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Código Nucú / Se preparan zoques para defender sus tierras

Código Nucú / Se preparan zoques para defender sus tierras
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César Trujillo

 

Son más de 84 mil las hectáreas del territorio zoque en Chiapas las que pretende licitar la Secretaría de Energía del gobierno federal. Sabemos que no habrá beneficio para los pueblos y que este “megaproyecto” es otro embate disfrazado que pretenden llevar a cabo por sobre la voluntad de la gente; otro despojo para entregar las tierras a los grandes capitales y dejar que los poderes fácticos sigan haciendo de las suyas. Mientras el poder adquisitivo mueve sus tentáculos y busca imponerse, los municipios zoques de Ixtacomitán, Tecpatán, Chapultenango, Francisco León y Chicoasén se organizan para defender lo que sus antepasados les legaron y alistan una peregrinación a favor del agua, de la tierra y de la vida, en la cual cabemos todos.

La historia no miente y nos ha mostrado la forma tan cínica (y asesina) en la que se mueve el poder en nombre del “desarrollo” y el “progreso”. Se han encargado de entregar a los inversionistas extranjeros las tierras de Chiapas: los paisajes desolados y devastadores tampoco mienten. La minería, la tala inmoderada, el pésimo manejo de los residuos, los basureros a cielo abierto, la depredación indiscriminada de La Lacandona, la extracción de material pétreo, la explotación de cerros, el saqueo y la contaminación del agua, entre otros factores, son parte de los problemas que estamos viviendo y que tienen a Chiapas de rodillas ante el beneficio de unos cuantos, mientras a los chiapanecos nos ponen en cuenta regresiva.

Ahora, el gobierno federal habla de un “megaproyecto” en la zona zoque. Enarbola inversiones multimillonarias, beneficios que detonarán la economía de la zona, un progreso necesario y urgente para los pueblos, y demás demagogia que escuchamos consecuentemente en los discursos de los políticos (paleros gubernamentales). Hablan de ganancias que superan los 300 millones de dólares, como si ese dinero fuese a ser repartido de mano en mano, como si ese capital fuese a ser inyectado en los cinturones de miseria y las personas fuesen a tener mejores condiciones de vida, como si la pobreza fuese a desaparecer por arte de magia. Pero todos sabemos que nos es así. Que los “megaproyectos” traen padrinos políticos que se llevan todo el capital al extranjero y salpican migajas —si es que lo hacen— al pueblo.

Es descarada la forma en que el gobierno de Enrique Peña Nieto le quiere entregar una parte del territorio chiapaneco al neoliberalismo, a los inversionistas a los que no les importa la conservación del medio ambiente, ni la preservación de las zonas donde estuvieron asentados los zoques hace cientos de años y que guardan sus vestigios y costumbres. Hemos visto los que han hecho con los pueblos del norte del país y más allá, en las reservas norteamericanas donde a los pueblos originarios los están asesinando lentamente sin que a nadie le importe. Ahora en Chiapas pretenden hacer lo mismo. Recordemos que encarcelaron a la señora Silvia Juárez más de un mes y el mismo alcalde de Tecpatán la acusó de ser una desestabilizadora por estar en contra de la licitación de la ronda 2.2 sobre hidrocarburos; ahora que los pueblos se organizan y convocan a todos a defender las tierras no esperemos menos.

Desde siempre al gobierno no le ha importado formar parte de los abusos y se ha caracterizado por ser un detractor del pueblo. Han asesinado, robado y pisoteado los derechos de los ciudadanos. ¿Quién les ha pedido que traigan sus proyectos a Chiapas? ¿quién les dijo que la riqueza radica en la devastación de la tierra y en la inversión de unas cuantas manos? ¿Por qué no respetan nuestras reservas y buscan cómo preservar las tierras donde nuestras raíces están fincadas? Sin embargo, no sorprende esta embestida del Estado. Desde siempre el gobierno federal ha puesto en bandeja la nación para que se sirvan los extranjeros. El mismo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha servido para que las mineras canadienses exploten nuestras tierras, mientras sus políticos canadienses, con sus amplias sonrisas, hablan de políticas conservacionistas y se jactan de ser protectores del medio ambiente. Esas es la doble moral.

Por eso, los pueblos zoques no están solos y deben seguir firmes en la lucha que debería ser la de todos los chiapanecos. Sólo manteniendo la voz elevada, denunciando la intentona de despojo y repudiando el fracking al unísono se podrá conseguir que otros pueblos de América volteen a ver.

 

Manjar

Luego de la publicación en El Universal sobre políticos que tienen negocios con el gobierno federal y la respuesta del senador Zoé Robledo que sí acepta ser parte de la empresa, “aunque no obtiene ganancia alguna” (cosa que señala), el ataque no se dejó esperar. Retomaron una parte de todo y lo vapulearon peor que piñata mal diseñada. Si eso pasó por aclarar las cosas aceptando ser parte de un todo, no imagino cómo le hubiese ido si hubiese negado todo. #Ningúnchilelesembona // La recomendación de hoy es el libro “Desmemoria del rey sonámbulo” del poeta Balam Rodrigo y su saudade, y el disco “Alta fidelidad” de Mercedes Sosa. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

@C_T1

 

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