de subsistir en un mundo público y político envuelto por la corrupción, urgía otras prioridades. O como diría Peña Nieto; la corrupción es parte de la cultura del mexicano. Ajá.

 

Y ya no me extiendo más porque insisto, no tengo por qué ni es mi propósito convertirlos al amlismo; a mí me basta con lo hasta ahora hecho y visto en lo que va del gobierno, empezando y no es cosa menor, el tener a un presidente honesto conduciendo al país, amén que desde mis años mozos, abracé la posibilidad de un cambio pacífico y hoy, en el umbral de mi existencia con  batallas perdidas y otras ganadas en mi record de vida profesional y personal; recalco, hoy que veo la posibilidad real de heredarle a mis hijos y nietas una sociedad más justa, democrática y de mayor equilibrio entre la opulencia y la indigencia, vierto con pasión pero sin fanatismos mis puntos de vista que de no compartirlos, al menos igual pido respeto. Concluyo diciendo, que como cualquier ser humano he cometido aciertos y errores de percepción pero igual de atención y comprensión en lo familiar y profesional por lo cual pido disculpas. Pero no será este tiempo de esperanzas abiertas que actuaré irresponsablemente mucho menos cobarde, ante lo que creo y considero y espero pudieran compartir al menos que los de mi generación nacidos a mediados del siglo pasado, por lo que seguiré señalando a la prensa conservadora y fifí mientras no me demuestren que este gobierno de la Cuarta Transformación es un error histórico. O que por contrario me demuestren con argumentos válidos, que los anteriores regímenes encabezados por el PRI y el PAN eran mejores para el país como para millones de mexicanos que hoy se debaten entre la miseria, producto de un sistema corrupto, impune y depredador de las riquezas nacionales. Algunos incluso de éstos mismos reaccionarios de la pluma y el papel, cuando el presidente les fundamenta los valores y la enseñanza que rigen su conducta y pensar cita a Morelos a Juárez o a los Flores Magón o a Zarco como sus adláteres y guías, se pitorrean en voz baja o en torno de una de 80×80 mostrando, a más de insensatez, falta de respeto no sólo al presidente sino a la propia historia del país, al que según vierten con humos de homo sapiens, creen hacerle un servicio a la sociedad. Me dan risa. Así entonces; Cómo explicarles…Me queda claro.

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