Sr. López
Tío Nene se llamaba Carmelo, pero le decíamos Nene porque su hermana mayor, tía Rosita, la que vivió 117 añitos, así le decía. Bueno, el Nene era tío bisabuelo ypasaditos los 90 de edad, lo sacaban cargado al corredor del patio de su casa, allá en Toluca, lo ponían en su mecedora con una frazada en las piernas, otra en los hombros y una boina (eran gallegos, pero no lo ande contando), a tomar el fresco y algo de sol. Si alguien se acercaba, porque casi no oía ni veía, y le preguntaba qué estaba haciendo, decía: -Aquí, cuidando la casa -¡ah, bueno!
El domingo pasado, mediante video de 49 minutos “en línea”, el antes Pejecutivo, desde su finca en Palenque, entre gallinas y un pavorreal, presentó su nuevo libro ‘Grandeza’, de 632 páginas de lectura perfectamente evitable. Gallinas y pajarraco, justos acompañantes del enfermito de logorrea.
El anterior arrimado en Palacio dijo que su libro reivindica a los pueblos originarios de México, refiriéndose a olmecas, mayas, zapotecas y tribus misceláneas. Primer error, los pueblos originarios de México, de este México, el nuestro, el que tenemos, incluyen a los españoles, que debidamente mestizados con los indios (así se dice, de mestizar), son nuestros originarios. Declaró que su intención es “destacar el valor de esas civilizaciones”.
Explicó que durante siglos se repitió que nuestros antepasados eran salvajes o caníbales (los españoles no), y que “todo eso es falso, fue una construcción para legitimar la conquista”.
Segundo error: los indios sí eran caníbales, lo prueban las más de 20,000 osamentas estudiadas por antropólogos de la UNAM y del Instituto de Antropología e Historia, en las que se encuentran las señas dejadas al cortar la carne, concluyendo que el canibalismo era sistemático. Además lo prueban los recetarios en que se indica cómo guisar con carnehumana el ‘tlacatlaolli’ (‘maíz de hombre’, el pozole).
No son calumnias, esas tribus estaban en el neolítico (se nos olvida siempre), y en Europa, en el neolítico, también hubo canibalismo; nada más que el neolítico en el mundo, fue entre el 8000 a.C. y el 4000 a.C.; y acá en esas seguían en el siglo XVI d.C., más de cinco milenios de retraso, digo.
Sostiene el Pejestorio que los españoles, que ni eranespañoles, no existía España, “con ese argumento sostenían que los indígenas tenían que ser esclavos, que no tenían alma, que eran como animales y que además ellos venían a civilizarnos”.
¡Dioses!, cuánta ignorancia puede caber en un cerebro: 21 años antes de la caída de Tenochtitlán, el 20 de junio de 1500, la Reina de Castilla y Aragón,Isabel I, Chabelita la Católica, mediante Real Provisión, prohibió la esclavitud de los aborígenes de América, estableciendo que eran súbditos libres de la Corona, la suya, y con los mismos derechos. Lo que es más, ya para pasar al definitivo estado de fiambre, doña Isabel, dictó esta orden: “No consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados”.
¿Hubo abusos?… por supuesto, igual que ahora y siempre y ni quien diga anda.
Seguro el Señor de Badiraguato, dice las barbaridades que dice para solaz de todos. No seamos malagradecidos.
Otra tontada que dijo es que “somos el cuarto país en el mundo con más lenguas, 290 lenguas se hablan en nuestro país, primer lugar en América”. Mentira, en América, hoy, el país con mayor diversidad lingüística es los EUA (entre 350 y 430 idiomas, según su último censo, cosas de la migración); le sigue Brasil con 186; en México se hablan, español incluido, 69 lenguas (no 290), dato oficial del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, de la Secretaría de Cultura, con datos del último censo del Inegi (habían de avisarle al señorcito, luego anda haciendo el ridículo).
Además, eso de que las muchas lenguas equivalen a mucha cultura, como parece creer el Pejehová, está por verse. El país del mundo con más idiomas es Papúa Nueva Guinea con 840 lenguas y sin ofender, de cultura nada que envidiarles.
También, en su video, el Señor de Badiraguatopresumió los avances de olmecas y mayas, su “notable desarrollo en astronomía, arquitectura, arte, organización social y espiritualidad (con) una ética comunitaria más avanzada que muchas sociedades europeas de la época”. ¡Carambas!
Los olmecas se desvanecieron por ahí del año 400 a.C, siglo V a.C. (que va 500 al 401 a.C., porque se cuentan al revés los años antes de Cristo). En ese siglo Roma era república y tenía ley escrita. En Grecia ya habían estrenado el Partenón (la pirámide olmeca de La Venta, es un montículo de arcilla, tierra amontonada, digo); escribían obras de teatro Esquilo, Sófocles y Eurípides; Fidias, ya cobraba bien sus esculturas; daba recetas Hipócrates, el Padre de la Medicina; y hacían filosofía, Sócrates y Platón (un alumno suyo era ¡Aristóteles!).
En el siglo XVI, el de la conquista, frente a esas tribus instaladas en el neolítico, en Europa estaba Nicolás Copérnico enseñando que la Tierra giraba en torno al Sol, con Galileo echándole porras; da Vinci se echó la Mona Lisa (la pintó, no sea así); Miguel Ángel, la Capilla Sixtina; Jacopo Peri escribió la primera ópera (Dafne); y Shakespeare, Romeo y Julieta.
Esa España a la que tiene tanta manía el nieto de gallegos que dice vivir en Palenque (no es cierto), dos años antes de la caída de Tenochtitlán, mandó a Magallanes y Elcano a dar la vuelta al mundo (primera vez en la historia); luego construyeron cositas como El Escorial y para 1554, ya estaba publicado el anónimo Lazarillo de Tormes, y Cervantes escribía a destajo, de hecho, casi seguro en ese siglo escribió El Quijote, que publicó en 1605.
Sí, señores cuatroteros, no duden, su líder lo dijo: las tribus de América eran más avanzadas que las sociedades europeas de la época.
De salida, nótese que ni se mencionó la arrastrada que el Pejestorio puso a su sucesora, diciendo que él saldría en defensa de la democracia, la soberanía y de ella misma. ¡Cómo no acordarse del tío Nene!
